2.2.1 La región político-administrativa.
La región es una construcción del Hombre, se aplica a cuestiones de diversa naturaleza y es un instrumento científico-analítico que permite la diferenciación en un plano de singularidad respecto a la cierta generalidad territorialmente hablando.72 Existen, por ejemplo, regiones naturales o ecológicas, que tienen cierta particularidad por el tipo de suelo, el clima o los recursos naturales que contienen con respecto a otros territorios circundantes; existen también regiones culturales, en las que se asientan comunidades indígenas con particularidades muy notorias en creencias, costumbres, tradiciones, fiestas y formas de concebir el mundo; existen regiones que tienen como elemento aglutinador un tratado comercial, en escala supranacional, como Norteamérica (Canadá, Estados Unidos y México) o el Mercosur (Brasil, Argentina, Paraguay, Uruguay, Chile).
La región es, según Gilberto Jiménez, una representación espacial difusa que recubre realidades diversas en cuanto a su extensión y a su contenido, por lo general el término suele reservarse para unidades territoriales que constituyen subconjuntos dentro del ámbito de un Estado-nación, se trata por lo tanto, de una subdivisión intranacional que corresponde a una escala intermedia entre la del Estado y la de las micro-sociedades municipales. Así, la región sería un espacio geográfico más amplio que una localidad pero menor que la correspondiente a un Estado-nación, cuyos límites estarían determinados por el alcance efectivo de ciertos sistemas cuyas partes interactúan en mayor medida entre sí que con los sistemas externos.
Harry Richardson en su obra Elementos de economía regional, considera tres tipos de regiones, a saber: homogéneas, nodales o económico-funcionales y planificadas o político-administrativas.74 Estas tres grandes categorías tienen particularidades, pero no son mutuamente excluyentes, ya que dentro de una región político-administrativa es posible encontrar regiones económicas (o viceversa) y ambas, en cierto sentido, pueden tener elementos comunes que podrían caracterizarlas como regiones homogéneas, dependiendo del estudio que pretenda realizarse.
Las regiones homogéneas se basan en la idea de que determinadas áreas geográficas contiguas pueden considerarse una región cuando compartan una o algunas características en común, estas características podrían ser económicas (estructura impositiva, criterio de asignación de recursos públicos, patrones de consumo homogéneo), geográficas (topografía, clima o recursos naturales similares) e incluso sociales o políticas (cierta identidad regional, modos de producción, supremacía de determinado partido político).75 El concepto de región homogénea es una construcción que se hace sobre la comprensión o identificación de un patrón o parámetro de conducta de una variable de interés. Esto es, se trata de un concepto paramétrico, existen innumerables formas de regionalizar bajo parámetros de variables sociales, políticas y económicas.76 Sin embargo, áreas que son uniformes en algunos aspectos pueden no serlo en otros, y los intentos de geógrafos, economistas, sociólogos y antropólogos para delimitar las fronteras de regiones homogéneas han tropezado todos con esta dificultad.
El uso del concepto de región homogénea es de tipo instrumental, ya que permite identificar los problemas por grado y resolverlos, especialmente en materia de servicios insuficientes y calidad de los mismos, mejora en el medio ambiente, subempleo, migración, distribución territorial de la población, localización espacial de los negocios, suburbanización, ruralización, metropolización, urbanización, marginación, conurbación, por citar algunos de los problemas que se dan en los entornos regionales, aunque para la solución de determinados problemas sea importante valorar los elementos no-homogéneos de la región de estudio, para una comprensión más integral de una realidad regional concreta.
A su vez, las regiones nodales o económico-funcionales, parten de la noción de que la economía espacial no tiene rasgos homogéneos, sino que se caracteriza por su heterogeneidad, ya que dentro de las regiones supuestamente homogéneas existen centros dominantes (económicamente hablando).
Siguiendo a Richardson en este punto, las regiones nodales se componen de unidades heterogéneas (ciudades, villas, pueblos, áreas rurales), pero funcionalmente están estrechamente interrelacionadas unas con otras y esas interconexiones funcionales se revelan en fenómenos de flujos (de dinero, de mercancías, de personas), estos flujos no se producen en el espacio al mismo ritmo, los flujos más intensos tienden a polarizarse hacia y desde el nodo (o nodos) dominante(s), por lo general las grandes ciudades.78 La distancia es un factor muy importante para este tipo de regionalización, ya que su efecto hace que los flujos sean más fuertes cuando las distancias al nodo son pequeñas y más débiles cuando la distancia aumenta, hasta el punto en que el nodo pierde influencia, demarcando así la frontera de la región. Las vinculaciones funcionales dentro de las regiones pueden referirse a muchas fuentes: los canales de distribución de mercancías al por mayor, las localizaciones desde las cuales provienen los consumidores de servicios localizados centralmente y los servicios culturales y de ocio; los flujos interregionales de mercancías, los patrones de desplazamientos poblacionales y las corrientes migratorias; las densidades telefónicas y de otras comunicaciones; las áreas de captación de mano de obra y los patrones de desplazamiento diario al trabajo.79 Sin embargo, tal como menciona Bassols Batalla, no existe uniformidad de criterios respecto a un esquema exacto de lo que es la región económica, sus factores formativos y sus caracteres básicos.80 La región planificada o político-administrativa, por su parte, es un área en la que se aplican las mismas decisiones económicas, políticas y de planeación del desarrollo, este hecho es justamente lo que da unidad al área.81 En este sentido, todas las entidades federativas de México pueden considerarse como regiones económico-administrativas, ya que en ellas se dan criterios específicos de repartición de recursos a municipios, tienen particulares regímenes tributarios locales, promulgan sus leyes estatales y generan estrategias propias para la gestión del desarrollo a escala estatal y municipal.
Puesto que la instrumentación de una política regional requiere poder para actuar, y este poder descansa más bien en el Estado que en los entes privados, las regiones de este tipo necesitan ser definidas como áreas administrativas y como jurisdicciones políticas.82 Sin embargo, es necesario considerar que los planes regionales tenderán a tener más éxito si refuerzan eficazmente las naturales características nodales ya manifestadas en determinada región.83 Para consolidarse de una mejor manera, una región administrativa debe considerar las vinculaciones funcionales entre los centros que la componen, es decir, debe tener mayor interdependencia con los nodos dentro de la región que con los existentes fuera de esta (cohesión intrarregional).
Concluimos este apartado, coincidiendo con Jorge Rionda, cuando argumenta que uno de los temas más complicados respecto al concepto de región es establecer un criterio único para regionalizar, por el carácter interdisciplinario, multidimensional y paramétrico del término.84
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