Manuel Castells
Mireia Fernández-Ardévol
Jack Linchuan Qiu
Araba Sey
mfernandezar@uoc.edu
Las redes de comunicación inalámbrica se están difundiendo
por todo el mundo a una velocidad jamás registrada hasta la fecha
por cualquier otra tecnología de la comunicación. Dado que la
comunicación es un elemento primordial de la actividad humana en
todas las esferas de la vida, el advenimiento de esta tecnología —que
permite una comunicación multimodal desde cualquier punto a otro
donde existe la infraestructura necesaria— conlleva una serie de interrogantes
fundamentales. ¿Cómo se ve afectada la vida familiar por
la posibilidad de que sus miembros, incluidos los niños, lleven a cabo
actividades con cierta independencia y al mismo tiempo sean capaces
de estar en contacto constantemente? ¿La oficina móvil aparece cuando
las personas pueden acceder a su entorno y compañeros de trabajo
desde cualquier lugar y a cualquier hora? ¿Se ha transformado el
aula a causa de la capacidad de los estudiantes de comunicarse simultáneamente,
cara a cara, a través del ordenador portátil y mediante
el móvil? ¿La capacidad que nos proporciona la tecnología de
realizar multitud de tareas desde cualquier lugar está reduciendo aún
más el tiempo disponible en nuestra ya de por sí atareada existencia?
¿La comunicación móvil está favoreciendo la aparición de una nueva
cultura joven que convierte a las redes persona-a-persona en el centro
de una forma de vida alternativa, con un lenguaje propio basado
en la comunicación textual y multimodal, y con su propia escala de
valores? ¿Hasta qué punto esta cultura juvenil se diferencia de la cultura
de la sociedad en general? ¿Y es consecuencia de un estado mental específico de una edad o el anuncio de nuevos modelos de comportamiento?