APUNTES A LA TEORÍA MARXISTA PARA EL SIGLO XXI
Rafael Gómez Henao
Esta página muestra parte del texto pero sin formato.
Puede bajarse el libro completo en PDF comprimido ZIP (91 páginas, 239 kb) pulsando aquí
El incremento de la plusvalía por el método de la plusvalía relativa es el que se impone para el siglo XXI. Al tener reglamentada la jornada laboral y en presencia de economías de libre mercado, en donde la competencia es cada vez más agresiva, los capitalistas deben hacer uso del ingenio para incrementar la productividad de los procesos de trabajo y así no sólo incrementar la plusvalía sino poder mantenerse firmes en el mercado. Al incrementarse la productividad, que significa producir más con lo mismos recursos, o lo que es lo mismo, el incremento de la riqueza producida frente a la riqueza invertida, el tiempo de trabajo necesario se hace menor, y que frente a una jornada laboral fija, el tiempo de trabajo adicional se hace mayor, incrementándose, de esta forma, la cuota de plusvalía.
El incremento de la productividad se puede lograr de muchas maneras, a saber: uno, mejorando lo medios de trabajo (edificios, máquinas, herramientas, equipos, etc), de tal manera que incremente la producción por trabajador. Dos, utilizando objetos de trabajo de mejor calidad, de menor precio y que no requiera de altos niveles de inventario, con el fin de disminuir los desperfectos, los desperdicios y la utilización de menor capital de trabajo. Tres, que la organización del proceso de trabajo sea ágil e inteligente para la toma de las decisiones, de esta forma se contará con velocidad y seguridad para el cambio o implementación nuevas de estrategias. Cuatro, con mejor calificación y sentido de pertenencia por parte de la fuerza de trabajo, de tal manera que se pueda lograr no sólo una mayor producción, sino una mejor calidad de las mercancías producidas.
Para nuestro ejemplo, el de los Jeans, supongamos que los capitalistas logren incrementar la productividad en un 10%, en este caso, se producirían 15.000 jeans adicionales, en el año, que arrojarían una plusvalía por Jean de $ 10.306,67, que resultan de restar al valor de un Jean, el valor de los objetos de trabajo utilizados y el valor de los medios de trabajo gastados $ 93,33, o sea, (25.000 – 14.600 – 93,33). El valor total de plusvalía bruta, por este incremento en la productividad de 15.000 jeans, sería de $ 154.600.050, o sea, (15.000 x 10.306,67). Pero, debemos suponer además, que para incrementar la productividad se requirió de una inversión que genera un costo adicional, por año, de $ 75.000.000, en este caso, el incremento en valor total de la productividad quedaría en $ 79.600.050, o sea, (154.600.050 – 75.000.000). La plusvalía total del proceso de trabajo, en el año, quedaría $ 965.600.050, o sea, (886.000.000 + 79.600.050) y la nueva plusvalía por Jean sería de $ 5.852,12. Por otra parte, el capital variable utilizado, por Jean, sería de $ 4.000, o sea, ( 660.000.000 / 165.000). En este caso, la cuota de plusvalía pasa de 1,34, la que se tenía antes del incremento de la productividad, a 1,46, o sea, (5.852,12 / 4.000), es decir un incremento en la cuota de plusvalía de 8,96%, que se explican así:( 1,46 – 1,34 / 1.34 ) x 100.
Carlos Marx explica de la siguiente manera el tema de la plusvalía absoluta y relativa:
“La plusvalía producida mediante la prolongación de la jornada de trabajo es la que yo llamo plusvalía absoluta; por el contrario a la que se logra reduciendo el tiempo de trabajo necesario, con el consiguiente cambio en cuanto a la proporción de magnitudes entre ambas partes de la jornada de trabajo, la designa con el nombre de plusvalía relativa”.
Comentarios
Desde la primera mitad del siglo XIX se comenzó a evidenciar la lucha entre los asalariados y los capitalistas, los primeros con el afán de mejorar sus condiciones de vida (jornada de trabajo, salud, educación, salarios, vacaciones, entre otros) y los segundos con el fin de incrementar los excedentes, a través no sólo de postergar la jornada laboral, si no de exigir una mayor intensidad en el trabajo. Ya para finales del siglo XIX, en un ambiente de crecimiento económico, donde todo estaba para hacerse, los obreros de los países desarrollados, con el sacrificio de muchas vidas, logran conquistas significativas como la de establecer la jornada laboral en 8 horas. Para mediados de siglo XX la mayoría de los países del mundo han establecido leyes laborales ( jornada de trabajo, salarios mínimos, indexación de salarios y pensiones, cesantías, vacaciones, salud, maternidad, pensiones, recreación, estudios, entre otros) que propician un mejor entendimiento entre el obrero y el capitalista. Sin embargo, las características que se presentan para el capitalismo del siglo XXI (desarrollo vertiginoso de las fuerzas productivas, alta acumulación capitalista, concentración de la riqueza en pocos países y personas, globalización acelerada, acuerdos de libre comercio, incremento de la competencia, cambios culturales de toda índole, entre otros ) están desmejorando, de forma vertiginosa, las condiciones laborales de un grupo, cada vez más creciente, de la población, debido al desempleo y a la baja en los salarios reales.
Conclusiones
La forma que más se utilizará para incrementar la plusvalía durante el siglo XXI es el incremento de la productividad. Con esta modalidad ocurren varios fenómenos: uno: la economía crece en el corto plazo debido a que el precio (valor) de las mercancías tiende a bajar. Dos: por el desplazamiento de la fuerza de trabajo que conlleva el incremento de la productividad, la demanda de mercancías cae para el mediano y largo plazo. Tres, los salarios reales caen debido a la competencia y a la flexibilidad laboral que obliga el libre comercio. Cuatro, los desempleados se refugian en pequeñas empresas, por cuenta propia, en mercados parroquiales, para medio sobrevivir. Cinco, la cuota de plusvalía de toda la economía cae, aunque los procesos de trabajo líderes en cada cadena productiva, sobre todo la de los procesos de innovación, obtengan altas tasas de la misma y seis, la oferta de mercancías se va volviendo mayor a la demanda de las mismas, generándose una crisis que obliga a reformas sociales a favor de los que no tienen, o tienen poco poder de demanda, y para ello se requiere tocar a los propietarios del capital.
El sistema de outsursing que se viene generalizando desde finales del siglo XX es una respuesta a la necesidad de incrementar la productividad en los diferentes sectores de la economía capitalista. A su vez, este sistema para adelantar la producción capitalista, no sólo es facilitado por el número de desempleados que a diario arroja el sistema, si no que permite u mayor control a la productividad, a la calidad de los productos y a la presión de los obreros por mayores salarios.
La mayor plusvalía la obtienen los eslabones finales de las cadenas, incluyendo el comercio, quienes a su vez son los que más riesgo asumen con los productos que se proponen llevar al mercado.