Historiador italiano especializado en la historia de la economía. Nacido en Pavía, estudió en la Sorbona y en la London School of Economics. Empezó a trabajar en la Universidad de Catania, en Sicilia, pasando después por las universidades de Venecia, Turín, Florencia, Pavía y Pisa. En 1959 se incorporó a la Universidad de California en Berkeley donde permaneció hasta su retiro en 1991.
Fue un autor prolífico, creativo y con diversidad de intereses. Su autoridad fue siempre reconocida en la historia económica, especialmente en la historia del dinero y de la población, pero trabajó también en la historia de la tecnología, la alfabetización y los sistemas sanitarios.
Obtuvo numerosos reconocimientos y honores, desde el doctorado honorífico en medicina por la universidad de su Pavía natal, hasta la membresía en la Royal Historical Society of Great Britain, la American Academy of Arts and Sciences, y la Accademia dei Lincei, a la que había pertenecido Galileo.
Uno de los trabajos más divulgados de Carlo M. Cipolla es su breve análisis económico, demográfico e histórico de la estupidez humana que publicó en su libro "Allegro ma non troppo" de 1988. No es su trabajo más formal, ni el mas serio, ni el que le dio más prestigio académico, pero vamos a hacer aquí una presentación somera de su contenido en la confianza de pueda servir de aviso al lector y contribuir así al progreso del conjunto de la sociedad
OBRAS DESTACADAS
Moneda, precios y civilización en el área mediterránea (1956)
Le Avventure della lira (1958)
Hombres, técnicas, economía (1962)
Historia económica de la población mundial (1962)
Educación y desarrollo en Occidente (1969)Historia económica de Europa (9 vols., 1972-1976)
Historia económica de la Europa preindustrial (1974)
Las leyes fundamentales de la estupidez humana
(basado en Cipolla (1988), Allegro ma non troppo )
Primera Ley Fundamental: Siempre e inevitablemente todos subestiman el número de individuos estúpidos en circulación
A primera vista esta afirmación puede parecer trivial, o más bien obvia, o poco generosa, o quizá las tres cosas a la vez. Sin embargo, un examen más atento revela de lleno la rotunda veracidad de esta afirmación. Cipolla considera que por muy alta que sea la estimación cuantitativa que se haga de la estupidez humana, siempre quedaremos sorprendidos de forma repetida y recurrente por el hecho de que:
personas que uno ha considerado racionales e inteligentes en el pasado resultan ser inequívocamente estúpidas;
día tras día, con una monotonía incesante, vemos cómo entorpecen y obstaculizan nuestra actividad individuos obstinadamente estúpidos, que aparecen de improviso e inesperadamente en los lugares y en los momentos menos oportunos.
La Primera Ley Fundamental impide la atribución de un valor numérico a la fracción de personas estúpidas respecto del total de la población. Cualquier estimación numérica resultaría ser una subestimación. Por ello en las líneas que siguen se designará la proporción de personas estúpidas en el seno de una población con el símbolo σ.
Segunda Ley Fundamental: La probabilidad de que cierta persona sea estúpida es independiente de cualquier otra característica de esa persona.
No todos los humanos son iguales ya que unos son más estúpidos que otros. Según Cipolla, el grado de estupidez viene determinado genéticamente por la naturaleza pero no está asociado a ninguna otra característica de raza, sexo, nacionalidad o profesión.
El profesor Cipolla realizó amplios estudios demográficos con muy diversos sectores de la población. Inicialmente afirma haber comprobado que entre los trabajadores "de cuello azul" existía una fracción σ de estúpidos y que esa fracción era mayor de lo que esperaba, con lo que se confirmaba la primera Ley. Sospechando que podía deberse a falta de cultura o a marginalidad social estudió muestras de trabajadores "de cuello blanco" y a estudiantes, comprobando que entre ellos se mantenía la misma proporción. Más sorprendido aún quedó al medir el mismo parámetro entre los profesores de universidad. Decidió por tanto expandir sus estudios hasta la élite de la sociedad, los laureados con el Premio Nobel. El resultado confirmó el poder supremo de la naturaleza: una proporción σ de laureados con el Nobel son estúpidos.
Tercera Ley Fundamental (o de Oro): una persona estúpida es aquella que causa pérdidas a otra persona o grupo de personas sin obtener ninguna ganancia para sí mismo e incluso incurriendo en pérdidas.
El análisis de costes y beneficios de Carlo M. Cipolla permite clasificar a los seres humanos en cuatro tipos de personas, cada uno de los cuales ocupa un cuadrante en un sistema de coordenadas. Si representamos en el eje de abcisas el beneficio, positivo o negativo, que obtiene el individuo y en el eje de ordenadas el beneficio (+) o coste (-) que causa a los demás, podemos definir y estimar las coordenadas de los siguientes tipos:
Desgraciado (D): aquel que se causa un perjuicio a sí mismo, beneficiando a los demás.
Inteligente (I): aquel que se beneficia a sí mismo, beneficiando a los demás.
Bandido (B): aquel que obtiene beneficios para sí mismo, perjudicando a los demás.
Estúpido (E): aquel que causa pérdidas a otros, perjudicándose a la vez a sí mismo.
Distribución de Frecuencia
La mayoría de los individuos no actúa consistentemente. Bajo ciertas circunstancias una persona puede actuar inteligentemente y en otras actuar como desgraciado. La única importante excepción a esta regla es la de las personas estúpidas que normalmente muestran una fuerte tendencia hacia un comportamiento estúpido en cualquier actividad o empresa. Para los demás, podremos calcular su posición en el eje de coordenadas del gráfico 1 como una media de los resultados de sus acciones en términos de costes y beneficios causados sobre sí mismos y sobre los demás. Esta posibilidad nos permite hacer la siguiente digresión:
Consideraremos un "bandido perfecto" aquel que mediante sus acciones obtiene para sí mismo un beneficio igual al coste que origina en los demás. Es el caso del ladrón que roba a otro cien euros sin causarle ningún coste adicional. Esta situación puede ser definida como un "juego de suma cero" en el que el conjunto de la sociedad ni gana ni pierde. El "bandido perfecto" quedaría representado en el eje de coordenadas del gráfico 2 sobre la línea OM que bisecta el cuadrante B.
Sin embargo los bandidos perfectos son relativamente escasos. Es más frecuente que haya bandidos inteligentes (Bi) que obtienen más beneficios que los costes que causan, o bandidos estúpidos (Be), que para obtener algún beneficio causan un coste alto a los demás. Desgraciadamente los bandidos que permanecen por encima de la línea OM son relativamente poco numerosos. Es mucho más frecuente el individuo Be. Ejemplo de este último puede ser el ladrón que destroza los cristales de un coche para robar su radio o el que asesina a alguien para irse con su mujer a pasar un fin de semana en Montecarlo.
El poder de la estupidez
Los estúpidos son peligrosos y funestos porque a las personas razonables les resulta difícil imaginar y entender un comportamiento estúpido. Una persona inteligente puede entender la lógica de un bandido. Las acciones de un bandido siguen un modelo de racionalidad. El bandido quiere obtener beneficios. Puesto que no es suficientemente inteligente como para imaginar métodos con que obtener beneficios para sí procurando también beneficios a los demás, deberá obtener su beneficio causando pérdidas a su prójimo. Ciertamente, esto no es justo, pero es racional, y siendo racional, puede preverse. En definitiva, las relaciones con un bandido son posibles puesto que sus sucias maniobras y sus deplorables aspiraciones pueden preverse y, en la mayoría de los casos, se puede preparar la oportuna defensa.
Con una persona estúpida todo esto es absolutamente imposible. Tal como está implícito en la Tercera Ley Fundamental, una criatura estúpida nos perseguirá sin razón, sin un plan preciso, en los momentos y lugares más improbables y más impensables. No existe modo racional de prever si, cuando, cómo y por qué, una criatura estúpida llevará a cabo su ataque. Frente a un individuo estúpido, uno está completamente desarmado.
Puesto que las acciones de una persona estúpida no se ajustan a las reglas de la racionalidad, es lógico pensar que tienen todas las de ganar porque:
generalmente el ataque nos coge por sorpresa.
incluso cuando se tiene conocimiento del ataque, no es posible organizar una defensa racional porque el ataque, en sí mismo, carece de cualquier tipo de estructura racional.
El hecho de que la actividad y los movimientos de una criatura estúpida sean absolutamente erráticos e irracionales, no sólo hace problemática la defensa, sino que hace extremadamente difícil cualquier contraataque. Y hay que tener en cuenta también otra circunstancia: la persona inteligente sabe que es inteligente; el bandido es consciente de que es un bandido y el desgraciado incauto está penosamente imbuido del sentido de su propia candidez. Pero al contrario que todos estos personajes, el estúpido no sabe que es estúpido y esto contribuye en gran medida a dar mayor fuerza, incidencia y eficacia a su poder devastador.
No hay que asombrarse de que las personas desgraciadas e incautas, es decir, las que en los gráficos 1 y 2 se sitúan en el cuadrante D, no reconozcan la peligrosidad de las personas estúpidas. El hecho no representa sino una manifestación más de su falta de previsión. Pero lo que resulta verdaderamente sorprendente es que tampoco las personas inteligentes ni los bandidos consiguen muchas veces reconocer el poder devastador y destructor de la estupidez. Es extremadamente difícil explicar por qué sucede esto. Se puede tan sólo formular la hipótesis de que, a menudo, tanto los inteligentes como los bandidos, cuando son abordados por individuos estúpidos, cometen el error de abandonarse a sentimientos de autocomplacencia y desprecio en lugar de preparar la defensa y segregar inmediatamente cantidades ingentes de adrenalina ante tamaña situación de peligro.
Uno de los errores más comunes es llegar a creer que una persona estúpida sólo se hace daño a sí misma, pero esto no es más que confundir la estupidez por la candidez de los desgraciados.
A veces hasta se puede caer en la tentación de asociarse con un individuo estúpido con el objeto de utilizarlo en provecho propio. Tal maniobra no puede tener más que efectos desastrosos porque:
está basada en la total incomprensión de la naturaleza esencial de la estupidez y
da a la persona estúpida la oportunidad de desarrollar sus capacidades aún más allá de lo originalmente supuesto. Uno puede hacerse la ilusión de que está manipulando a una persona estúpida y, hasta cierto punto, puede que incluso lo consiga, pero debido al comportamiento errático del estúpido, no se pueden prever todas sus acciones y reacciones y muy pronto uno se verá arruinado y destruido sin remedio.
A lo largo de los siglos, en la vida pública y privada, innumerables personas no han tenido en cuenta la Cuarta Ley Fundamental y esto ha ocasionado pérdidas incalculables.
Macroanálisis y Quinta Ley Fundamental: La persona estúpida es el tipo de persona más peligrosa que existe.
Las consideraciones finales de la Ley cuarta nos conducen a un análisis de tipo "macro", según el cual, en lugar del bienestar individual, se toma en consideración el bienestar de la sociedad, definido, en este contexto, como la suma algebraica de las condiciones del bienestar individual. Es esencial para efectuar este análisis una completa comprensión de la Quinta Ley Fundamental. No obstante, es preciso añadir que de las cinco leyes fundamentales, la Quinta es, de largo, las más conocida.
El corolario de la ley dice así:
El estúpido es más peligroso que el bandido.
La formulación de la ley y el corolario son aún del tipo "micro". Sin embargo, tal como hemos anunciado anteriormente, la ley y su corolario tienen profundas implicaciones de naturaleza "macro". Si todos los miembros de una sociedad fuesen bandidos perfectos, la sociedad quedaría en una situación estancada pero no se producirían grandes desastres. Todo quedaría reducido a transferencias masivas de riqueza y bienestar. Pero cuando los estúpidos entran en acción las cosas cambian completamente. La personas estúpidas ocasionan pérdidas a otras personas sin obtener ningún beneficio para ellas mismas y, por consiguiente, la sociedad entera se empobrece.
El gráfico 3 muestra un sistema de clasificación simple entre las acciones que causan beneficio o perjuicio a la sociedad como un todo. Toda actividad representable a la derecha de la línea NOM implica una redistribución con beneficio social neto, mientras que las actividades que caen a la izquierda o debajo de dicha línea implican pérdidas sociales netas.
El profesor Carlo M. Cipolla, erudito historiador que ha investigado intensamente la sociedad clásica romana, la sociedad medieval y muchas otras de la antigüedad, está perfectamente cualificado para afirmar, como hace, que el coeficiente σ es una constante histórica. ¿Por qué entonces unas sociedades prosperan y otras entran en decadencia? Depende exclusivamente de la capacidad de los individuos inteligentes para mantener a raya a los estúpidos.
Más aún: en las sociedades en decadencia, el porcentaje de individuos estúpidos sigue siendo igual a σ; sin embargo, en el resto de la población Cipolla observa, sobre todo entre los individuos que están en el poder, una alarmante proliferación de bandidos con un elevado porcentaje de estupidez. Y entre los que no están en el poder, un igualmente alarmante crecimiento del número de los desgraciados incautos. Tal cambio en la composición de la población de los no estúpidos es el que refuerza inevitablemente el poder destructivo de la fracción σ y conduce al país a la ruina.
Bibliografía completa de
Profilo di storia demografica della città di Pavia, en «Bollettino Storico Pavese», VI (1943), pp. 5-87.
Condizioni economiche e gruppi sociali in Pavia secondo un estimo cinquecentesco, en «Rivista Internazionale di Scienze Sociali», 51 (1943), pp. 264-87.
Il valore di alcune biblioteche nel Trecento, en «Bollettino Storico Pavese», VII (1944), pp. 5-20.
In tema di trasporti medievali, en «Bollettino Storico Pavese», VII (1944), pp. 21-56.
Per una storia del lavoro in Italia in «Bollettino Storico Pavese», VII (1944), pp. 65-80.
Finanze di borghi e castelli sotto il dominio spagnolo, en «Bollettino Storico Pavese», VIII (1945), pp. 5-19.
Architettura e storia sociale: il castello di Scaldasole, en «Bollettino Storico Pavese», VIII (1945), pp. 43-8.
La via delle lane inglesi verso la Lombardia, en «Bollettino della Società Pavese di Storia Patria», XLVI (1946), pp. 95-7.
Un'impresa mineraria del Quattrocento, en «Bollettino della Società Pavese di Storia Patria», XLVI (1946), pp. 69-78.
Popolazione e proprietari delle campagne attraverso un ruolo di contribuentí del secolo XII, en «Bollettíno della Società Pavese di Storia Patria», XLVI (1946), pp. 85-93.
Une crise ignorée. Comment s'est perdue la propriété ecclésiastique dans I'Italie du Nord entre le XI et le XVI siècle, en «Annales E.S.C.», 2 (1947), pp. 317-27.
La svalutazione monetaria nel Ducato di Milano alla fine del Medio Evo, en «Giornale degli Economisti», n.s., 6 (1947), pp. 540-50.
Studi di storia della moneta. I movimenti dei cambi in Italia dal sec. XIII al sec. XV, Pavia, 1948.
La storia rurale del Medioevo nella Cambridge Economic History, en «Rivista Storica Italiana», 61 (1949), pp. 111-6.
Encore Mahomet et Charlemagne: l'économie polítique au secours de l'histoire, en «Annales E.S.C.», 4 (1949), pp. 4-9.
Per la storia della popolazione lombarda nel sec. XVI, in Studi in onore di G. Luzzatto, Milano, 1949, pp. 144- 55
The Trends in Italian Economic History in the later Middle Ages, en «The Economic History Review», 2 (1949-50), pp, 181-4.
Anthropologie et démographie. Moyen Age (in coll. con J. Dhondt, M. Postan e P. Wolffl, in IX Congrès International des Sciences Historiques. I. Rapports, Parigi, 1950, pp. 55-80.
Storia dei prezzi e storia della moneta: considerazioni critche, en «L'industria», (1950), pp. 599-606.
Economic Stagnation in Italy?, en «Il Politico», 15 (1950), pp. 304-10.
Per la storia della crisi del sistema curtense in Italia: lo sfaldamento del manso nell'Appennino bobbiese, en «Bullettino dell'Istituto Storico Italiano per il Medio Evo e Archivio Muratoriano», 62 (1950), pp. 283-304.
Il trend economico nello Stato di Milano durante i secoli XVI e XVII- il caso di Pavia (in coll. con G. Aleati), en «Bollettino della Società Pavese di Storia Patria», 50 (1950), pp. 21-34.
Ripartizione delle colture nel pavese secondo le «misure territoriali» della metà del '500, en «Studi di storia economica e statistica dalla Facoltà di Economia e Commercio dell'Università di Catania», 1 (1950-1), pp. 5-13.
Questioni aperte sul sistema economico dell'alto medioevo, en «Rivista Storica Italiana», 63 (1951), pp. 95-9.
Teoria economica e storia economica, en «Moneta e Credito», 16 (1951), pp. 497-9.
Verso il Far West. Le esplorazioni dell'occidente nordamericano e la ricerca dei passaggi verso il Pacifico, Tolino, 1952.
Mouvements monétaires dans l'Etat de Milan 1580-1700, Parigi, 1952.
Note sulla storia del saggio d'interesse. Corso, dividendi e sconto dei dividendi del Banco di S. Giorgio nel sec. XVI, en «Economia Internazionale», V (1952), PP. 255-70.
Tbe Decline of Italy: the Case of a Fully Matured Economy, en «The Economic History Review», V (1952-53), pp. 178-87.
Agli inizi della Rivoluzione Industriale nell'economia ligure, in Genova. Uomini e Fortune, Genova, 1953, pp, 3-24.
Contributo alla storia dei consumi e del costo della vita in Lombardia agli inizi dell'età moderna (in coll. con G. Alcati), in Hommage à Lucien Febvre, Parigi, 1954, vol. 2, pp, 317-41.
La prétendue révolution des prix: réflections sur l'expérience italienne, en «Annales E.S.C.», 10 (1955), pp. 513-6.
Asteriscbi, en «Le Stagioni, inverno 1965-66», pp. 8-17.
Money, Prices and Civilization in the Mediterranean World. Fifth to Seventeenth Century, Princeton, 1956 (trad. it. Moneta e civiltà mediterranea, Venezia, 1957).
Prezzi, salari e teoria dei salari in Lombardia alla fine del Ciqnuecento, en «Quaderni di Storia ed Economia», 1 (1956), pp. 7-18.
Argento tedesco e monete genovesi alla fine del Quattrocento, en «Rivista Italiana di Numismatica e Scienze Affini», LVIII (1956), pp. 100-7.
Università ed organizzazione aziendale. Per la riforma delle Facoltà di Economia per la preparazione dei dirigenti industriali (a cura di C.M. CipoUa, L. Gangemi, S. Valle), Napoli, 1957.
L'economia milanese alla metà del secolo XIV: I movimenti economici generali (1350-1500), in Storia di Milano, t. VIII, Milano, 1957, pp. 337-85.
Per la storia delle terre della «Bassa» Lombarda, in Studi in onore di A. Sapori, Milano, 1957, vol. 1, pp. 665 -72.
Le avventure della lira, Milano, 1958; Bologna, 1975.
Aspetti e problemi dell'economia milanese e lombarda nei secoli XVI e XVII (in coll. con G. Alcati), in Storia di Milano, t.XI, Milano, 1958, pp. 377-99.
Storia dell'economia italiana. Volume 1: Secoli settimo-diciassettesimo (a cura e con introduzíone di C.M. Cipolla), Torino, 1959.
Appunti per una nuova storia della moneta nell'Alto Medioevo, in Moneta e scambi nell'Alto Medioevo, Spoleto, 1961, pp. 619-25.
Sources d'énergie et Histoire de l'Humanité, en «Annales E.S.C.», 16 (1961), pp. 521-34.
Le fonti d'energia nella storia dell'umanità, en «Economia Internazionale delle Fonti di Energia», 5 (1961), pp. 773-87.
The Economic History of World Population, Harmondsworth, 1962 (trad. it. Uomini Tecniche Economie, Milano, 1966).
Sans Mahomet Cbarlemagne est inconcevable, en «Annales E.S.C.», 17 (1962), pp. 130-6.
Per la storia delle epidemie in Italia: il caso d'una borgata lombarda ai primi del Quattrocento, en «Rivista Storica Italiana», 75 (1963), pp. 112-9.
The Economic Policies of Governments: the Italian and Iberian Peninsulas, in The Cambridge Economic History of Europe, vol. 3, Cambridge, 1963, pp. 397-429 (trad. it. La politica economica dei governi. La penisola italiana e la penisola iberica, in Storia economica Cambridge, Volume terzo, Torino, 1977, pp. 462-96).
Currency Depreciation in Medieval Europe, en «The Economic History Review», XV (1962-63), pp. 413-22.
Tre Maestti, en «Rivista Storica Italiana», 76 (1964), pp. 875-8.
Economic Depression in Renaissance?, en «The Economic Hstory Review», XVI (1963-64), pp. 519-24.
Guns and Sails in the Early Pbase of European Expansion, 1400-1700, Londra, 1965 (trad. it. Velieri e cannoni d'Europa sui mari del mondo, Torino, 1969; Vele e cannoni, Bologna, 1983; ristampato in Tecnica, societá e cultura. Alle origini della supremazia tecnologica dell'Europa, Bologna, 1989).
Four Centuries of Italian Demographic Development, in Population in History (a cura di D.V. Glass e D.E.C. Eversley), London, 1965, pp, 570-87.
Clocks and Culture, 1300-1700, Londra, 1967 (trad. it. Le macchine del tempo, Bologna, 1981; ristampato in Tecnica, società e cultura. Alle origini della supremazia tecnologica dell'Europa, Bologna, 1989).
Literacy and Development in the West, Harmondsworth, 1969 (trad. it. Istruzione e sviluppo. Il declino dell'analfabetismo nel mondo occidentale, Torino, 197l).
The Economic Decline of Empires (a cura e con introduzione di C. M. Cipolla), Londra, 1970.
Fortuna plus homini quam consilíum valet, in The Historian Worksbop. Original Essays by Sixteen Historians (a cura di L.P. Curtis), New York, 1970, pp. 65-76.
La rivoluzione industriale, in Storia delle idee politiche, economicbe e sociali (a cura di L. Fírpo), vol. 5, Torino, 1971, pp. 11-26.
The Fontana Economic History of Europe (a cura e con introduzione di C. M. Cipolla), London, 1972-76 (trad. it. Storia economica d'Europa, Torino, 1979-80).
The Diffusion of Innovations in Early Modern Europe, en «Comparative Studies in Society and History», 14 (1972), pp. 46-52.
Crise à Florence, 1629-30, in Histoire économique du monde mediterranéen 1450-1650. Mélanges en l'honneur de Fernand Braudel, Tolouse, 1972, vol. 1, pp. 151-8.
Peste et mortalité différentielle (in coll. con D. Zanetti), en «Annales de démographie historique» (1972), pp. 197-202.
Crístofano and the Plague. A Study in the History of Public Health in the Age of Galileo, Londra, Berkeley, Los Angeles, 1973 (trad. it. Cristofano e la peste, Bologna, 1976, ristampato in Contro un nemico invisibile. Epidemie e strutture sanitaria nell'ltalia del Rinascimento, Bologna, 1986).
Pepper, Wíne (and wool) as the Dynamic Factors of the Social and Economic Development of the Middle Ages, Bologna, 1973.
Origine e sviluppo degli Uffici di Sanità in Italia, en «Annales Cisalpines d'Histoire Sociale», 4 (1973), pp. 83-101.
Tbe Professions. the Long View, en «The Journal of European Economic History», 2 (1973), pp. 37-52.
Storia economica dell'Europa pre-industriale, Bologna, 1974.
I libri dei morti, in Le fonti della demografia storica in Italia, Roma, 1974, vol. 1, parte seconda, pp. 851-66.
The Plague in the pre-Malthus Maltbusians, en «The journal of European Economíc History», 3 (1974), pp, 277-84.
European Connoisseurs and California Wines, 1875- 1895, en «Agricultural History», 49 (1975), pp. 294-310
The Italtan Failure, in Failed Transítions to Modern industrial Society: Renaissance Italy and Seventeenth Century Holland (a cura di F. Krantz e P.M. Hohenberg), Montreal, 1975, pp. 8-10.
Perspective of the Past, in Nobel Symposium 29: Man, Environment, and Resources (a cura di T. Segerstedt e S. Nilsson), Stoccolma, 1975, pp, 79-83.
Public Healtb and the Medical Profession in the Renaissance, Cambridge, 1976 (il secondo capitolo è stato tradotto con il titolo La professione medica in Toscana nel 1630 in Contro un nemico invisibile. Epidemie e strutture sanitarie nell'Italia del Rinascimento, Bologna, 1986).
The Basic Laws of Human Stupidity, Bologna, 1976.
Chi ruppe i rastelli a Montelupo?, Bologna, 1977 (ristampato in Contro un nemico invisibile. Epidemie e strutture sanitarie nell'Italia del Rinascimento, Bologna, 1986).
Corfú «chiave della Cristianità» e la sua difesa contro la peste, in Fatti e idee di storia economice nei secoli XII-XX. Studi dedicati a Franco Borlandi, Bologna, 1977, pp. 559-75.
A Plague Doctor, in The Medieval City (a cura di H.A. Miskimin, D. Herlihy, A.L. Udovitch), New Haven, Londra, 1977, pp. 65-72.
The Bills of Mortality of Florence, en «Population Studies», 32 (1978), pp. 543-8.
Peste del 1630-31 nell'Empolese, en «Archivio Storico Italiano», 136 (1978), pp. 469-81.
I pidocchi e il Granduca, Bologna 1979 (ristampato in Contro un nemico invisibile. Epidemie e strutture sanitarie nell'Italia del Rinascimento, Bologna, 1986).
Gino Luzzatto o dei rapporti tra teoria e storia economica, en «Ricerche Economiche», 1 (1979), pp. 1-9.
Tbe technology of man. A vísual bistory (in coll. con D. Birdsall), Londra, 1980.
Fighting the Plague in Seventeentb Century Italy, Madison, 1981.
Per una storia della produttività nei secoli del Medioevo e del Rinascimento, in Produttività e tecnologia nei secoli XII-XVII (a cura di S. Mariotti), Firenze, 1981, pp. 3-7.
Economic Fluctuations, the Poor, and Public Policy (Italy, 16th and 17th Centuries), in Aspects of Poverty in Early Modern Europe (a cura di T. Riis), Stoccarda, Bruxelles, Firenze, 1981, pp. 65-77.
Il fiorino e il quattrino: la politica monetaria a Firenze nel 1300, Bologna, 1982 (ristampato con significativi cambiamenti in Il governo della moneta a Firenze e a Milano nei secoli XIV-XVI, Bologna, 1990).
Bilancio di una epidemia di peste. Il caso di Pistoia nel 1630-31, en «Bullettino Storico Pistoiese», 84 (1982), pp. 65-93.
La città di fronte alle crísi di mortalità, in Società Italiana di Demografia Storica, La demografia storica delle città italiane, Bologna, 1982.
Il dilemma dell'interdisciplinarietà: il caso della storia economica, in Scuola Normale Superiore di Pisa, Regione Toscana-Giunta Regionale, Corso di orientamento pre-universitario, s.l. né d. Ema Calenzano, 19831, pp. 98-106.
Tifo esantematico e politica sanitaria a Genova nel Seicento (in coll. con G. Doria), en «Atti della Società Ligure di Storia Patria», 22 (1982), pp. 163-96.
Le tre rivoluzioni. Prolusione d'apertura dell'anno accademico 1982-83 all'Istituto Universitario Europeo, Firenze, 1983.
Barter in Fifteenth-Century Genoa, in Studies in Numismatich Method presented to Philip Grierson (a cura di C.N.L. Brooks, B.M.I.M. Steward, G. Pollard, T.R. Volk), Cambridge, 1983, pp. 327-8.
Argento spagnolo e monetazione fiorentina nel Cinquecento, in Aspetti della vita economica medievale, Firenze, 1985, pp. 475-85.
Contro un nemico invisible. Epidemie e strutture sanitarie nell'Italia del Rinascimento, Bologna, 1986.
Tecnica, società e cultura. Alle origini della supremazia tecnologica dell'Europa, Bologna, 1989.
La moneta a Firenze nel Cinquecento, Bologna, 1987 (ristampato in il governo della moneta a Firenze e a Milano nei secoli XIV-XVI, Bologna, 1990).
Per un profilo di storia economica senese, in Banchieri e mercanti di Siena, Roma, 1987, pp. 9-19.
La moneta a Milano nel '400, Roma, 1988 (ristampato in Il governo della moneta a Firenze e a Milano nei secoli XIV-XVI, Bologna, 1990).
Tra due culture. Introduzione alla storia economica, Bologna, 1988 (ristampato con il titolo Introduzione allo studio della storia economica, Bologna, 1988).
Allegro ma non troppo , Bologna, 1988.
Saggi di storia economica e sociale, Bologna, 1988.
Le tre rívoluzioni e altri saggi di storia economice e sociale, Bologna, 1989.
Miasmi e umori. Ecologia e condizioni sanitarie in Toscana nel Seicento, Bologna, 1989.
Il governo della moneta a Firenze e a Milano nei secoli XIV-XVI, Bologna, 1990.
Il burocrate e il marinaio. La «Sanità» toscana e le tribolazioni degli inglesi a Livorno nel XVII secoio, Bologna, 1992.
Le Marche e la Romagna nell'epidemia di tifo petecchiale del 1622 secondo le fonti toscane (in coll. con M. Moroni), en «Proposte e ricerche» XV (1992), pp. 188-202.
Per una storia della farmacia in Italia: Milano e Lombardia (testi di C. Cipolla, A. Russo, D. Zanetti), Bologna, 1992.
Tre storie extra vaganti, Bologna, 1994.
Storia facile dell'economia italiana dal Medioevo ad oggi (a cura e con introduzione di C.M. Cipofia), Milano, 1995.
Conquistadores, pirati, mercatanti. La saga del'argento spagnuolo, Bologna, 1996.
Del prevedere, in 1996. Dove va l'economia italiana? (a cura di J. Jacobeffi), Bari, 1996, pp. 18-20.
L'importanza del notaio nella città medievale, in Albertano da Brescia. Alle origini del Razionalismo economico, dell'Umanesimo civile, della Grande Europa (a cura di F. Spinelli), Brescia, 1996, pp. 43-9.