Dra. María Teresa Ayllon Trujillo
Dr. Mario Aguilar Camacho
Ricardo Contreras Soto
Coordinadores
riconsoto@hotmail.com
Los problemas (vivienda, salud, contaminación, abuso, discriminación, desempleo, convivencia, educación, etcétera) como exigencia y como conocimiento emergen picando los ojos e incomodando a la conciencia.
El estudio de las relaciones que se da entre “personas” como agentes sociales dentro de un marco histórico, plantea diversos niveles de análisis, tanto institucional, en contextos de organizaciones, grupos, identidades culturales, etcétera, donde el eje está mediado socialmente por las relaciones de poder político, económico, sociocultural. Ocupando distintos lugares, como ejemplo, en la relación al parentesco, de propiedad, de “derecho”, de género, por ello, la discusión amplia se da en torno a la ciudadanía (con la vertiente y capacidad de transformar las cosas en la acción social), para redefinir las distintas problemáticas en el sistema mundial.
En consecuencia, el reconocimiento de la sociedad a la diversidad cultural es uno de los puntos de partida para comprender y transformar. Pero en el reconocimiento condicionado de una política del reconocimiento político, se puede perpetuar la injusticia y todas las asimetrías sociales en el discurso de la diferencia.
Por ello, andemos con cautela, pero no tibiamente.
En cuanto a las posiciones ante la diversidad encontramos, el debate se da entre reformistas, conservadores, transformistas graduales y radicales.
En los hechos, se ve en la manifestación de las distintas identidades culturales que demandan reconocimiento y mejores distribuciones: legal, de respeto a su cultura, lugar en la historia, servicios, trato digno, salarios... Es decir, es un movimiento que se gesta de abajo hacia arriba.