Jesús Castillo More
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En su argumentación a favor del libre intercambio entre naciones, Adam Smith expuso la teoría de la ventaja absoluta, basada en la teoría del valor trabajo, según la cual, un país debe especializarse en la producción de aquel bien que cuesta menos producirlo y luego intercambiarlo para que ambos países obtengan ganancias mutuas del intercambio.
Supongamos que tenemos dos países: Portugal e Inglaterra, que producen vino y tela que les demora las siguientes horas de trabajo:
En este caso, Smith dice que Portugal tiene ventaja absoluta en vino porque solo demora 3 horas de trabajo en obtener un litro, mientras que Inglaterra demora 6 horas. La ventaja absoluta de Inglaterra está en la producción de tela, porque solo le cuesta 2 horas producir un metro mientras que a Portugal le demora 5 horas. Concluye Smith que en este caso, Portugal se especialice en la producción de vino e Inglaterra en la producción de tela, que es donde tienen ventaja absoluta, y luego intercambien los productos para obtener beneficios mutuos.
Si uno de los países tiene ventaja absoluta en la producción de ambos bienes, entonces Smith concluye que el comercio no es posible.
Cuarenta años más tarde, en que todos creían que cuando uno de los países aventaja o es más eficiente que el otro en la producción de ambos bienes, el intercambio no es posible, surge David Ricardo con su teoría de la Ventaja Comparativa, que establece que el comercio aún es posible en el caso que un país sea más eficiente que el otro en la producción de ambos bienes. Lo único que se requiere es que los precios relativos o costo de oportunidad de producirlos, sean diferentes en ambos países. Supongamos que la situación es la siguiente:
En este caso Inglaterra produce el vino y la tela más barato que Portugal, y según Smith, no hay base para el comercio internacional.
La teoría de la Ventaja Comparativa de David Ricardo, sostiene que, aún en este caso, el comercio es posible. Solo se requiere diferencia en los precios relativos o costo de oportunidad de los bienes, que es la base para el comercio internacional.
Obtengamos entonces los precios relativos de los bienes en cada país:
VINO TELA
Inglaterra 5/3= 1.66 metros deTela 3/5=0.6 litros de Vino
Portugal 6/4= 1.5 metros deTela 4/6=0.66 litros deVino
Expresados de esta manera, vemos que el precio relativo del vino, es más barato en Portugal que en Inglaterra y que el precio relativo de la tela es más barato en Inglaterra que en Portugal, por lo que a Portugal le conviene especializarse en vino y a Inglaterra en Tela.
Esta teoría de la Ventaja Comparativa de David Ricardo, es la base del comercio internacional, y su forma moderna de presentación es a través de la diferencia en costos de oportunidad de la producción, para evitar el problema de la teoría de valor trabajo, que asume que el trabajo es el único factor de producción. Con el concepto de costo de oportunidad, la teoría es más satisfactoria, porque acepta la presencia de más de un factor de producción. Recuerde cuando vimos la curva de transformación, en que para obtener los productos utilizábamos dos factores de producción: trabajo y capital, que a su vez representan a todos los recursos naturales, tecnológicos y humanos utilizados en la producción. En la realidad, todos sabemos que para producir se necesita materias primas o insumos también llamados bienes intermedios, además de capital y trabajo. La Teoría Económica, para simplificar, omite en el proceso de producción a los insumos, debido a que éstos a su vez se obtienen con la participación del capital y el trabajo.
Actualmente, está vigente la teoría de la Ventaja Competitiva de Michael Porter, quien sostiene a partir de la Teoría de la Ventaja Comparativa de David Ricardo, que los factores que hacen exitosa la competencia en el intercambio, ya sea nacional o internacional, incluyen roles que deben ser cumplidos por el gobierno y tareas que deben afrontar las empresas. Los gobiernos tienen que desarrollar un entorno legal e institucional que promueva la competitividad y que estimule a los empresarios en su gestión y en afrontar riesgos. Por su parte, los empresarios deben invertir constantemente en innovación y expansión de sus productos para que sean competitivos en el mercado internacional.
De esta forma, la Ventaja Competitiva de Porter, es un refinamiento de la Ventaja Comparativa de David Ricardo. Las ventajas comparativas y competitivas unidas, (jamás serán vencidas), se traducen en un mejor posesionamiento del país en el comercio internacional.
El Premio Nobel de Economía 2008, Paul Krugman, aportó la teoría de los rendimientos crecientes de escala y la formación de Clusters, para ofrecer una explicación más satisfactoria del intercambio internacional.