|
La chucuta venezolana
En Venezuela, el gobierno también decidió repartir a
precios bajos los dólares del Banco Central, pero sin establecer grupos de
deudores como se hizo en Chile- sino desmembrando el mercado en cuatro segmentos y en cuatro precios: el
precio más bajo se fijó para el primer segmento, destinado para aquellos que
necesitaban dólares para pagar deudas o para importar bienes y servicios
calificados como esenciales; el segundo segmento estaba destinado a
cubrir la demanda de aquellos que deseaban importar bienes y servicios
calificados como no esenciales; el tercer segmento estaba limitado a
varios rubros que obligatoriamente debía cubrir el Banco Central; y, el cuarto
segmento denominado el segmento del mercado libre- en el cual debían
efectuarse, a precios de mercado, las operaciones no contempladas en los tres
segmentos anteriores.
El mecanismo terminó de perfeccionarse el 15 de
septiembre de 1983. Para esa fecha, en el primer segmento los dólares del banco
central se vendían en 4 Bolívares con 30 centavos, mientras que en el cuarto
segmento los dólares se negociaban a un precio que oscilaba en alrededor de 10
Bolívares.
Como es obvio suponer, cualquier honesto ciudadano
podía duplicar su fortuna en apenas un par de horas, si era lo suficientemente
despierto como para comprar dólares baratos en el primer segmento y luego
venderlos caros en el cuarto.
Desde luego, aunque el ciudadano no fuera tan
despierto, de todas maneras podía lucrar del negocio si era lo suficientemente
mundano como para tener algún socio, algún amigo o algún pariente, incrustado en
el gobierno.
Parece que quien sí era muy despierto, pero no muy
mundano, fue un ciudadano de nacionalidad venezolana y de nombre Ho Fuk
Wing, quien fue apresado el 1 de junio de 1989 y liberado tres años más tarde,
sin que haya logrado descubrir cual mismo fue el motivo legal de su
apresamiento.
Al salir libre declaró ante los periodistas: Más de 200.000 empresarios se
beneficiaron con la compra de dólares baratos, pero fui el único preso. Fui un
preso político. A partir de entonces, dicho ciudadano es más conocido bajo
el seudónimo de el chino expiatorio.
A pesar de esa gran cantidad de beneficiarios más de 200 mil de acuerdo al
ciudadano Ho Fuk Wing- varios empresarios expresaron que el subsidio otorgado
por el gobierno no les había satisfecho, que sus ganancias no habían sido
suficientes, que en otros países se podían obtener mayores utilidades y que solo
habían recibido una ayuda chucuta.