Antonio Luis Hidalgo Capitán
Coordinador
alhc@uhu.es
Dice el filósofo Eugenio Trías que “las crisis, aunque atemorizan, nos sirven para cancelar una época e inaugurar otra”. Y eso es precisamente lo que ocurre con la crisis que soporta la economía mundial a finales de la década del 2000; está sirviendo para cancelar la época de la gobernanza neoliberal y para inaugurar otra época cuyas características están aún por definir.
La crisis global que comenzó en 2008 tiene en su transfondo un comportamiento de innumerables agentes económicos, a lo largo y ancho del todo el mundo, que consiste en adquirir un activo cualquiera a un precio bajo y venderlo cuando el mismo haya aumentado de precio, sin realizar ninguna actuación sobre el activo que aumente su valor, más que dejar transcurrir el tiempo; dicho de otro modo, la “especulación” es la causa última de esta crisis global.
Y ello es así porque el neoliberalismo, como ideología que inspira el marco regulatorio de la economía desde los años ochenta del siglo XX, ha transformado a la economía mundial en un “gran casino”, modificando su naturaleza capitalista hasta convertirla en lo que se ha venido en denominar el “capitalismo de casino”. La especulación, en especial la financiera, pero también la inmobiliaria, ha permitido la aparición de una serie de agentes económicos que ganan dinero “apostando” a que un determinado activo, que han adquirido a bajo precio, podrá ser vendido a un precio mucho mayor; y entre los principales especuladores se encuentran los fondos de inversión y los fondos de pensiones.
El resultado de todo ello ha sido una “hipertrofia” del sector financiero mundial, un sector que se encuentra sobredimensionado en relación con el valor de la producción mundial; tanto es así que algunos autores estiman que los valores ficticios que circulan en los mercados financieros mundiales son equivalentes a los valores reales creados en el proceso productivo multiplicados por seis.
La aparición de los derivados financieros (futuros, opciones, swaps…), supuestamente destinados a reducir el riesgo de otros activos, en la práctica han servido para facilitar la especulación financiera, convirtiendo el riesgo de los activos subyacentes en un “riesgo sistémico”; es decir, ponen en riesgo al conjunto del sector financiero mundial.
Estamos, por tanto, ante una crisis de regulación de la economía mundial; una crisis de la gobernanza global; una crisis de la que no se puede salir siguiendo los postulados del marco regulatorio que la ha generado. De hecho, los planes de estímulo económico, los elevados déficits públicos, las nacionalizaciones y las subvenciones de empresas privadas, los bancos “malos”, la proscripción del secreto bancario y de los paraísos fiscales, la creación de nuevos reguladores financieros globales, etc. son “herejías” para el “dogma neoliberal” y ponen de manifiesto que el neoliberalismo ha dejado de ser el referente de las decisiones de los agentes reguladores de la economía mundial. Está por ver qué ideología reemplazará al neoliberalismo como referente para la futura regulación de la economía mundial, pero parece claro que esta crisis nos sirve para clausurar la etapa de la gobernanza neoliberal.
Dicha etapa comenzó a principios de la década de los ochenta del siglo XX, cuando el neoliberalismo se fue imponiendo como “pensamiento único”. En esta ideología se inspiraron las medidas de política económica que, por un lado, permitieron a las economías capitalistas nacionales salir de la crisis económica que venían padeciendo desde la década de los setenta y, por otro lado, dieron como resultado el proceso de globalización, es decir, la integración de dichas economías nacionales en una única economía capitalista mundial, que ha funcionado con “relativo” éxito hasta 2008; y decimos “relativo” porque la brecha desarrollo-subdesarrollo ha ido aumentado, al tiempo que lo hacían los problemas ambientales derivados de la actividad económica.
En este trabajo se analiza el funcionamiento y la evolución de la economía mundial desde principios de los ochenta, en que comenzó el proceso de globalización, hasta la crisis global de finales de la década del 2000; y ello nos permite tener un periodo de estudio delimitado, ya que estudiamos la economía mundial desde su conformación como tal (el paso de la economía internacional a la economía mundial) hasta su primera crisis estructural.
El análisis que se recoge en este documento sigue un enfoque de Economía Política Global (la Economía Política Internacional adaptada a un escenario global), que tiene la virtud de combinar las variables políticas y económicas (y también geográficas, culturales, ambientales, jurídicas…), consiguiendo con ello una mayor capacidad explicativa de los fenómenos económicos.
Con carácter no exclusivamente divulgativo, la obra es realmente un ensayo académico, algo extenso, articulado sobre la base de la teoría de la autorregulación de los sistemas sociales, con perspectiva fenomenológica y holística, que pretende cubrir un vacío existente en la academia española dedicada al estudio de la economía mundial.
El documento se estructura en cinco partes y doce capítulos. La primera parte está dedicada al estudio de los aspectos metodológicos y consta de un capítulo sobre la Economía Política Global y de otros sobre el sistema económico mundial. La segunda parte trata los aspectos generales, analizando en el primer capítulo la globalización de la economía y en el segundo la gobernanza de la economía mundial. La tercera parte se dedica a analizar los aspectos territoriales con tres capítulos dedicados al medio ambiente y la economía mundial, el desarrollo y el subdesarrollo en la economía mundial y la regionalización de la economía mundial. La cuarta parte compuesta por cuatro capítulos analiza los aspectos sectoriales de la economía mundial estructurada en subsistemas productivos, el subsistema productivo mundial, el subsistema financiero mundial, el subsistema laboral mundial y el subsistema comercial mundial. El documento termina con una quinta parte de aspectos temporales, compuesta por un solo capítulo referente a la evolución de la economía mundial y en el que se analiza no sólo la crisis global de finales de la década del 2000, sino también la crisis de las economías capitalistas nacionales de los años setenta y ochenta.
La obra ha sido escrita y dirigida por Antonio Luis Hidalgo Capitán, Profesor Titular de Economía Aplicada de la Universidad de Huelva (España), con la colaboración de ocho colegas economistas y profesores del Dpto. de Economía General y Estadística de dicha universidad, Teresa Sanz Díaz, David Flores Ruiz, Irene Correa Tierra, Mª Teresa Aceytuno Pérez, Lidia Luque García, Juan Miguel Simarro García, Jesús Iglesias Garrido y Mª Carmen Cabrera Benítez.
Este trabajo forma parte de un proyecto de investigación sobre Economía Política Global, dirigido por Antonio Luis Hidalgo Capitán, que se lleva a cabo en el seno de Grupo de Investigación “Técnicas de Investigación y Desarrollo Económico” de la Universidad de Huelva, y cuyo primer resultado fue el ensayo El sistema económico mundial y la gobernanza global, publicado en 2007 en edición electrónica (disponible en línea en http://eumed.net/libros/2007b/280/indice.htm).