Santiago Gallur Santorum
Este artículo pretende exponer una situación compleja y delicada que afecta a los medios de comunicación y que a pesar de que no es nueva, lleva presentándose con especial virulencia en los últimos años en México, aunque se da de forma “globalizada” en todo el mundo. Así, el trabajo que se presenta a continuación forma parte de una amplia investigación en la que se estudia cómo varios medios de comunicación en México utilizan patrones alternativos de producción informativa para conseguir sacar a la luz determinados acontecimientos que muchos otros medios no publican. De este modo, en el contexto de violencia en el que está inmerso México en la actualidad, el crimen organizado ha conseguido convertirse en un actor importante a tener en cuenta en el proceso de producción informativa, ya que llega a marcar lo que es o no noticia a través de la intimidación, el secuestro e incluso el asesinato de periodistas y trabajadores de los medios de comunicación. Cómo consecuencia, desde 1983 hasta la fecha se han registrado más de 150 asesinatos de periodistas en el país, así como decenas desapariciones y miles de agresiones. Muchos de estos casos permanecen impunes hasta la fecha. Así, a continuación se expone un contexto dramático, muchas veces silenciado, con el que se pretende visibilizar el grave peligro al que se enfrentan los periodistas y el propio periodismo, no sólo en México, sino en un gran número de países en todo el mundo.