Germán López Noreña
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La Universidad Pública De Colombia De Mejor Ranking A Nivel Latinoamericano y Mundial
Iniciemos este capítulo del libro tratando en un primer momento algunos aspectos de la Educación Superior en la Revolución Educativa – y en especial para este escrito el análisis de la educación universitaria26- como estrategia de la política oficial del Ministerio de Educación Nacional de Colombia en el Plan de Desarrollo del 2006-2010, para luego analizarla en el marco del IESALC/UNESCO, y finalmente observar la emergencia o no de la Pedagogía Crítica en las propuestas y proyectos de ambas.
4.1 LA EDUCACIÓN SUPERIOR EN COLOMBIA
4.1.1 Del Llamado Sistema De Educación Superior En Colombia
Estructura Del Sistema Nacional de Educación Superior En Colombia
http://www.cna.gov.co/1741
La educación superior en Colombia ha sido caracterizada como centralista, inequitativa, tradicional y privatizante. Esta frase, por dura que parezca, devela totalmente los problemas estructurales que afronta el sistema educativo colombiano de cara a los retos que debe afrontar en la era de la información y el conocimiento.
(Alfonso Tamayo Valencia, 2006)
El Sistema Nacional de Educación Superior en Colombia se rige a través de la Ley 30 del 28 de Diciembre de1992, la que establece la normatividad para su funcionamiento, la cual es modificada, adicionada o sustituida. De manera general la educación superior en Colombia es definida y se clasifica de la siguiente manera27:
De su definición:
Educación Superior es un proceso permanente que posibilita el desarrollo de las potencialidades del ser humano de una manera integral; se realiza con posterioridad a la educación media y tiene por objeto el pleno desarrollo de los alumnos y su formación académica o profesional. Es un servicio público cultural, inherente a la finalidad social del Estado […].
De su clasificación:
Las instituciones de este nivel se clasifican de la siguiente manera:
Instituciones técnicas profesionales: son aquellas facultadas legalmente para ofrecer programas de formación en ocupaciones de carácter operativo e instrumental y de especialización en su respectivo campo de acción, sin perjuicio de los aspectos humanísticos propios de este nivel.
Instituciones universitarias y las escuelas tecnológicas: son instituciones facultadas para adelantar programas de formación en ocupaciones, programas de formación académica en profesiones o disciplinas y programas de especialización.
Universidades: son las instituciones que acreditan su desempeño con criterio de universalidad en las siguientes actividades: la investigación científica o tecnológica; la formación académica en profesiones o disciplinas y la producción, desarrollo y transmisión del conocimiento y de la cultura universal y nacional. Están igualmente facultadas para adelantar programas de formación en ocupaciones, profesiones o disciplinas, programas de especialización, maestrías, doctorados y post-doctorados.
La Educación Superior está constituida por programas de pregrado y programas de postgrado:
Los programas de pregrado preparan para el desempeño de ocupaciones, para el ejercicio de una profesión o disciplina determinada, de naturaleza tecnológica o científica o en el área de las humanidades, las artes y la filosofía. Estos programas conducen a la obtención de un título, bien sea técnico, tecnológico o universitario.
Los programas de postgrado comprenden las especializaciones, las maestrías los doctorados y los post-doctorados.
Los programas de especialización son aquellos que se desarrollan con posterioridad a un programa de pregrado y posibilitan el perfeccionamiento en la misma ocupación, profesión, disciplina, áreas afines o complementarias.
Los programas de maestría y doctorado tienen a la investigación como fundamento y ámbito necesarios de su actividad. Las maestrías buscan ampliar y desarrollar los conocimientos para la solución de problemas disciplinarios, interdisciplinarios o profesionales y dotar a la persona de los instrumentos básicos que la habilitan como investigador en un área específica de las ciencias o de las tecnologías o que le permitan profundizar teórica y conceptualmente en un campo de la filosofía, de las humanidades y de las artes.
Los programas de doctorado se concentran en la formación de investigadores a nivel avanzado, tomando como base la disposición, capacidad y conocimientos adquiridos por la persona en los niveles anteriores de formación. El doctorado debe culminar con una tesis.
Además de los aspectos señalados anteriormente, las instituciones educativas Según su naturaleza pueden ser públicas (gubernamentales) o privadas. A su vez, las instituciones públicas pueden ser nacionales, departamentales, distritales y municipales.
Ahora, si analizamos detenidamente los párrafos de la anterior cita y el cuadro del SNIES, es posible ver como la Ley 30 de 1992 le da cabida a lo que normalmente se le ha determinado y llamado oficialmente Educación Superior en Colombia. Con esta denominación se arropa a una serie de instituciones que van desde las técnicas profesionales pasando por las profesionales y tecnológicas, llegando hasta los de postgrado desde las especializaciones, maestrías y doctorados.
Situación que conlleva a un mapa de limites confusos de una diversidad de instituciones – que van desde universidades, institutos, corporaciones, fundaciones, católicas, autónomas, libres, pontificias, diurnas, nocturnas, militares, cooperativas, costosas, baratas etc...-, y en las que cada una presentan sus propios intereses y sus propios fines ¿Luego será posible hablar un sistema de Educación Superior propiamente dicho en Colombia?
En verdad sería difícil pensarlo y aun más afirmarlo, en razón de la definición misma de Sistema28, y las diferentes lógicas que manejan cada una de estas instituciones, lo que hace difícil gestar una comunidad académica. Y sumado a esto el problema de la “Politiquería” reinante en un alto porcentaje de las Universidades públicas e instituciones que conforman el llamado Sistema de Educación Superior en Colombia. Situación evidenciada en el alto número de quejas presentadas en el trimestre de Abril junio del 2010, en la que la de mayor porcentaje corresponde a lo concerniente a la parte administrativa.
En verdad, el pensar la educación superior y por ende la universidad, exige reflexionar sobre su incidencia e implicaciones de carácter político, histórico, económico y también las de tipo social en relación con la realidad del mundo actual. La concepción de los últimos tiempos de la universidad como un producto dentro de un marco empresarial, susceptible de ser vendido y explotado en aras de lograrse altos dividendos en ganancias, ha generado una crisis de identidad, la que denota una alta vulnerabilidad en la naturaleza social de la educación superior; como lo son la hegemonía, la legitimidad y la crisis institucional (Boaventura de Soussa, 2006)29.
He aquí una compleja problemática para la universidad colombiana y su supuesto sistema de educación superior defendido por los apologistas en Colombia. La hegemonía resquebrajada, induce a pensar de qué manera se puede afectar a la educación superior cuando hoy por hoy se le resta posibilidades de decisión por si misma, es decir autonomía y libertad para decidir por si misma.
Las quejas relacionadas con instituciones de educación superior y sus programas académicos, son atendidas por la Subdirección de Inspección y Vigilancia y clasificadas por ejes temáticos. Entre abril y junio de 2010, la subdirección de Inspección y Vigilancia del Ministerio de Educación Nacional recibió 312 quejas. Los temas que más inconformidades generaron fueron procesos administrativos y derechos pecuniarios. Fuente: http://www.mineducacion.gov.co/
Luego, si ello se da, entonces va en perjuicio de la producción de conocimiento –generándose desigualdad-, pérdida de identidad cultural, y también atentando contra la pluralidad y la alteridad en las personas. Desde esta óptica el profesional colombiano a egresar de las diferentes instituciones de educación superior en Colombia, presentarían un status de obra de mano calificada, es decir, de acuerdo a la tipología universitaria sería eminentemente Napoleónica30.
La educación superior en Colombia, quiéralo o no está inmerso en la Globalización, y ante ello debe gestar respuestas desde su contexto. No obstante, lo erróneo de las políticas educativas neoliberales concebidas desde la Globalización, se hace necesario que la universidad colombiana se posicione ante la comunidad académica internacional con un proceso racional y no excluyente.
En este sentido la Globalización según Pablo Guadarrama (2003) entendida como un fenómeno de naturaleza política, social y económica con orígenes en la internacionalización de las formas de relaciones capitalistas del mundo actual, introduce en el ducto de succión provocado por el móvil que le transporta con altas velocidades.
Otros aspectos que van en detrimento de poder establecer un efectivo y eficiente sistema de educación superior en Colombia lo constituyen, lo concerniente a los resultados de los indicadores de Calidad, Cobertura y Pertinencia social, entre otros; los que de una u otra forma se han constituido en elementos críticos de esta parte del Sistema de Educación Nacional en el país.
En los días en que se escriben estas líneas las fuentes oficiales de la educación superior en Colombia, escriben de manera acrítica el haberse dado un gran salto en lo que a cobertura corresponde, esto dentro del marco de las políticas de inclusión. De la cobertura, la calidad, y la oferta de programas tradicionales en el año 2006, comenta Tamayo Valencia (2006), citando a Gómez Víctor Manuel (2000):31
la cobertura de la educación superior no alcanza al 20% de la población entre 18 y 24 años y sólo el 12% del 50% más pobre de la población tiene hoy acceso a la educación superior, y de estos las 2/3 partes lo hacen en instituciones privadas cuya cobertura concentra aproximadamente el 73% de la matrícula Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla, Bucaramanga y Tunja, ciudades centrales de Colombia, concentran la mayoría de oferta estudiantil mientras en otras ciudades como Arauca o Yopal, ciudades periféricas, la oferta es mínima y la calidad insatisfactoria.
Este cuadro se agudiza más cuando constatamos que la oferta de carreras es tradicional: contaduría, medicina, derecho, odontología, economía, ingenierías, administración, agronomía, educación, y últimamente sistemas, sin que se haya hecho un estudio serio sobre las necesidades nacionales, regionales y locales respecto de la educación superior ni mucho menos sobre el impacto de estos saberes y tecnologías en el desarrollo regional. Si nos atenemos a los resultados de los exámenes de calidad de la educación Superior en Colombia (ECAES), y aunque no son el único criterio para valorar una carrera, vemos que nuestros estudiantes no superan el promedio de lo que se debe saber y muchos están aún por debajo de la media. Esto sin mencionar la calidad de la mayoría de instituciones de educación superior en cuanto a infraestructura, bienestar, campus, investigación, profesorado, bibliotecas, administración y personal de servicios.
Pues bien, mucho se podría seguir argumentando de las actuales falencias de la Educación Superior en Colombia, lo que a decir de Víctor Manuel Gómez se inscriben, entre otras, en cuatro problemáticas críticas el Estado, las Instituciones, la pertinencia y la equidad social.
Reconociendo que la discusión no se ha agotado pues en realidad apenas se inicia; entonces veamos que estrategias se han generado e implementado, para subsanar esta situación desde la llamada Revolución Educativa del Ministerio de Educación Nacional, en lo que corresponde a esta parte de la educación colombiana. Luego, es pertinente y además necesario para la discusión el determinar que concepción de educación se promulga para ser lograda en ella.