Santiago Israel Rivera Pazmiño
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Las grandes aspiraciones que en mi juventud deambularon por mi mente, hicieron que las colosales utopías parezcan fácilmente alcanzables. En medio de la loca idea por transformar el mundo, mi espíritu buscó ver otros horizontes. Es así que emprendí el camino de una ciencia desconocida para mí y prometedora para muchos: la Economía.
En el recorrido de este aprendizaje, he venido descubriendo que el mundo no es en blanco y negro, ni mucho menos tan simétrico. Existen varios matices, los cuales hacen que la vida sea eso y solamente eso, vida. Es la gran asimetría la que convierte al “vivir” en fácil para unos, difícil para otros e imposible para muchos. No obstante, pese a las alegrías y decepciones he descubierto lo brillante y hasta lo lúdica que puede llegar a ser la Economía. Pese a ver al mundo con su cruda rigurosidad matemática, mi quimera por ver otro mundo, despojado de pobreza e inequidad aún persiste. Bajo estas premisas considero de superlativa importancia para la Ciencia Económica la supresión de la pobreza y es allí donde nace la idea de la presente investigación.
Por ello, las Políticas Sociales que para el efecto utilizan los gobiernos de turno deben ser analizadas en todas sus dimensiones, si bien se debe observar los objetivos que cumplen las acciones encaminadas a eliminar la pobreza, también es fundamental evaluar los efectos colaterales que éstas pueden provocar.