Jorge Ayllón García
Sergio Castañeda Puche
Manuel de los Reyes Del Valle García
Resumen
Este estudio aborda algunos factores que han promovido la evolución de la radio, llegando hasta la separación entre radio generalista y radio especializada. Se explicará la diferencia entre ambos tipos, cómo se construye cada uno de ellos y la tipología de audiencia mayoritaria que ha tenido hasta el momento. También se analizará la evolución del perfil de oyentes de radio durante la última década, tanto de radio generalista como de radio especializada, respecto a la edad, nivel de estudios y situación laboral, conociendo cuáles son los predominantes y cómo influyen estos factores en su evolución.
1. Introducción.
La radio, desde sus inicios, ha ido adaptándose y diversificándose conforme a los cambios sociales y tecnológicos. De este modo, se han creado multitud de radios, creando un mercado en el que la diversificación ha dado lugar a la concentración de los grupos multimedia. Durante estos últimos años se han ido proponiendo cambios cada vez más innovadores y ha terminando por diferenciarse entre dos tipos generales de radio; la radio generalista y la radio específica. Ambas, por sus características, han ido captando perfiles de audiencia más definidos, aunque, en algunos aspectos, estos perfiles han ido variando con el tiempo.
En este estudio intentaremos conocer los perfiles de la audiencia por sectores en cuanto a edad, nivel de estudios y situación laboral. Además, nos centraremos en el perfil de los oyentes tipos de radio, es decir, conoceremos el público de radio generalista y radio temática, y dentro de esta veremos las personas que más siguen la radio temática musical y cuáles la radio temática informativa. Por otra parte, queremos ver si la audiencia de la radio está envejeciendo, lo que podría aumentar la crisis de este medio, y conocer cómo influyen en las audiencias los factores mencionados anteriormente, como el nivel de estudios o la situación laboral, y de qué forma lo hacen.
Nuestro objetivo de estudio en esta investigación es conocer cuáles son los sectores que más escuchan la radio a lo largo de la última década, centrándonos en las siguientes variables: la edad, el nivel de estudios y la actividad profesional de la población, con la finalidad de conocer el perfil por excelencia del oyente. Respecto a la edad, queremos conocer cómo está evolucionando la edad media de los oyentes de radio y cómo influirá dicho cambio en el futuro. Por otra parte, queremos saber si el nivel de estudios de la población influye en las audiencias de radio y la forma en que lo hace. Por último, pretendemos conocer si la actividad profesional de las personas guarda alguna relación con la radio, tanto en las audiencias como en el tiempo medio dedicado a escuchar la radio por persona y día.
Una de las hipótesis que nos hemos planteado es que la edad media de las personas que escuchan la radio está envejeciendo en la última década, lo que puede ser un gran problema para el futuro de este medio si no se preocupa por atraer a sectores de población más jóvenes con los que garantizarse un público en el futuro. Además, pensamos que son las personas ancianas las que más consumen radio debido a que disponen de más tiempo de ocio que el resto de los sectores. Por otra parte, un mayor nivel de educación se refleja en un mayor número de oyentes, ya que son personas que suelen utilizar todo tipo de tecnologías. Otra hipótesis que hemos planteado es que los desempleados son el sector que más escucha la radio, según la actividad profesional, ya que disponen de más tiempo libre. Esta misma razón hace que se produzca un incremento del tiempo medio dedicado a escuchar la radio por persona y día. En cuanto a la radio informativa, pensamos que la mayor parte de su audiencia son personas adultas, con un nivel de estudios alto y ocupado, debido a su deseo por estar informadas constantemente. Respecto a la radio musical señalamos a los jóvenes, aquellos con un bajo nivel de estudios y los desempleados como el perfil que posee la mayoría de su audiencia.
Para la realización de esta investigación hemos utilizado principalmente una metodología cuantitativa alternada, ocasionalmente, con una metodología cualitativa. Los datos han sido extraídos de los Anuarios de la SGAE, el EGM y el INE, los cuales hemos relacionado con la finalidad de conseguir conclusiones relacionadas con nuestros objetivos. La base de partida serán las encuesta procedentes de los Anuarios de la SGAE entre 2002 y 2012. Por otra parte, hemos utilizado artículos, estudios y libros, citados en la bibliografía, para la elaboración de nuestra investigación.
La estructura que hemos seguido para intentar demostrar nuestra hipótesis comienza estableciendo un contexto general de la radio en España. Por otro lado, teorizamos sobre las diferencias entre la radio generalista y especializada y la estructura interna de las mismas. El marco teórico finaliza con la presentación de los estudios de audiencia en España, marcando los cambios principales en la población española, así como los principales resultados que establecieron otros autores en distintos períodos de tiempo, al definir un perfil determinado de oyentes. Después continuaremos con el análisis, en el que estudiaremos cómo evolucionan las audiencias de la radio, tanto generalista como temática, a través de la edad y cuáles son los grupos edad que más escuchan radio. Además, veremos si el nivel de estudios y la actividad profesional influyen en las audiencias de la radio y cómo influyen. Por último, tras analizar todos los datos, llegaremos a las conclusiones, en la que comprobaremos si nuestra premisas se cumplen y en las que conoceremos cuáles son los perfiles de cada una de las radios: generalista y temáticas, (dentro de esta, musical e informativa).
Respecto a los antecedentes que hemos utilizado para llevar a cabo nuestra investigación, especialmente para recopilar información para el marco teórico, tenemos que citar a los siguientes autores: Armand Balsebre, Lorenzo Díaz, Rosa Franquet, Joseph Mª Marti, Iglesias González, María Gutiérrez, Amparo Huertas, Ana María Herrera García, Julio Larrañaga Rubio, José María Legorburu, Emma Rodero Antón y Chema Sánchez Serrano. Además, para realizar el análisis nos hemos servido de los Anuarios de la SGAE del 2002 al 2012 y los datos del INE del 2012. Para datos más específicos en el estudio atenderemos al Boletín Informativo del Instituto Nacional de Estadística (INE): Panorámica de la educación universitaria (2012). Además, hemos relacionado los datos de estos análisis con obras de autores como Faus Belau o Cebrián Herrero.
2. La diversificación de la radio.
La radio continúa siendo uno de los medios de comunicación más presentes en la sociedad española, debido a la cercanía a la población que ha tenido desde sus comienzos y que la considera de gran credibilidad, sobre todo desde el fenómeno de la radio tras el fin de la dictadura. La radio durante esos años era considerada la fuente de información principal, mientras que la televisión se veía más como un medio de entretenimiento. Pero este punto fuerte respecto a las audiencias se ha ido perdiendo. Tal y como comentan Rodero y Sánchez, en un Informe sobre la Profesión Periodística, elaborado por la Asociación de la Prensa de Madrid, la radio era el medio que más credibilidad había perdido en el último año (Rodero y Sánchez, 2007), hecho que podría haberse visto influido en su consumo.
Nos situamos, pues, en un período en el que la radio española se ha desarrollado más que nunca, gracias a los avances tanto tecnológicos como sociales, un desarrollo en el que se consolidan las emisoras más importantes del país en un mercado en el que, durante estas décadas, ha estado lleno de compra-ventas. Este dinamismo del mercado estuvo impulsado por la liberalización del medio, que hizo surgir un gran número de cadenas y amplió la oferta de manera considerable. Hemos podido ver cómo de esta inicial diversificación ha resultado en una concentración del medio, en el que muy pocas emisoras, las más importantes del país (Cadena SER, COPE, Onda Cero, RNE), han acumulado la mayor parte de las audiencias, dejando a las emisoras locales con una escasa audiencia.
Estas emisoras han venido consolidándose desde la llegada del franquismo, por la que Unión Radio es rehabilitada y devuelta a sus legítimos dueños, organizados administrativamente en torno a la Sociedad Española de Radiofusión (SER) (Balsebre, 2002, p. 12). También se consolida en esta época Radio Nacional de España y, posteriormente, otras como Cadena Cope, con quien, tras el Plan Técnico Nacional de Radiofusión Sonora en 1978, se dividía prácticamente el territorio de la radio privada. Por otro lado, en 1979, el Plan Técnico Transitorio del Servicio Público de Radiofusion Sonora en Ondas Métricas con Modulación de Frecuencia permitió la aparición de 300 emisoras nuevas de FM entre 1980 y 1982, favoreciendo la creación de Antena 3 Radio que, tras la compra de Radio 80, se convierte en la competencia más directa de la Cadena SER. Durante estos años, el grupo Prisa absorbe la SER y, ya en 1992, se produce un acuerdo entre Prisa y el grupo Godó, originando la concentración de la SER y Antena 3 Radio en la compañía radiofónica Unión Radio, que también contaría con otras cadenas como Cadena 40, M80 Radio o Cadena Dial (radio fórmulas musicales), y que pasado el tiempo sería declarado improcedente (González, 2004, p. 84). Entre estas concentraciones ha de destacarse las del Grupo Planeta. Éste, a través de Atresmedia Corporación, concentra cadenas como Melodía FM, Europa FM u Onda Cero, nacida en 1990 tras la compra de la ONCE de la mayoría de emisoras de la Cadena Rato.
Por otra parte, la situación más actual de la radio está ligada a su inmersión al mundo online. En Internet, la radio busca conseguir un público más joven, ya que es el que va a seguir determinando el futuro de la radio, introduciendo nuevas herramientas y sectores como la radio a la carta o los podcasts y estableciendo una mayor interactividad con la audiencia. Aún así, la mayor parte del consumo continúa siendo analógico.
Rodero y Sánchez exponen que no existe un impulso decidido hacia la inmersión en la red. La programación tanto analógica como online es la misma, ignoran las posibilidades del nuevo medio porque no ha habido campañas de promoción, porque los receptores son muy caros y los agentes económicos no impulsan las ventas de receptores porque las emisoras no apuestan por las emisiones digitales (Rodero y Sánchez, 2007). Es decir, nos encontramos en un bucle en el que son las emisoras las que tienen que decidirse a romper y apostar por el medio para que pueda comenzar una evolución, pero parece no haber un interés a pesar del partido que este medio les permite sacar. Por ejemplo, en Estados Unidos se programan contenidos diferentes para atraer a la audiencia juvenil, algo que también estaría soportado por la llegada de las nuevas tecnologías portátiles (Rodero y Sánchez, 2007).
2.1. Radios generalistas y especializadas.
La radio ha ido adaptándose a los cambios tecnológicos y sociales, diversificándose y adaptándose. El comienzo de esta división de la radio nos hace situarnos de nuevo en el fenómeno que tuvo en la década de los 70 y 80, sin olvidar la importancia de los avances en cuanto al desarrollo de las emisiones en FM (con una mayor calidad de sonido y una mayor cantidad de emisiones en el dial) y de los transistores, que permitirían una mayor movilidad, durante la década de los 60. Todo esto, junto con la liberación ya mencionada anteriormente, hizo que proliferaran cadenas que aportaban cada vez más ofertas innovadoras, dando lugar al desarrollo de dos tipos diferentes de radio, la radio generalista y la radio especializada. Pero, aunque durante este período (la transición) subsistieran otros formatos como los de la radio-entretenimiento y otros nuevos que fueron surgiendo, el predominio lo llevaba la radio informativa.
En cuanto a estos dos tipos de radio que citamos, vamos a pasar a diferenciarlas por sus características comenzando por la radio generalista. Siguiendo la definición que expone Rosa Franquet: “El modelo de radio generalista se caracteriza por ofrecer en la parrilla programática espacios a lo largo del día y la semana destinados a todo tipo de oyentes, con unos componentes de información y entretenimiento capaces de atraer a un importante sector de audiencia” (Franquet, 2008, p. 133).
Por otra parte, también ha de comentarse que este tipo requiere muchos costes, debido a la necesidad de producción de una gran variedad de contenidos. Estos suelen estructurarse por bloques, ya sean de información o de entretenimiento, y se reparten durante las distintas franjas horarias dependiendo de los intereses de las cadenas para llegar a un cierto público o a otro. Es decir, sus características principales serían, según Legorburu: “Variedad de contenidos, variedad de géneros, variedad de programas, siendo el magacín el programa principal, distribución de los programas según niveles de audiencia y definidos en segmentos horarios que se establecen en función de los hábitos de escucha y audiencia heterogénea y amplia” (Legorburu, 2004, p. 47).
Por ello, también gozan de una gran cantidad de audiencia diaria, una audiencia que la recogen prácticamente unas pocas cadenas, tal y como hemos expuesto antes, que son la Cadena SER, Onda Cero, RNE y la COPE, entre otras, según el Estudio General de Medios 2012 del AIMC.
Otra característica más puntual es que, según Rosa Franquet, depende de las estrellas mediáticas, de unos presentadores o presentadoras a los que se proporcionan importantes recursos en detrimento de otros diseños programáticos más innovadores (Franquet, 2008, p. 135), predominando el género del magazín, que es conducido por esta estrella mediática. Como sigue exponiendo la autora, la lógica de estos programas articulados en grandes bloques responde a una estrategia precisa, al salir beneficiados este tipo de espacios por su duración y por el carisma de su presentador en los estudios de audiencia basados en el recuerdo (Franquet, 2008, p. 134).
En relación con ello, a partir del estudio sobre la programación radiofónica que llevaron a cabo Gutiérrez y Huertas (2003), Sánchez y Rodero concluyen que uno de los principales problemas de la radio generalista es la homogeneización de su programación, la cual refleja una estructura estancada que se preocupa exclusivamente de mantener las inversiones. Es decir, que expone diariamente los mismos contenidos, tanto en cadenas públicas como privadas, en programas contenedores que pueden alcanzar casi las seis horas de duración, en un momento en el que otros medios tienen a reducir la extensión de los espacios (Sánchez y Rodero, 2007). Continuando con Gutiérrez y Huertas, concluyen, entonces, que el miedo a la innovación está extendido por todas ellas (Gutiérrez y Huertas, 2003).
Por otro lado, Rosa Franquet también nos da también una definición de la radio especializada: “Se identifica por unos contenidos monotemáticos que puede ser musicales, informativos o de otro tipo, destinados a segmentos delimitados de la audiencia potencial de una determinada emisora. Las radios especializadas se nutren de un contenido específico, que forma la esencia del formato” (Franquet, 2008, p. 135).
Dentro de ella, hay que distinguir entre distintos tipos; la radio temática y la radio fórmula. Ambas se centran y giran en torno a un tema pero, mientras que la primera tiene una estructura más parecida a la radio generalista, con una mayor variedad de programas, la segunda consiste en la repetición de una estructura en sus emisiones. Dentro de la radio fórmula, al igual que con la temática, la más relevante es la musical. Respecto a ésta, Balsebre apunta que “la radio fórmula musical será el origen en los años 80 de las emisoras de formato único musical, las veinticuatro horas emitiendo un mismo género o estilo musical, base estructural del éxito comercial que obtendrán las cadenas musicales en FM de audiencias de distintos segmentos de edad con formatos musicales cada vez más especializados” (Balsebre, 2002, p. 465).
En cuanto a otros aspectos destacables de la radio especializada, cabría decir que es una radio con un coste muy bajo, al menos en comparación con los que tiene la radio generalista, ya que necesita de una menor cantidad de recursos. Pero no por ello recogen un menor índice de audiencia, sino que, actualmente, existe un mayor número de oyentes de radios temáticas que de generalistas, según el Estudio General de Medios 2012. Entre las cadenas de este tipo más relevantes destacan la Cadena 40, Cadena Dial, Europa FM y Cadena 100.
La Cadena 40, con el formato de Los cuarenta principales de la Cadena Ser, fue la primera radiofórmula que se implantó en España, importada de Estados Unidos a mediados de los 60 y consiguiendo ser un éxito entre la audiencia joven, además de ser algo que también ha beneficiado al sector de la industria discográfica. Rafael Revert, el creador de Los cuarenta principales, comenta en el libro de Lorenzo Díaz que hasta la década de los setenta no alcanza la plenitud este programa que revoluciona la radio-fórmula española y que llega a los cinco millones de oyentes en su momento de esplendor (Díaz, 1993, p. 329). La estructura de Los cuarenta principales se basa, al igual que otras muchas, en el denominado Hot Clock, que consiste en la distribución de música, información y publicidad en un determinado período de tiempo, normalmente de una hora, repartidos y combinados de distinta manera dependiendo de la cadena.
Pero Rodero y Sánchez también han identificado diversos problemas en la radio especializada durante las últimas décadas, achacando que no ha tenido una renovación, sino que, poco a poco, se ha ido arrastrando también por la situación de la radio generalista. Es decir, que se ha frenado la diversificación y que, aunque continúa creciendo, lo hace lentamente (Rodero y Sánchez, 2007). Este hecho podría significar, del mismo modo, un crecimiento más lento de la audiencia, mayoritariamente, como ya se ha dicho, del sector más joven.
Pero, además de la temática musical, también existen otros formatos como la informativa. En este caso nos encontramos con radios como Radio 5, una radio fórmula informativa que pertenece a RNE y en la cual cada hora se tratan asuntos como la meteorología, información del tráfico y demás noticias. Sin embargo, existe una escasa oferta de esta especialización, a diferencia de la musical. Rosa Franquet expone alguno de los motivos, como los altos costes de producción y la dificultad de conseguir grandes audiencias. Es normalmente promovida por la radio pública de ámbito estatal o autonómico (Franquet, 2008, p. 138). Entre otros se destacan también Radio Marca, en cuanto a información deportiva, o Intereconomía, dedicada a la economía.
Ante la situación en la que se encuentra la radio, Rodero y Sánchez también concluyen: “El medio necesita apostar de una vez por todas por la especialización, en lo que algunos autores han denominado la radio de enfoque: enfoque en la música, enfoque en las noticias, enfoque en entretenimientos determinados, en temas, en personas, en productos. En resumen, una especie de radio de marca, que dirija la atención y el interés de los oyentes hacia asuntos tratados de manera específica” (Rodero y Sánchez, 2007).
No obstante, también se ha presentado otro modelo de radio híbrido o mixto, en el que se combinan aspectos de la radio generalista, como son los programas de tipo magacín, y otros de la radio temática, como el Hot Clock en las distintas franjas horarias. De este modo, buscan la mejor estructura para sacar un mayor partido a la hora de obtener un público más amplio.
2.2. Audiencias.
Los estudios de audiencia comenzaron por la presión de los medios de comunicación y las industrias financieras para obtener un mayor conocimiento y, de esta forma, mejorar sus inversiones económicas. Así en España, siguiendo a Rosa Franquet y Joseph Mª Marti, el aumento de la inversión publicitaria como consecuencia del desarrollo económico y la competencia de la televisión, fueron algunas de las causas que coadyuvaron a la creación en 1986 del Estudio General de Medios, S.A. (Franquet y Marti, 1985, p. 115). Posteriormente, también se desarrollaron otras como los de Anuarios de la SGAE. Desde entonces, se ha estado estudiando el perfil de las audiencias, determinando la evolución de ésta a lo largo de los años según distintos sectores como puede ser el sexo, la edad, el estado civil, el nivel de formación, la posición laboral, horarios, etc.
Por ejemplo, siguiendo los análisis de Franquet y Marti basados en los resultados obtenidos por el EGM durante los años 1983 y 1984, establecen que el perfil tipológico del oyente medio es de diversas clases sociales, repartidas con mayor peso en las denominadas clases populares, grupo mayoritario de edad entre 25 y 34 años y un acceso creciente de personas con mayor poder adquisitivo (Franquet y Marti, 1985, p. 117).
Además, Rosa Franquet también expone en un artículo posterior que la industria recurrió a la especialización para superar la competencia televisiva, pero de manera abrumadora a partir de la música por su facilidad para atraer distintos targets, desarrollando un sentimiento de agregación y pertenencia a un colectivo determinado (Franquet, 2003, p. 9). Este colectivo era, y continúa siendo, principalmente la juventud, cuya transformación en los estilos de vida -comenta Balsebre– tras la muerte de Franco supuso un factor clave para su desarrollo, entre otros aspectos como las reformas estructurales, que también favorecieron al sector de las industrias discográficas, tanto en España como de manera internacional (Balsebre, 2002, p. 401). En cuanto a la especialización musical, también podemos seguir los resultados que obtuvieron Franquet y Marti a partir de los datos del EGM antes mencionados. Establece que la tipología del público está muy repartida en cuanto a sexo, básicamente de clase social media y alta y más de la mitad tienen menos de 25 años (Franquet y Marti, 1985, p. 118).
Otro estudio más actual en el que se analiza la audiencia de radio lo lleva a cabo Julio Larrañaga. En él, se exponen cambios significativos en la población española durante los años 2000 y 2007, hechos que podrían afectar al consumo de radio por parte de las audiencias. Los más significativos son (Larrañaga, 2008, pp. 15-17):
-Disminución del peso de la población más joven (menos de 25 años). El peso más bajo se encuentra entre los 20 y 24 años, con un 6’9% en el 2007.
-Aumento del peso de la población mayor de 35 años, del cual los de 65 años y más son el que más peso tiene en el 2007 (19’6%).
-Aumento del número de individuos de la clase media baja, con un 31’7% en 2007.
-Disminución del número de individuos de las demás clases sociales, siendo le orden de relevancia el siguiente; clase baja, clase media alta, clase alta y clase media.
En 2007, la clase con mayor peso es la media media (40’2%).
En cuanto al análisis de los perfiles de los oyentes, establece que es algo mayoritario el porcentaje de hombres respecto al de mujeres, con una edad media de 43 años. Más específicamente, en cuanto a radio generalista se encontraría a un hombre de clase social alta o media alta, con una edad comprendida entre los 35 y 64 años y con un nivel de estudios alto. Respecto a la temática musical, existe un equilibrio entre ambos géneros, con una presencia muy elevada de la población más joven que está en período de formación. Este autor también expone que el usuario medio de la radio informativa es un hombre con un nivel de formación superior a la media nacional (Larrañaga, 2008, p. 12).
Por otra parte, existen características fundamentales de la radio que son clave a la hora de obtener audiencia, como puede ser la interactividad. Mediante ésta, la radio ha ido buscando un mayor acercamiento al público, avanzando a la par que con la tecnología, que ayuda principalmente a acercarse a la juventud. Tal y como expone Ana María Herrera:
Las llamadas telefónicas de participación en programas, las dedicatorias, etc., se complementan ahora con los mensajes de correo por Internet. Las radios, no obstante, comienzan a tener una vocación cada vez más local. Las radios locales, con informaciones cercanas y programación musical son la tendencia más clara de los oyentes más jóvenes (Herrera, 2005).
Sin embargo, un público que aparece inexistente es el infantil. De hecho, encuestas de audiencia como las del EGM no recogen a los menores de 14 años. Esto provoca que se pierda un medio que podría tener una utilidad pedagógica para este sector de la población, como ocurre en otros países. Rodero y Sánchez muestran que debe comenzarse a entender que los jóvenes también podrían escuchar radio convencional y más radio especializada, si se programan contenidos adecuados para ellos (Rodero y Sánchez, 2007).
3. Evolución de la radio.
3.1. Edad.
En este apartado del análisis intentaremos dar respuesta a la cuestión del sector que más escucha radio y, por tanto, se muestra como un público más fiel, además de averiguar si esta audiencia radiofónica está envejeciendo y con ella la radio, intentando concretar en qué número de años lo está haciendo. Por otra parte, también veremos qué tipo de radio se escucha más, si las generalistas o las temáticas, citando cadenas concretas y viendo el desarrollo que hay en función de las edades de la audiencia. Gran parte de este análisis se basa en los informes que cada año publica la institución SGAE, basándonos en los datos de la década entre 2001 y 2011 para ver esta evolución.
De modo que el primer aspecto que vamos a tratar es el consumo de radio en el total de los oyentes según su edad. Según los datos obtenidos en los Anuarios SGAE, apreciamos cómo el consumo de radio entre los más jóvenes, de 14 a 34 años, lleva disminuyendo desde 2002. De hecho en el rango de edades entre 14 y 24 años el consumo actual de radio es increíblemente escaso, de apenas un 6,5%, mientras que el porcentaje de oyentes de 25 a 34 años es mucho más elevado, del 20,1%. En cualquier caso, la realidad es que en el sector más joven de la población el consumo de radio está bajando de manera alarmante. Esto lo podemos relacionar con el incremento del uso de Internet que se viene dando en los últimos años. De hecho, en la década que estamos estudiando se incrementó en un 33,5%, según el Resumen General de Medios (2012) del Estudio General de Medios (EGM). La mayor parte de la población que hace uso de Internet es joven, lo que conlleva que este sector haga un mayor uso de su tiempo en redes sociales, películas o series online y televisión a la carta.
Por otra parte, encontramos que en un sector de mayor edad, que va desde los 35 a más de 65 años de edad, cada vez se escucha más la radio. Sin embargo, los datos son muy distintos en función del rango de edad que escojamos. Mientras que los oyentes de 35 a 44 años de edad son los que más escuchan radio con un 22%, los que menos lo hacen en este sector de mayor edad que hemos distinguido serían las personas de entre 55 a 64 años, siendo solo de un 12,4% los que escuchan la radio diariamente. De modo que a medida que nos vamos acercando al ecuador de nuestra vida, vamos escuchando cada vez más radio, estando el pico entre los 35 a 44 años. A partir de entonces escuchamos cada vez menos radio pero, sin embargo, están a niveles altos con respecto a la juventud.
Tal y como adelantábamos antes, uno de nuestros objetivos consistía en saber si la población que escucha radio está envejeciendo y en qué medida. Pues bien, según los Anuarios SGAE en 2002 en base a los resultados del año anterior, la edad media de los oyentes era de 41,8 años. Una década después, en 2011, esta edad se habría elevado hasta llegar a los 43,9 años. De modo que el aumento en diez años de evolución ha sido de 2,1 años, no es muy elevado pero si continuado a lo largo de los años. De seguir así, en la próxima década la edad media llegaría hasta los 46 o más. Esto se explicaría teniendo en cuenta los datos del INE de 2011, en los que el rango de 30 a 44 años es en el que hay un mayor número de población debido a la alta natalidad de los años 70. Es una generación que ha nacido con la radio como uno de sus principales medios de información.
Vamos a pasar a analizar las radios generalistas. Entendemos este tipo de radio, según Faus, como “la radio de información, de comunicación intelectual, de ideas, palabra, expresión, la radio total” (Faus, 1995, p. 182). En esta línea, Cebrián Herreros también concibe la radio generalista como medio de actualidad (Cebrián, 2001, p. 183). Con respecto al rango de edades que escuchan la radio generalista volvemos a ver dos sectores diferenciados, pero esta vez de forma mucho más marcada. Por un lado, en disminución, el rango de edad que va de los 14 a los 24 años de edad, en la actualidad tan solo una ínfima parte de este sector escucha la radio generalista, un 2,7%. Por otra parte, encontramos un sector de mayor edad y que escucha mucho más este tipo de radio. En decrecimiento, y siendo el de menor porcentaje de los anteriormente citados, encontramos a los oyentes de 25 a 34 años. Es a partir de los 34 años cuando vemos de manera unánime en los sectores un crecimiento continuado de la audiencia, siendo los mayores de 65 años los que más la escuchan. Al ser la radio un sistema tan sencillo de comunicación y haber estado tan habituadas estas personas mayores a usarlas, se convierte en el medio más utilizado por las personas de avanzada edad para acceder a la información de actualidad.
Si hacemos un estudio más concreto de las emisoras que escuchan los oyentes en función de su edad, encontramos que en la Cadena Ser, siendo la más escuchada de todas, la media de edad de su audiencia se ha elevado 4 años en la última década hasta situarse en 50,2 años. Otro hecho a destacar en esta cadena es la visible bajada de audiencia, en un 4,8% desde el 2001, por parte del sector más joven, comprendido en un rango de edad de entre 20 y 24 años. En todas las emisoras se produce una subida en la edad media, siendo la de mayor edad RNE con 53,4 años, según los datos de la SGAE pertenecientes al año 2011.
Con respecto a las radios temáticas, podemos observar una mayor dispersión de resultados, en este caso a partir de los 55 años en adelante es cuando menos radio de este tipo se consume. Lo preocupante es que los oyentes de entre 14 y 24 años tampoco escuchan apenas este tipo de radio. De hecho, está descendiendo su consumo. Sorprendentemente, la demanda de este producto viene dado por un sector de la población adulto, entre 35 y 54 años, en el que ya desde 2001 se observa cómo el consumo es cada vez mayor. De hecho, se ha incrementado en un 7,4% entre los oyentes de 35 a 44 años, hasta mantenerse en un 25% en la actualidad.
Haciendo un análisis de la edad media de los oyentes de las emisoras temáticas musicales, encontramos que en la Cadena 40 (Los 40 principales) se ha elevado en gran medida, 8,4 años en una década. En 2011 el promedio de edad de esta emisora se situaba en 33 años. Por otra parte, encontramos que uno de los sectores en los que esta emisora tenía unas de las mayores audiencias en 2001, los oyentes de entre 14 y 24 años, ha disminuido en casi un 15%. Estos resultados podemos interpretarlos teniendo en cuenta la encuesta que en 2009 realizó Rádio i Joves en la cual se afirma que el 96,9% de los jóvenes de este rango de edad utiliza Internet para la descarga de música, estando muy por delante de otros archivos como las películas. De modo que el público más joven está dejando de escuchar música en la radio para confeccionar él mismo su propia playlist con la música que más le gusta.
Con respecto a las emisoras de radio de temática informativa, encontramos a Radio Marca como líder del sector. Al igual que en las demás emisoras, ha visto disminuir su audiencia más joven a favor de la más longeva habiendo un incremento de edad de 0,58 años por cada año que transcurre desde 2005. Según los datos de 2011, el promedio de edad se encuentra en 39,5 años.
3.2. Nivel de estudios.
En cuanto al análisis de los oyentes de radio en función de su nivel de estudios, también nos basaremos en los datos publicados por la SGAE desde 2002 hasta 2012. Conforme a estos datos, encontramos que las personas con un mayor nivel de estudios (título universitario) no son las que más escuchan radio, de hecho, están muy por debajo de otros sectores que veremos más adelante. Sin embargo, se viene dando un crecimiento por parte de los titulados universitarios que escuchan radio desde el año 2001, en la actualidad el 12,5% la escuchan. Este crecimiento se puede explicar teniendo en cuenta el aumento de titulados universitarios que en los últimos años en España, según el Boletín informativo del Instituto Nacional de Estadística (INE): Panorámica de la educación universitaria (2012). Muy por encima de estos datos, se encuentran los titulados en BUP, COU o FP, ya que el 33% de estos escuchan la radio. Casi con la misma audiencia encontramos a los titulados en EGB y Bachillerato elemental. También encontramos que la gente que no tiene estudios, junto a la que no sabe leer, es la que menos escucha la radio. Por tanto, a mayor nivel de estudios no hay mayor nivel de audiencia sino que, por lo contrario, esta audiencia se encuentra entre las personas con un nivel educativo medio.
Estos datos quedan reflejados de igual manera en cuanto a las emisoras generalistas. Sin embargo, aquí el número de oyentes con título superior aumenta considerablemente a lo largo de los años al ser consideradas estas emisoras de actualidad e información. De hecho, esta audiencia citada hace un menor uso de la radio musical. La emisora generalista que más oyentes con título superior ha ganado desde 2001 ha sido Onda Cero, con un notable aumento en un 8,6% de esta audiencia. En cuanto a las emisoras generalistas que más se escuchan a nivel provincial estas serían RAC 1 y Radio Euskadi, con un 40% de audiencia por parte de titulados en BUP, COU o FP.
Pasando a las temáticas musicales, hemos de decir que los porcentajes en estos últimos diez años se mantienen estables, sin apenas producirse una gran variación. A nivel de emisoras observamos como sí ha habido un incremento importante de entorno al 5% tanto por parte de Cadena 40 (Los 40 Principales) como de Cadena Dial en los titulados superiores.
3.3. Actividad profesional.
Si analizamos las audiencias de la radio a través de la actividad profesional de los oyentes y nos basamos en los datos extraídos de Anuarios SGAE desde el 2002 hasta el 2012, vemos cómo el número de trabajadores que escuchan la radio aumenta del 50,3% del 2001, hasta alcanzar su punto más alto en el 2008 con un 57,6%, momento en el que comienza a decrecer su audiencia cada año hasta llegar al 52,2% del 2011. Estos datos son inversamente proporcionales a los obtenidos por el número de oyentes desempleados. Así, el número de personas en paro que escuchan la radio decrece desde el 49,7% del 2001 hasta el 42,4% del 2008, momento en el que vuelve a crecer hasta llegar al 47,5% del 2011. Esto se debe a que el aumento de empleados y/o desempleados se refleja de forma directamente proporcional en el número de oyentes de cada sector. Según el INE, el número de desempleados disminuyó del 10,63% del 2001 al 8,3% del 2006, momento en el que el porcentaje de personas sin trabajo comienza a aumentar levemente. Aunque será en el año 2008 cuando se produzca la mayor subida, de más del 5%, del número de desempleados. Por lo que queda demostrado que el 2008 es un punto de inflexión tanto en el número de oyentes como de desempleados y que una mayor tasa de paro se traduce en una mayor proporción de oyentes desempleados. Además, también se plasma que los trabajadores escuchan mas radio que las personas que están en paro, absolutamente en todos los años de la última década, según los datos extraídos de Anuarios SGAE (2002 al 2012).
Centrándonos en el tipo de radio que prefiere el sector trabajador y atendiendo a los datos extraídos por Anuarios SGAE entre el 2002 y el 2012, vemos cómo a lo largo de la última década siempre se ha optado de forma mayoritaria por la radio temática, con un mínimo del 54,1% en el año 2002 y un máximo en el año 2008 del 62,6%, por encima de la generalista, cuyo nivel más bajo fue un 49,1% en el año 2001 y un nivel máximo del 55,6% en el año 2008. Si atendemos a los datos, nos damos cuenta que en el año 2008 se produjeron los cuotas de audiencia más alta en ambos tipos de radio. Esto se debe, como hemos dicho anteriormente, a que el desempleo no comenzó a aumentar de forma alarmante hasta ese año, según el INE. El hecho de que un mayor número personas trabaje se traduce en que todos los tipos de radio aumenten su audiencia.
Basándonos en los datos de Anuarios SGAE entre el 2002 y el 2012, vemos como los trabajadores prefieren levemente la radio temática musical en la última década hasta día de hoy, exceptuando el período comprendido entre el 2009 y 2010 en el que la radio temática informativa se impone por encima de la citada anteriormente. Aunque también hay que señalar que la diferencia entre ambos tipos de radio desde el 2008 ronda en torno al 1% aproximadamente, por lo que las preferencias en cuanto a la temática de la radio se reparte de forma casi equitativa, llegando a tener un 56,6% la radio temática musical y un 55,5% la radio temática informativa actualmente.
Respecto a las preferencias de radio de los desempleados, basándonos en los Anuarios SGAE entre el 2002 y el 2012 en la última década, vemos cómo las personas en paro se han decantado absolutamente todos los años por la radio generalista, marcando un mínimo de oyentes en el 2008 con un 44,4% y un máximo en el 2001 con un 50,9%. Por otra parte, la radio temática, como segunda opción en los últimos diez años, tuvo un mínimo de oyentes en el año 2008 con 37,4% y un máximo en el 2002 con un 45,9%. Debemos resaltar que ambos tipos de radio decrecieron en audiencia hasta el 2008, momento en el que volvieron a subir a causa de que, en ese mismo año, el número de parados creció notablemente, según el INE.
En cuanto al tipo de temática preferida por los desempleados, las preferencias varían a lo largo de los últimos años. La radio informativa fue la temática preferida durante el periodo comprendido entre 2004 y 2008, momento en el que la temática musical se convierte en la primera opción de los oyentes hasta el año 2010. Desde ese año hasta la actualidad, la radio informativa vuelve a ser la preferida por la audiencia con un 44,5%. También hay que destacar que se produce la misma situación respecto a las preferencias de las personas trabajadoras en cuanto a las radios temáticas, es decir, los oyentes se decantan por ambos tipos de temática casi de forma igualitaria, con una diferencia de un 1% aproximadamente desde el año 2008, según los datos extraídos por Anuarios SGAE entre el 2002 y el 2012.
Debemos añadir que la audiencia de radio es mayoritariamente de personas con trabajo en todas sus categorías, tanto generalista como cualquier tipo de temática. Esto se debe a que el número de trabajadores es mayor que el número de parados en los últimos diez años, por lo que esta proporción mayoritaria también queda reflejada de la misma forma en el número de oyentes de la radio. Además, cualquier variación que se produzca en el ámbito de la actividad profesional quedará reflejada, en cierto modo, en el número de oyentes, por lo que están directamente relacionadas ambas variables.
Por otra parte, basándonos en los datos extraídos por Anuarios SGAE en el 2012, vemos que se producen unas subidas y bajadas constantes respecto al tiempo medio que dedican las personas a escuchar la radio a lo largo de la última década, siendo su mínimo de 94 minutos de media en el 2001 y marcando su máximo en el 2003, con 118 minutos dedicados a la radio por persona y día. La media del tiempo dedicado por los oyentes en el resto de años de la última década se reparte de la siguiente forma: 103 minutos en el 2002, 115 minutos en el 2004, 110 minutos en el 2005, 112 minutos en el 2006, 108 minutos en el 2007, 104 minutos en el 2008, 108 minutos en el 2009, 107 minutos en el 2010 y 110 minutos en el 2011. Como podemos ver, no hay una tendencia clara debido a que varía cada año. Por otra parte, si atendemos a los datos del INE, en la que queda reflejada que la tasa de desempleo, decrece desde el 11,62% del 2002 hasta el 8,3% del 2006 momento en el que comienza a crecer hasta el 26,02% del 2012. El número de desempleados no influye en la cantidad del tiempo que las personas emplean en escuchar la radio, ya que ambas varían de forma independiente. Un mayor número de desempleados no implica un incremento en la media de tiempo dedicado a escuchar la radio. Si esto fuera así, se debería producir una bajada en la media del tiempo escuchado del 2001 al 2006, momento en el que la media debería empezar a crecer hasta la actualidad. Además, la mayor media del tiempo de escucha de radio se debería producir en el 2012, ya que es el año con mayor desempleo de la última década, para que no se afirmara nuestro planteamiento.
Por lo tanto, como hemos visto anteriormente, el número de ocupados y parados sí influye, en cierto modo, en la cantidad de personas que escuchan radio por cada sector de forma directamente proporcional. Sin embargo, la cantidad de desempleados no guarda ninguna relación con la cantidad de minutos dedicados a la radio.
4. Conclusiones.
Después de analizar los datos utilizados para poder responder a nuestras hipótesis y de hacer un análisis integro de cada uno de los datos estudiados, hemos extraído varias conclusiones sobre las audiencias de la radio por sectores.
En nuestra primera hipótesis, en la que planteábamos que la edad media de las personas que escucha la radio está envejeciendo en la última década, vemos que se cumple, ya que a lo largo del análisis hemos podido comprobar cómo la edad media del total de los oyentes está aumentando con el paso de los años. En esta última década ha aumentado en 2,1 años hasta situarse en los 43,9 años. Aunque no se trata de un incremento muy grande sí que es continuado y, de seguir así, en la próxima década la edad media se prevé que llegará hasta los 46. Este proceso lo podemos explicar teniendo en cuenta los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) de 2011, en los que el rango de 30 a 44 años es en el que hay un mayor número de población debido a la alta natalidad de los años 70. Es una generación que ha nacido con la radio como uno de sus ejes principales medios de información. Por otra parte, se aprecia un descenso generalizado de los oyentes por parte de la audiencia más joven, que lleva descendiendo desde 2001 hasta situarse en un 6,5% en la actualidad. Este hecho lo podemos relacionar con el incremento del uso de Internet que se viene dando en los últimos años por parte de los más jóvenes. Estos resultados podemos interpretarlos teniendo en cuenta la encuesta que en 2009 realizó Rádio i Joves, en la cual se afirma que el 96,9% de los jóvenes de entre 14 y 24 años utiliza Internet para la descarga de música, estando muy por delante de otros archivos como las películas. De modo que el público más joven está dejando de escuchar música en la radio para confeccionar él mismo su propia playlist con la música que más le gusta. Además, la premisa en la que afirmábamos que era la población anciana la que mas consumía radio tampoco se cumple, ya que son las personas con una edad comprendida entre los 35 y 45 años los que más escuchan radio.
Por otra parte, la siguiente de nuestra hipótesis, en la que planteábamos que un mayor nivel de educación se refleja en un mayor número de oyentes, se cumple en parte, puesto que son personas que suelen utilizar todo tipo de tecnologías. Tras el análisis vemos cómo son las personas con un nivel medio BUP, COU, FP y EGB/Bachillerato los oyentes prioritarios de radio muy por encima del resto de las categorías, siendo el primer sector que más escucha radio actualmente. Por el contrario, son las personas sin estudios y los que no saben leer los que menos escuchan la radio con diferencia, por lo que ambas variables se relacionan en cierta medida.
Otra de las hipótesis en la que planteábamos que los desempleados es el sector que más escucha radio, al disponer de mayor tiempo de ocio, tampoco se cumple. Como hemos visto anteriormente, son los trabajadores el grupo mayoritario que escucha radio durante la última década, debido a que también son el grupo mayoritario en cuanto a actividad profesional. Aunque también hay que destacar que el número de empleados/desempleados está relacionado directamente con las audiencias de radio distinguiendo estos sectores, ya que ambos varían de la misma forma. Además, somos conscientes de que el número de desempleados no influye en la cantidad de minutos dedicados a la radio por persona y día, puesto que la media anual varía sin seguir una constante. Esta hipótesis tampoco se cumple.
En cuanto a la premisa en la que planteábamos que la radio generalista es preferida por personas adulto-maduras, con un nivel medio-bajo de estudios y desempleados, se cumple en parte, debido a que su audiencia principal está consolidada en torno a los 35 y 65 años. Además, sus oyentes tienden a tener un nivel educativo medio, ya sea EGB/Bachillerato elemental o BUP/COU/FP. Sin embargo, la mayoría de su audiencia suele constituirse por personas trabajadoras. Respecto a la hipótesis en la que afirmábamos que el público prioritario de la radio temática son los jóvenes, con un nivel de estudios medios y desempleados, también se cumple en parte, ya que la audiencia de principal de este tipo de radio suele ser joven, aunque con bastante madurez, entre los 25 y 44 años. Al igual que con la radio generalista, estos oyentes suelen tener un nivel medio, pero en este caso es más destacado el nivel que alcanzan los titulados en BUP/COU/FP con respecto a los porcentajes. Por otra parte, son los trabajadores los que más escuchan este tipo de radio.
La hipótesis que plantea que la mayor parte de audiencia de radio informativa son personas adultas, con un nivel de estudios alto y ocupadas debido a su deseo de estar informados constantemente, tan solo se cumple en parte, puesto que el sector prioritario de este tipo de radio posee unos 47 años de media aproximadamente, con un nivel educativo medio y personas ocupadas. Respecto a la premisa en la que asegurábamos que la radio musical tenía un público joven con un bajo nivel de estudios y desempleados, vemos que también se cumple en parte, ya que tras realizar el análisis vemos que su grupo mayoritario posee una edad aproximada de 37 años, con un nivel de estudios medio, es decir, titulados en EGB/Bachillerato elemental o BUP/COU/FP, y con trabajo principalmente. Esto último se debe a que al haber mayor número de personas trabajando que personas en paro, también se refleja en un mayor porcentaje de oyentes trabajadores.
Otras conclusiones nos llevarían a comentar que no es necesaria una gran cantidad de contenidos para atraer a más audiencia, sino que puede repartirse la especialización. Es decir, podría dirigirse más hacia un sector y asegurarse un futuro en él, antes que una mayor cantidad estancada y cuyo público se va perdiendo. También, la falta de atención de la radio hacia el público infantil podría hacer que su audiencia envejezca y disminuya cada vez más, a causa del alejamiento de la radio que seguirán teniendo estas generaciones en un futuro. Respecto a sus contenidos, las radios deberían fomentar la producción de programas innovadores, aprovechando los recursos que tienen a su disposición, como Internet, al que se le podría sacar un mayor partido, atrayendo un nuevo público.
En futuros estudios podríamos investigar la evolución de la edad media de los oyentes de radio y cómo sigue influyendo el nivel cultural y el desempleo en las audiencias de la radio. Además, podría estudiarse también cómo influyen otras variables como el rol familiar, la clase social, el estado civil o el lugar de procedencia de los oyentes de radio y analizar las preferencias de radio generalista y temática y, dentro de ésta, entre musical e informativa.
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