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EL FUTURO, DE LA ESPERANZA
Alejandro A. Tagliavini
LOS SISTEMAS FINANCIEROS Y BANCARIOS(1)
Un sistema financiero tiene, básicamente, las siguientes funciones(2).
Debería servir para la correcta asignación y distribución de ingresos entre el presente y el futuro, mediante ahorros, inversión y formación de capital. Debería servir, también, para el reparto de los actuales fondos disponibles para inversión, entre los diferentes proyectos en danza. Y, además, debería funcionar como administrador del sistema de pagos. En los sistemas estatistas, en cambio, el sistema financiero es el salvavidas de una determinada política coercitiva, en detrimento de la capacidad productiva del mercado(3).
Sin duda, las principales ventajas operativas de un sistema de mercado natural, con intermediarios financieros trabajando sin impedimentos coactivos, son, por un lado, el uso de las señales (la información) de precios de mercado y, por el otro, el afán de lucro (la eficiencia, la creatividad). Que le permiten atraer una cantidad apropiada de reservas y distribuir los ahorros, de la sociedad, entre los usuarios más productivos. En contraposición con esto, un sistema de empresas operadas o controladas por el institucionalismo coercitivo, sólo se maneja con criterios burocráticos arbitrarios.
Las instituciones privadas, pueden atraer una cantidad de ahorros determinada, vía el ofrecimiento de una tasa de interés tal que refleje, acertadamente, la relación entre las necesidades presentes y futuras de la sociedad(4). De otro modo, de no ser acertada esta tasa, la entidad en cuestión, correrá el riesgo de ser eliminada del mercado. Siendo que el interés es un premio(5), que se paga por ceder ingresos actuales, en aras de inversiones productivas en el futuro. En los sistemas estatistas, en cambio, las tasas no reflejan ninguna relación real entre la disponibilidad de ahorros y las necesidades de inversión. Sino, solamente, el arbitrio de algún funcionario, que, en el mejor de los casos, pretende que conoce al mercado y su evolución futura. Lo que significa exactamente lo mismo que pretender predecir el futuro del mercado de valores.
Por otro lado, el sector estatal de la banca, surgida del sistema coercitivo, al tener el poder potencial de recibir ingresos del Tesoro nacional, a través de impuestos, no es responsable de toda mala administración, es decir, no puede quebrar. Lo que implica una competencia desleal con la banca privada, que debe pagar muy caro cualquier error en la asignación de los recursos que maneja. Esta malsana interferencia distorsiona seriamente al mercado financiero, puesto que, estos bancos estatales, pueden derrochar constantemente los recursos de la sociedad, en prestamos que tienen poco o ningún rendimiento, y no sufrir sanciones por la reducción de la cantidad de fondos disponibles. De hecho, muchas veces, estos organismos gubernamentales, efectúan verdaderas donaciones y no préstamos. Visto que entregan créditos a personas que la banca privada jamás hubiera ofrecido, dado que el proyecto presentado era inviable, convirtiéndose, luego, en incobrables. Y, generalmente, estas donaciones son hechas a los amigos, o a los favoritos políticos, aunque sutilmente disfrazados de 'interés nacional'.
Es decir que, lo que estos bancos estatales suelen hacer es dar créditos a personas o a tasas que el mercado, naturalmente, no estaba otorgando. Y, considerando que el mercado natural no significa otra cosa que la más eficiente asignación de los recursos sociales, si no los estaba facilitando, era, sencillamente, porque no resultaban rentables, dadas las circunstancias. Ahora, esto significa dos cosas: por un lado, que, si no resultan rentables, alguien está perdiendo dinero, el Estado, y por el otro, que, dadas las circunstancias, estos créditos eran innecesarios y hasta contraproducentes. Pero, que el Estado artificial pierda dinero, significa que esto debe ser pagado por la sociedad, generalmente por vía impositiva que, ya sabemos, siempre recae con mayor fuerza sobre los más humildes (los más débiles materialmente). En definitiva, sin ninguna duda, la banca estatal es la inversa de Robin Hood: le quita a los pobres para darle, por ejemplo, vivienda a los niveles medios y buenos negocios a los niveles más acomodados.
Finalmente, otra ventaja, que tienen los intermediarios financieros privados, es que operan a bajo costo, debido al interés en su propia rentabilidad. Los bancos estatales, en cambio, tienen altos gastos operativos como consecuencia de su enorme personal y burocratización, y al gran costo que significa cancelar las desmesuradas deudas vencidas. Así es que, para que tener una idea, los bancos estatales, en la Argentina, consumían, por allá por 1992, entre el 7 y el 8 por ciento de las tasas de interés que cobraban, en tanto que, los bancos privados, estaban lejos del 3 por ciento.
(1) Ver Lawrence H. White, 'La privatización de los sectores financieros', en 'Privatización y Desarrollo', Editorial Trillas, México 1989.
(2) Sin olvidar, por cierto, que el desarrollo de la economía ha ido de la mano de un sustancial mejoramiento en los servicios financieros y bancarios. Ver, por ejemplo, Goldsmith, R. W., 'Financial Structure and Development', Yale University Press, New Haven 1969; y Drake, P.J., 'Money, Finance and Development', John Wiley & Sons, New York 1980.
(3)"...aproximadamente el 35 por ciento de los activos bancarios (en América Latina) corresponde a entidades públicas (estatales)... En estos casos es prácticamente imposible que tengamos un sector financiero eficiente cuando existe un peso tan alto de bancos que no se manejan con criterios estrictamente comerciales y que jamás se han podido manejar así", Guillermo Perry, del Banco Mundial (irónicamente, un banco estatal, multinacional), conferencia pronunciada el 20 de mayo de 1997 en Buenos Aires durante la convención de ADEBA. Aunque éstos datos no tienen validez como argumentación científica estricta, ni necesariamente están relacionados entre sí, veamos algunos ejemplos ilustrativos: en 1997, en la Argentina, la banca estatal sobre el patrimonio total de los bancos, representaba casi el 33 por ciento, mientras que en los EE. UU. era sustancialmente menor; en la Argentina, los prestamos incobrables sobre los prestamos totales, representaban casi el 12 por ciento, en el país del norte menos del 1 por ciento; los depósitos bancarios argentinos en relación al PBI, en 1995, eran de alrededor del 13 por ciento, los norteamericanos alrededor del 49 por ciento. En fin, lo cierto es que los bancos centrales (la Reserva Federal en los Estados Unidos), por ejemplo, pueden garantizar que todos los bancos se expandan de manera conjunta, proporcionar a las entidades bancarias de todo el país las reservas que necesitan y prestar dinero a aquellas que se encuentran en dificultades, con lo cual pueden originar una expansión mucho mayor, y coordinada centralmente, de la oferta monetaria (para un interesante análisis de la naturaleza inflacionaria de la Reserva Federal puede verse C.A.Phillips, T.F. McManus y R.W.Nelson, 'Banking and the Business Cycle', Macmillan, New York 1937. pp. 21 y ss). Algunos banqueros privados suelen beneficiarse, por cierto, porque obtienen dinero sin más que pedírselo al burócrata. Así, Oscar B. Johannsen, criticó en los siguientes términos un informe de una Comisión de la Asociación de Banqueros Norteamericanos: "... la Comisión aparentemente acepta sin cuestionamiento el principio fundamental de que la moneda, la banca y el crédito giran en torno al estado y que... éste debe controlar los asuntos monetarios a través de la acción política... es un sistema bancario socializado, desde que la esencia del socialismo es el control y la dirección gubernamental de lo que tendrían que ser empresas privadas", 'Advocates Unrestricted Private Control over Money and Banking', The Commercial and Financial Chronicle, 12 de junio de 1958.
(4) De aquí la importancia de la libertad de precios, en este caso, de fijar las tasas de interés (ver, por ejemplo, Ronald I. McKinnon, 'Money and Capital in Economic Development', Brookings Institution, Washington 1973).
(5) "Puede suceder que sobrevengan problemas y que no tenga el dinero que prestó. ¿No tiene todo este sufrimiento debido a privación que merecer una recompensa, y no tiene algún valor?", Felipe de la Cruz, escolástico español, 'Tratado Unico de Intereses Sobre si se Puede LLevar Dinero por Prestallo', Madrid: Francisco Martinez, 1637, p.8. "...que si un comerciante deposita efectivo en un banco, el banco le garantizará la paga de una suma mayor...porque es muy rentable para un banquero el tener efectivo disponible. No hay maldad en esto", Domingo de Soto, escolástico español, 'De Iustitia et Iure' (Madrid: IEP, 1968) bk. 6, qu. II, art. 1 (citados por Alejandro A. Chafuén, 'Christians For Freedom', Ignatius Press, San Franciso, USA, 1986, pp. 145-146). En fin, de cualquier modo "El ingreso es una serie de eventos. De acuerdo con la moderna teoría de la relatividad la realidad elemental no es materia, electricidad, espacio, tiempo, vida o mente, sino eventos... El puente o ligadura entre el ingreso y el capital es la tasa de interés... es sólo dinero que es negociado entre el presente y el futuro", Irving Fisher, 'The Theory of Interest', Porcupine Press Inc., Philadelphia, Pennsylvania 1977, pp. 3 y 13. Recordemos que el mundo está gobernado por fuerzas no materiales que provocan eventos.