LA SEGURIDAD SOCIAL EN LA FUERZA ARMADA NACIONAL
Ana Mercedes Salcedo Gonz�lez
En cuanto a la instituci�n militar:
La instituci�n armada representa uno de los factores de poder del Estado; al respecto Herman S�ller (1995, P. 256) se�ala que el Estado como toda organizaci�n, es un poder engendrado por factores pol�ticos, econ�micos, moral y legal. El poder militar s�lo tiene una funci�n de car�cter social dentro del poder del Estado, pero no fuera de �l. La Fuerza Armada es concebida como una instituci�n construida socialmente para el ejercicio del poder del Estado en la defensa militar. Ahora bien, la preocupaci�n de una sociedad desarmada ante la presencia de grupos armados entra�a peligrosos riesgos y su estudio ha sido hist�ricamente abordado por la sociolog�a militar. Esta disciplina tiene como objeto estudiar la convivencia y las instituciones en el �mbito militar relacion�ndola con la sociedad en general, de all� que se construyan principios contentivos de una serie de limitaciones impuestas para el control del comportamiento de los miembros de la instituci�n armada, con el prop�sito de garantizar la subordinaci�n de la instituci�n militar al Estado y al poder pol�tico elegido democr�ticamente. El acatamiento de estos principios adquiere plena vigencia en la actualidad en nuestro pa�s, en virtud al protagonismo del espacio militar en los cambios econ�micos, sociales y pol�ticos en el acontecer nacional venezolano. De lo expuesto surgen muchas interrogantes que se convierten en nuevas e interesantes aristas para futuras investigaciones, entre ellas: el abordaje te�rico y pr�ctico sobre la eficiencia y eficacia de la gerencia militar en el �mbito civil; y la repercusi�n en el seno de la instituci�n militar de los cambios establecidos en la Constituci�n de la Rep�blica Bolivariana de Venezuela, tales como: el derecho al voto del militar y la disonancia que produce en el seno de la cultura militar tradicional su participaci�n en actos revocatorios en contra del Comandante en Jefe de la Fuerza Armada Nacional. Dentro de este mismo contexto surgen otras aperturas de investigaci�n interesantes de abordar, porque atentan contra la propia existencia de la instituci�n militar como fuente de poder de un Estado, tales como los argumentos sostenido por pa�ses hegem�nicos de sustituir las fuerzas armadas de los Estados por cuerpos policiales y guardias del orden p�blico, bajo el lema de reducir el gasto militar para invertirlo en la soluci�n de la pobreza, hecho loable por su finalidad, pero que genera m�s problemas que soluciones. Por consiguiente, ser�a interesante reflexionar sobre algunas interrogantes (Gr�ber O. 2003): �Por qu� hay tanto inter�s en el desarme de nuestros pa�ses? �Por qu� aquellos que promueven el desarme no dan el ejemplo y comienzan con el desmantelamiento de sus poderosas FF.AA? �No son acaso estas FF.AA. las que a la hora de los conflictos b�licos donde se han visto envueltos, han empleado todo su poder militar para imponer su voluntad o aquello que defienden? �Qu� suceder�a s� se rebasa el orden interno de nuestros pa�ses? Acaso una fuerza o Ej�rcito Supranacional reemplazar� a nuestros ej�rcitos para someter al �agresor�, �Cu�les son los criterios para inclinar la balanza para definir al agresor? Suponemos que es all� donde est�n los espacios de poder y control. Por otro lado, ante estos argumentos de eliminaci�n de las Fuerzas Armadas es necesario considerar que cuando se posee algo que otro necesita para mejorar su bienestar o asegurar su existencia, ser� de alg�n modo objeto de inter�s y un polo de atracci�n. Cuando la necesidad se hace cr�tica el inter�s es mayor y las fuerzas operantes para su consecuci�n se hacen intensas hasta llegar a la violencia. Venezuela es un Estado con recursos de hidrocarburos, minerales, forestales, pesqueros e hidrol�gicos. Ser�a ingenuo pensar que podr�a mantener una vida segura y tranquila, sin un poder militar que persuada para garantizar la deseada paz y el usufructo de sus riquezas para el bienestar de sus conciudadanos.