LA COMPETITIVIDAD DE LA INDUSTRIA TEXTIL EN MÉXICO EN UN CONTEXTO DE GLOBALIZACIÓN 1985-2003
Miguel Ángel Aguilar Aguilar
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David Ricardo basa su análisis del valor de una mercancía a partir del trabajo de Adam Smith, aclarando de alguna manera lo expuesto por este último. Simith consideraba como patrón de medición al oro, tanto por su divisibilidad como por la poca fluctuación de su precio en el mercado, mientras que David Ricardo considera que no puede ser el oro el patrón de medición, sino únicamente el trabajo.
Si bien es cierto que el precio del trabajo puede subir o bajar, para llevar a cabo la producción de un bien necesariamente tendrá que utilizarse la misma cantidad de trabajo, sin importar si existe la incorporación de alguna máquina para su producción, puesto que no disminuirá el trabajo incorporado en un bien. Si se considera el trabajo incorporado en la máquina, el trabajo se mantendrá fijo y solamente variará el precio del bien en cuestión al venderlo en el mercado y no así su precio natural.
Como bien lo menciona en el siguiente párrafo: “El valor de cambio de los bienes producidos seria proporcional al trabajo empleado en su producción: no solo en su producción inmediata, sino en todos aquellos implementos o máquinas requeridos para llevar a cabo el trabajo particular al que fueron aplicados” (David Ricardo, 1973: 19).
Es decir, si existe alguna variación en la producción de un bien, el precio natural, que es el trabajo necesario para su producción se mantendrá inalterado, mientras que el precio de mercado puede sufrir alguna alteración.
Siendo la competencia de los productores el medio por la cual se ajusta el valor de cambio en el mercado, los capitalistas se moverán hacia donde las utilidades sean más altas, y por lo tanto, este aumento en el número de productores tenderá a reducir el precio de ese bien, lo que permitirá que los precios se ajusten a su precio natural.
Para el autor, no solamente el mercado interno tiene que ver con las ventajas absolutas de un país al producir un bien, sino que introduce la especialización como elemento importante para determinar el valor de una mercancía en un mercado externo, expresada por la productividad del trabajo, no obstante deja indeterminados los precios. Centrando su investigación en el lado de la oferta, y dejando de lado la demanda, supone que los beneficios obtenidos al intercambiar un bien en un mercado externo será igualitaria para los dos concursantes.
Es necesario aclarar que David Ricardo considera a la competencia del mismo modo que Adam Smith, sin embargo la aportación que hace David Ricardo y que nos interesa para el presente trabajo son las ventajas comparativas de una región o una nación. Éstas se refieren a la abundante dotación de los factores de producción, como son tierra, trabajo y capital que tiene un país para producir un bien a menor costo, hecho que lo hace tener una ventaja en comparación con el otro en el comercio exterior.
“Un país que posee ventajas muy considerables tanto en materia de maquinaria como de habilidad técnica, país que por este motivo podrá producir artículos con mucho menos mano de obra que sus vecinos, puede, a cambio de estos artículos, importar una porción de los cereales que requiere para su consumo, aun siendo este país fértil, y pudiendo cultivar el cereal con menos mano de obra que la empleada en el país del cual se importo” (David Ricardo, 1973: 103).
Ricardo destacó la importancia que tiene el comercio exterior y la competencia que se deriva de la misma en la economía de los países; y cómo a través de la competencia de los productores, tanto dentro como fuera de un país, se regulan los precios de mercado en beneficio de toda la sociedad.