LOS FUNDAMENTOS TEÓRICO METODOLÓGICOS DE LA SELECCIÓN DE PERSONAL
Pedro Manuel Zayas Agüero
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En la base de la construcción del conocimiento sobre la selección de personal se encuentran la psicología general y dentro de esta los enfoques actuales de la psicología cognitiva, la psicología de la personalidad y el estudio de la organización del trabajo. No obstante que se ha planteado por diferentes autores que en Occidente la psicología laboral y en especial la selección de personal se desarrolló al margen de las concepciones teóricas de la psicología general por el marcado carácter pragmático de la misma, no es menos cierto que los psicólogos integran las filas de determinadas escuelas, corrientes o enfoques que sostienen determinadas posiciones sobre categorías psicológicas que intervienen en los procesos de selección. En este sentido no se hará referencia al papel que en particular han desempeñado los diferentes especialistas que se han dedicado en el decursar histórico a la selección de personal, ni a hacer un análisis pormenorizado de los aspectos teórico y metodológicos expresados en las diferentes escuelas, corrientes y enfoques en Psicología, pero en función del objeto de nuestro trabajo es necesario hacer referencia a las principales formulaciones que tributan a la concepción de la selección de personal desarrollada en el presente trabajo, por lo que estas representan con respecto al conocimiento psicológico, y en las cuales desde puntos de vista diferentes, van surgiendo puntos de contacto que proyectan una visión diferente en el proceso de producción del conocimiento en la ciencia psicológica.
Entre los sistemas teóricos que integran el panorama epistemológico de la psicología contemporánea está el psicoanálisis que tiene sus fundamentos filosóficos en el irracionalismo. Al analizar la teoría psiconalítica de Sigmund Freud, Rappaport D.(1967) destaca un grupo de corolarios en la base de dicha teoría, señalando entre los mismos el siguiente: “Ninguna conducta está aislada: toda conducta pertenece a la personalidad integral e indivisible”. Estos postulados hablan del abordaje, existente ya en la teoría psicoanálitica de un enfoque holístico desde el punto de vista estructural, así como las categorías empleadas en su formulación psicodinámica de la personalidad pese a su fatalismo biológico. Otro aspecto que proyecta una visión holística y una proyección de actualidad en el enfoque del estudio sobre la personalidad, como lo es la unidad de lo cognitivo y lo afectivo, presente en el modelo combinado de cognición y afecto desarrollado por Freud en 1915 (Freud, S., 1973), aunque resaltan la subordinación de los elementos cognitivos a los afectivos; dirigen además, la atención hacia el papel de las necesidades en el comportamiento del ser humano y plantean la existencia de diferentes niveles de conciencia y desde el punto de vista metodológico resulta de interés para la selección de personal el empleo del método clínico en el conocimiento del sujeto.
Otra teoría psicológica relevante es la Gestalt, que tiene sus raíces epistemológicas en el racionalismo, reflejada en la base de su concepción psicológica. Dirigen su atención hacia el estudio de los procesos cognoscitivos, fundamentalmente la percepción y el campo de la solución de problemas donde reconocen la existencia de un pensamiento productivo. Impacta de este sistema su concepción sobre la totalidad, coincidente con enfoques actuales en este sentido, con independencia del sustrato teórico y desde el punto de vista metodológico sus posiciones enfatizan la necesidad de cierta flexibilidad sobre la base de la experimentación.
La teoría conductista tiene sus fundamentos epistemológicos en el funcionalismo y el pragmatismo dentro de la filosofía y es una fiel expresión del positivismo dentro de la ciencia psicológica. J. Watson, fundador de este sistema teórico planteaba: “Admitir lo espiritual dentro del campo de la ciencia significa franquearles una puerta a los enemigos de la ciencia- al subjetivismo, al supernaturalismo y al sentimentalismo” y añadía “ procesos psíquicos, conciencia, almas y espíritus son todos de la misma laya, e impropio por tanto del empleo científico”(Heibredder, E.,1971). Este enfoque desde la misma posición la mantiene otro de los máximos representantes de este sistema Skinner, B. (1971) cuando plantea: “La costumbre de buscar una explicación de la conducta en el interior del organismo ha tendido a oscurecer las variables de que disponemos para un análisis científico. Estas variables se encuentran fuera del organismo, en su medio ambiente inmediato y en su historia. No negamos la existencia de los estados internos, sino que afirmamos que no son importantes en un análisis funcional.” Pese a sus limitaciones resulta de valor para la selección de personal el empleo de métodos tales como la observación y la necesidad de la valoración de los resultados de la actividad, obviamente no sobrevalorado como en este sistema que hace abstracción de los procesos. Algunos enfoques tales como el enfoque funcionalista en el análisis de las competencias tienen un marcado carácter conductista
Dentro del estudio de la psicología de la personalidad en los últimos años ha jugado un papel significativo la psicología humanista. Los fundamentos epistemológicos de la psicología humanista se refieren a antecedentes tan antiguos como Aristóteles, los filósofos del Renacimiento, la filosofía existencialista (S. Kierkegaard, J. Sartre,) de la que asimila el ubicar al hombre y su existencia en el centro del sistema y la idea de que el ser humano crea su persona por las propias decisiones o elecciones que va tomando, y de la fenomenología (E. Husserl, M. Heiddeger) la cual se centra en el estudio de la percepción externa o interna como acontecimiento subjetivo, sin ningún tipo de apriorismo. Para los representantes de este enfoque los seres humanos se conducen por medio de sus propias percepciones subjetivas, la gente responde no a un ambiente objetivo sino al ambiente tal y como ellos lo perciben y comprenden.
Entre los principales representantes de esta posición podemos señalar a Rollo May, A Maslow, G Allport, y C Rogers. Destaca en la obra de Rogers C, su defensa a la subjetividad;el énfasis del carácter activo del hombre expresado en el proceso de actualización, y el enfoque holístico de su concepción sobre la personalidad, visto a través de estructuras totalizadoras como el “yo” o “sí mismo”. Este sistema teórico sobre la base de su concepción holística plantea una posición metodológica multicausal, señala que el conocimiento en Psicología no sólo se obtiene a través del tradicional método experimental de corte positivista y formula la existencia de tres tipos de formas de obtención del conocimiento: el conocimiento subjetivo construido sobre las bases de la experiencia interior y la autobservación, el conocimiento objetivo basado en el método experimental de verificación cuantitativa y el conocimiento interpersonal o fenomenológico, planteando formas de verificar el conocimiento sobre la base de la observación de la realidad y el acuerdo intersubjetivo.
Otro de los representantes de la denominada Psicología Humanista que impacta el panorama actual en la Psicología es G. W. Allport, el cual formula en su teoría sobre la personalidad una concepción, holística, con un enfoque sinergético, al plantear: “La personalidad es fruto de las relaciones entre diversas características que pueden ser comunes a todos los individuos; pero no sólo eso, lo peculiarmente definitorio de la personalidad es que la particular combinación de tales características en cada persona da lugar a una nueva unidad, cualitativamente diferente de los componentes que en ella se amalgaman”. Al igual que otros exponentes de esta corriente, hace énfasis en la subjetividad y el papel activo del hombre y señala: “Las diferentes clases de Psicología personalística....concuerdan (en cuanto a la naturaleza del hombre) en que (es) una unidad creadora, un individuo que se desarrolla y que tiene intenciones, no el reactor desmembrado que nos presenta el positivismo.” Allport G (1963).
Se puede agregar por último entre los principales exponentes de esta corriente a Abraham Maslow (1990), destacando sus formulaciones sobre la personalidad autorrealizada, como expresión del enfoque holístico y el carácter activo del hombre, y su posición metodológica del empleo de muestras intencionales en el desarrollo de la investigación científica en esta esfera del conocimiento. Se puede significar como aporte a la posición adoptada en el presente trabajo: la ubicación del hombre en el centro de la vida social; el enfoque holístico en la concepción sobre la personalidad, visto a través de estructuras totalizadoras; el reconocimiento de la subjetividad y el carácter activo del hombre y el enfoque metodológico multicausal.
Otra de las posiciones que engrosan el panorama contemporáneo de la Psicología, es la Psicología Cognitiva entre los precursores en el empleo de este término Pozo, J., (1989) señala a J. Bruner, y G. Miller. La Psicología Cognitiva tiene sus fundamentos epistemológicos según Gardner, H., (1987) y Riviere, P. (1987) en el racionalismo en la Filosofía, ya que prioriza los aspectos internos (ideas, conceptos, planes) sobre los aspectos externos en el estudio del conocimiento sobre el ser humano. No obstante, la posición de esta corriente de magnificar el papel de los elementos cognitivos en el estudio y actuación del hombre y la variedad de posiciones dentro de ella, se debe significar que el desarrollo de la misma, desde los que se pueden considerar sus precursores, así como el desarrollo actual de sus diferentes vertientes han contribuido al desarrollo de la psicología. Dentro de esta corriente se ubican las posiciones de quienes podemos considerar precursores de estos enfoques hasta las posiciones más duras en esta corriente asociadas a la metáfora entre las computadoras y el hombre, considerando al ser humano como procesadores de información, ignorando o relegando la afectividad y los factores socioculturales. Por otra parte se pueden encontrar posiciones más flexibles dentro de esta corriente, sin tender a una integración de lo cognitivo y afectivo pero que incorporan en sus análisis los elementos afectivos, como el aprendizaje significativo desarrollado por Ausubel, D. (1963) o los estudios de Entwistle, N. (1994) sobre el aprendizaje y la motivación, observándose además el enfoque hacía la búsqueda de categorías integradoras por parte de algunos de sus representantes, resurgiendo el empleo del término “mente” dentro de la Psicología para explicar la existencia de un sistema común en el estudio y la comprensión de los procesos cognitivos.
Entre las principales estrategias metodológicas empleadas por este movimiento se encuentran: la instrospección, la que han usado de forma limitada; la investigación empírica en estudios sobre cronometría mental, aprendizaje verbal, estudios sobre atención, percepción, memoria, inteligencia realizando estas experiencias tanto en condiciones de laboratorio como en el ambiente natural; las entrevistas y el análisis de protocolos verbales por medio de técnicas como expertos-novatos y la solución de problemas, la simulación donde las computadoras han desempeñado un papel relevante y como recurso metodológico emplean la interferencia en función de poder estudiar los procesos observables por vía directa, ya que plantean que para comprender la naturaleza de los procesos cognitivos (estructuras y planes) es necesario observar los comportamientos del sujeto y realizar luego análisis sistemáticos durante la investigación para llegar a la descripción y explicación detallada de los mismos (De Vega, M., 1984)
Esta teoría se caracteriza por un enfoque hiperbolizado del papel de los procesos cognitivos en la actuación del ser humano, y la minimización de la importancia de otros factores. Formula una concepción holística limitada al analizar su objeto de estudio y sus formulaciones alrededor de la estructura y papel de los procesos cognitivos en el desarrollo de la actividad al retomar categorías como la mente.
Es necesario en función de la posición que se asume en el presente trabajo, resaltar el papel de la Psicología de Orientación Marxista en la construcción del conocimiento psicológico en la cual se proyectan formulaciones que enriquecen el panorama epistemológico actual sobre esta ciencia. Se destaca, como aportes a nuestro objeto de estudio, su concepción integral como un sistema teórico abierto que resume los avances de la ciencia psicológica, y su base filosófica a partir de la cual se estructura el sistema de principios de trascendental valor teórico y metodológico en el estudio del ser humano, dentro de los cuales podemos destacar: el de la relación dialéctica entre lo objetivo y lo subjetivo, lo biológico y lo social, de lo social y lo personal; el carácter reflejo de los fenómenos psíquicos; del determinismo; el principio del desarrollo; de la condicionalidad histórico-social; la unidad conciencia- actividad-personalidad y el carácter activo del sujeto. Estos principios impactan decisivamente los procesos de selección de personal a través del estudio de su objeto: la relación hombre-trabajo.
Las categorías actividad, sujeto y personalidad son de vital importancia tanto en el orden ontológico, como epistemológico y metodológico. Pudiendo destacar en esta dirección los estudios realizados por Vigotsky, L., Rubinstein S., Leontiev, A,. Uznadze, D., Ananiev, B y Kagan, M. y los trabajos de Lomov, B,. Abuljanova, K., y otros en los cuales se produciéndose en la actualidad un amplio debate alrededor de los mismos.
Resultan de particular interés las concepciones de L. Vigotsky, sobre el enfoque histórico-cultural en el estudio de las funciones psíquicas superiores de innegable valor teórico y metodológico para la psicología. En esta dirección plantea: “Para comprender objetivamente los procesos de desarrollo de la conciencia humana (así como las formas del psiquismo animal), es necesario indagar los distintos dominios genéticos que se entrecruzan en el marco ontogenético, dentro de los que se incluyen el filogenético y el histórico cultural.” . Destacan en esta concepción sus formulaciones sobre la actividad, las leyes generales del desarrollo, de la mediación y la zona de desarrollo próximo. ( Vigotsky, L., 1979)