CONTABILIDAD AMBIENTAL. CRÍTICA A LA CONTABILIDAD FINANCIERA AMBIENTAL
Eutimio Mejía Soto
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1. Área problemática
Las organizaciones con y sin ánimo de lucro son responsables de un importante porcentaje de la contaminación, disminución y deterioro de los recursos naturales. Jasch (2002, 5) afirma que “el 20% de las actividades de producción son responsables del 80% de los costos de contaminación”. En la mayoría de los casos, las entidades no preparan ni presentan información que visibilice la totalidad de costos e impactos en que incurren durante los procesos de producción, transformación o circulación de bienes y servicios.
Senés y Rodríguez (2002, 122) anotan que “los agentes económicos, consumidores y productores, se comportan de forma “racional” buscando maximizar su bienestar y su beneficio, respectivamente, pero sin tener en cuenta las repercusiones que sus acciones tienen en el medio social y físico que les rodea. La teoría económica convencional partía de la idea de un sistema cerrado, donde las actividades productivas olvidaban que estaban insertas en un sistema biológico”. Su accionar, no considera la necesidad de reconocer y valorar el patrimonio natural.
La contabilidad es una disciplina encargada del estudio cualitativo y cuantitativo del estado y evolución del patrimonio en todas sus formas que incluye por lo tanto el patrimonio ambiental, social, histórico y cultural junto con los tradicionales financiero y económico. Cuando el sistema contable reconoce sólo un tipo de patrimonio, la representación de la realidad es reduccionista y parcializada. En tal sentido, las organizaciones deben reconocer el estado y evolución de sus recursos naturales, a partir del impacto que generan las actividades desarrolladas por la entidad.
Para dar cumplimiento a su función, anotada en el párrafo anterior, y su fin genérico de contribuir a la sostenibilidad patrimonial, múltiple línea de resultados e información, de las organizaciones y la sociedad, la contabilidad implementa un itinerario adecuado para cada realidad. El reconocimiento, la medición/valoración, la determinación del capital y la presentación/revelación de información, constituyen el esquema a seguir en la preparación y presentación de información y estados contables.
El desafío de contribuir a la sostenibilidad de los patrimonios de la sociedad, lleva a desarrollar un modelo contable que permita la inclusión de todos los recursos e impactos socio-ambientales que arrojan las organizaciones. El reconocimiento parcial de la realidad y sus efectos, favorece el deterioro y agotamiento de los recursos naturales y traslada los costos de daño y recuperación ambiental a la sociedad en general, sin individualizar las responsabilidades por las situaciones generadas.
La contabilidad debe articular un proceso multi y transdisciplinario que le permita dar cuenta de un objeto de estudio multi-convergente como es la realidad ambiental. La problemática ambiental debe ser entendida en sus dimensionales social y natural; la convergencia de estos dos aspectos lleva a que tales situaciones sean abordadas en una intersección donde confluyen los estudios naturales y los estudios sociales.
Gómez (2006, 7) explica al respecto: “se entiende que el problema medioambiental está compuesto, como mínimo, por dos ámbitos: uno, el deterioro de la base natural y del contexto bio-sistémico como consecuencia de los procesos e interacciones materiales, productivos y culturales de la sociedad, y, en segundo lugar, el deterioro de las condiciones sociales de vida de una creciente proporción de la humanidad (Brundtland, 1988). Esto quiere decir que bajo esta perspectiva, la problemática ambiental de naturaleza social y natural, y sus complejas relaciones e interacciones, son de corte sistémico, recursivo y multi-causal, por lo cual nutren y desdoblan la dimensión de tal problemática”.
Los actuales niveles de deterioro ambiental y sus consecuencias directas sobre la humanidad conllevan a que exista un creciente interés desde todas las disciplinas por estudiar los problemas ambientales. La realidad demuestra además que la solución de estos problemas exige esfuerzos interdisciplinarios mundiales de tipo intra e inter-generacional. Las ciencias contables, económicas y administrativas también avanzan hacia la búsqueda de soluciones del problema ambiental, pero si no lo hacen en la dirección correcta, sus recomendaciones y acciones pueden arrojar resultados incluso peores que los problemas que pretenden resolver.
La contabilidad avanza en el diseño de técnicas e instrumentos que le permiten dar cuenta de valoraciones de la riqueza ambiental y de la medición de los impactos de las acciones empresariales sobre el ambiente, desarrollando diferentes modelos regulativos con distintos criterios de reconocimiento, medición, valoración y mantenimiento de capital. En tal sentido, conforme a diversos propósitos, también se pueden obtener diferentes resultados. El modelo contable utilizado tendrá una influencia vital en las decisiones adoptadas por la empresa en materia ambiental y social. No todos los modelos pueden calificarse de óptimos en función de los propósitos de protección y cuidado del medio ambiente.
Los sistemas contables nacionales de todo el mundo han sido reemplazados de manera paulatina por el modelo contable mundial estandarizado IAS/IFRS. Los países delegan su responsabilidad en materia de regulación y emisión de pautas para la preparación y presentación de información económico-financiera, a una entidad privada internacional, como es el Consejo de Estándares Internacionales de Contabilidad, IASB. La información ambiental así mismo queda sometida a lo que el organismo emisor internacional determine como necesaria y relevante.
Los Estándares Internacionales de Contabilidad y Reportes Financieros IAS-IFRS emitidos por el Consejo de Estándares Internacionales de Contabilidad IASB, es el modelo que se está implementado de forma profusa en todo el mundo. Castro (2008, 5) señala que en el 2011 cerca de 150 naciones habrán implementado el modelo de contabilidad IASB. Cruz Alvarado (2010, 16) en un reporte menos optimista, no por ello menos significativo, señala que en la actualidad 117 países han adoptado/adaptado la regulación internacional IAS/IFRS.
Los reguladores contables de los diferentes países, han empezado a desarrollar alternativas que les permiten incluir información ambiental en sus estados financieros, ya sea como información independiente o haciendo parte de los reportes tradicionales. Las naciones que se acogen al modelo IASB, reconocen que este modelo permite la preparación y presentación de información de carácter ambiental [CUE, 2001, Sénes y Rodríguez, 2002).
La emisión de información ambiental no es suficiente para afirmar que existe un compromiso de protección y conservación de la naturaleza; porque si la información emitida no es adecuada ni pertinente, las decisiones tomadas a partir de tales criterios no serán las más convenientes en el marco de la sostenibilidad múltiple.
Las regulaciones contables nacionales e internacionales que contemplan aspectos ambientales en su estructura de información, deberán ser objeto de análisis en los componentes básicos que conforman el modelo contable, a saber: los criterios de reconocimiento, los métodos de medición-unidad de medida y la determinación de los conceptos de capital y mantenimiento de capital. El estudio de estos tópicos, su interrelación y conjugación con las políticas de presentación y revelación de información, permitirá evaluar cada modelo contable, identificar sus bondades y falencias, así como presentar propuestas de mejoramiento o cambios estructurales e integrales.
A pesar de la importancia de la temática ambiental y su inclusión en la política económica de varios países y en la estructura de administración de muchas empresas, el modelo contable IASB no ha emitido ningún IAS/IFRS que esté directamente relacionado con la medición ambiental. Sin embargo, subyacen en algunos estándares IAS/IFRS aspectos que han permitido el desarrollo de procedimientos de registro a partir de la determinación de los criterios para el reconocimiento, la medición, unidad de medida y mantenimiento de capital en las cuentas ambientales. Los IAS/IFRS abordan de forma subsidiaria la presentación de información medioambiental, situación que formula preguntas con respecto al soporte técnico valorativo en lo que respecta a las cuentas ambientales.
La presentación de información socio-ambiental en los reportes financieros anuales o intermedios de las entidades, constituye un importante aporte en el reconocimiento de los efectos sociales y ambientales de la empresa. La problemática del ambiente debe ser tratada con una conciencia ciudadana y con una alta responsabilidad social corporativa, profesional y de la sociedad en general. Los reportes contables, conforme a las orientaciones actuales, están dirigidos a la sociedad en general y no sólo a los inversores de capital de riesgo. Es así como la comunidad tiene la posibilidad de tener acceso a la información empresarial, incluyendo las cuentas ambientales, su análisis, riesgos y programas corporativos en la materia.
La contabilidad ambiental permitirá evidenciar la responsabilidad social de las personas, las organizaciones y de la sociedad con el ambiente. Fronti de García y Wainstein (2000, 3) aportan al respecto: “Los aspectos ambientales deben ser vistos en el contexto amplio de la responsabilidad social de la empresa, es decir, de las relaciones de la entidad con sus empleados, otras empresas, el Estado, y el público en general. Si se tiene en cuenta dicha responsabilidad social, resulta lógico que la misma deba facilitar cualquier información que pueda afectar de inmediato o en el futuro a todos los usuarios”.
Cuando los estados contables, incluyendo los sociales y ambientales, se convierten en patrimonio público, la contabilidad tiene la responsabilidad de diseñar los modelos contables que mejor representen la realidad y sean la imagen fiel de los hechos y los objetos que pretendan reflejar. La representación adecuada de la riqueza ambiental y el impacto de su deterioro, consumo y alteración, debe contar con los instrumentos adecuados para su preparación y revelación. En tal sentido, el análisis de los modelos contables y sus elementos, es vital para determinar si la información ofertada es la adecuada, relevante, oportuna y pertinente.
El campo del ejercicio del contador público y su práctica han cambiado en relación con su responsabilidad social en cuestiones ambientales, ya sea por iniciativa propia, por presión social o porque la legislación contable así lo dispone. A pesar de ello, los organismos reguladores contables no han dado la suficiente importancia al tema ambiental, situación que se ve reflejada en la poca regulación de los procedimientos y criterios para la medición y presentación de rubros ambientales en los reportes económico-financieros y sus respectivas notas y cédulas explicativas.
La escasa atención que el IASB como emisor de los IAS/IFRS ha prestado a las cuentas ambientales, no corresponde a una ausencia de desarrollo de conocimiento técnico-científico en este campo; algunas regulaciones contables en el mundo, incluyendo las de países desarrollados avanzan de manera significativa en la prescripción de prácticas de reconocimiento, medición, valoración, unidad de medida, mantenimiento de capital, revelación y presentación de información ambiental en los estados financieros voluntarios y obligatorios. Además existen estudios científicos en el campo de la contabilidad ambiental que no han trascendido a la regulación contable.
Los reportes financieros empresariales, en su mayoría, no contienen información de carácter ambiental, o aquella que presentan sobre el tema no responde a una visión proteccionista y ambiental; en diversos casos las intencionalidades no corresponden a visiones éticas y humanísticas. Varios informes están soportados en racionalidades financiero-instrumentales o en cálculos utilitaristas, con respecto a los beneficios rentísticos que pueden generar el cumplimiento de las disposiciones legales en materia ambiental, o la implementación voluntaria de prácticas, en apariencia ambiental, responsables.
La globalización comporta la aceptación y formulación de modelos estandarizados y universales en todos los campos. En contabilidad, los estándares internacionales de reportes financieros constituyen la vanguardia en materia de preparación y presentación de estados financieros. Lo anterior no significa que el modelo IFRS haya incluido técnicamente los mayores avances en la preparación y presentación de información ambiental; tampoco implica que el modelo se enmarque en una estructura de responsabilidad social y ambiental desde los enfoques vanguardistas y humanísticos de la profesión contable.
Es necesario adelantar estudios tendientes a evaluar desde los conceptos, los criterios de reconocimiento, medición, valoración, unidad de medida, mantenimiento de capital y presentación/revelación de información ambiental. Dichos estudios deben develar en los IAS/IFRS los criterios de fundamentación ontológica, metodológica y económica que soportan las cuentas ambientales incluidas en el mismo. Tal análisis ha de determinar las falencias y bondades del modelo en materia ambiental, y permitirá que futuras investigaciones formulen estructuras regulativas para interpretar de la mejor manera la realidad social y las necesidades de protección y cuidado ambiental requeridas.
“… es preciso asumir un compromiso de responsabilidad con el medio ambiente. Esta responsabilidad alcanza no sólo a los gobiernos y empresarios, sino a toda la sociedad civil la cual debe de identificar y aportar soluciones a problemas de interés público a través de estrategias e iniciativas ciudadanas, que estén inspiradas en la transparencia, la pluralidad, la sostenibilidad y la ética cívica”6.