Valles Romero José Antonio
Olvera Jiménez German
Bautista García Ana Laura
Tecnológico Superior de Huichapan
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Resumen
Se expone el impacto de la investigación y la innovación en empresas mexicanas, pequeñas y medianas, con propuestas muy novedosas. La innovación puede ser impulsada por diferentes factores el origen de un proyecto de innovación puede tener diferentes fuentes, como los clientes y el mercado, la dinámica de aprendizaje de los investigadores dedicados a la I+D, el común denominador es que fueron apoyados por el fondo de innovación tecnológica (FIT) de la SE y CONACYT, el desarrollo de la potencia presenta casos que corresponden a propuesta de evaluación de pymes de distintas edades y origen. Unas son de recién creación emanadas de alguna incubadora; otras, de larga duración familiar, en tanto otras más se caracterizan por ser las ocasiones o cooperativas. La selección de casos aquí resumidos pretende mostrar que, en materia de innovación, hay un amplio abanico de posibilidades, condiciones, objetivos, metas y resultados; y que no se requiere tener mucha infraestructura ni capitales millonarios para ejecutar proyectos de innovación, muchas otras e interés antes propuestas exitosos se publicaran próximamente por el CONACYT del cual soy participante, sin embargo, los narrados aquí son ilustrativos de la forma en que los riesgos fueron aprovechados como fuente de creatividad y de nuevas oportunidades.
Palabras clave: fondo de innovación tecnológica, organización inteligente, economía del conocimiento.
Para citar este artículo puede uitlizar el siguiente formato:
Valles Romero José Antonio, Olvera Jiménez German y Bautista García Ana Laura (2015): “El impacto de la innovación en las empresas. El caso del fondo de innovación tecnológica del CONACYT México”, Revista Observatorio de la Economía Latinoamericana, México, (julio 2015). En línea: http://www.eumed.net/cursecon/ecolat/mx/2015/conacyt.html
Introducción
En los albores del siglo XXI nos encontramos ante nuevos elementos que perfilan la economía mundial y que representan un nuevo entorno competitivo en su conjunto. Hoy, las empresas funcionan en el marco de un modelo novedoso de generación, de valor y riqueza basado en el conocimiento, recurso intangible e inagotable que permite obtener ventajas competitivas sostenibles en el tiempo. Si bien el conocimiento ha estado presente desde siempre en la economía, detrás de la tecnología y los procesos de producción, nunca habían jugado un papel tan importante como en la actualidad. En efecto, muchas empresas adquieren, desarrollan y aprovechan el conocimiento científico y tecnológico de forma estratégica para generar innovaciones que diferencien sus productos y servicios de sus competidores.
Una consecuencia directa de este nuevo modelo económico basado en el uso intensivo del conocimiento es la explotación de recursos naturales, las economías de escala y la reducción de costos y de precios han dejado de ser el elemento central a través del cual se puede competir, bien sea entre empresas, bien entre países.
Aunque la innovación como proceso dinamiza la economía y los mercados no es un proceso reciente, se ha difundido en numerosos sectores de la industria, los servicios y algunas actividades del sector primario; además de que ha sido más estudiada durante las últimas tres décadas. Los países que adoptaron temporalmente el nuevo modelo económico basado en el conocimiento y la innovación han desarrollado servicios de alta tecnología cuyos avances científicos y tecnológicos tienen mayor posibilidad de generar marcadas ventajas competitivas.
Sin embargo, a pesar de los evidentes beneficios, el impulso económico que provoca la innovación en algunos sectores y países crea, al mismo tiempo, una brecha con respecto a los que no cuentan con una suficiente masa crítica de empresas que finquen sus estrategias de crecimiento con base a la innovación.
Esta brecha puede acrecentarse con el tiempo dado que la innovación conlleva procesos colaterales que favorecen su producción, como señala la Organización de la Naciones Unidas para el desarrollo industrial (ONUDI).
En efecto, los proyectos de innovación de una empresa refuerzan su capacidad de aprendizaje; con cada iniciativa se procede a la búsqueda del conocimiento pertinente y su combinación con el que la organización ya poseía, lo que a su vez permite desarrollar nuevos diseños, concebir prototipos, imaginar nuevos usos para sus productos, entre muchas otras actividades.
Cuando este proceso ocurre cada vez con más frecuencia en la empresa, se establece una espiral virtuosa de creación, de conocimiento y de aprendizaje permanente.
Así mismo se han identificado otras consecuencias de la innovación como la aparición de una nueva empresa, una suerte de organización inteligente, dinámica, proactiva ya adaptable al cambio, que da mayor valor al conocimiento y por consecuencia coloca al capital humano como principal activo.
Bajo estas nuevas condiciones que marcan la economía moderna, el desafío para los gobiernos en diversos países estriba en generar condiciones apropiadas para que una mayor cantidad de empresas puedan aprovechar los beneficios de la economía del conocimiento, los cuales representan ventajas a nivel de la empresa, pero también a nivel agregado de la economía del país entero.
Justificación
La innovación es un fenómeno que se caracteriza por su efecto transformador en distintos niveles: en una empresa, la introducción de mejoras en productos o procesos desconocidos para el mercado puede marcar la diferencia con sus competidoras pero, cuando la innovación tiene un grado considerable de novedad, puede provocar una disrupción en su industria y marcar la tendencia para el resto de las empresas o también para crear nuevos mercados.
Los sectores y mercado que cuenta con empresas cuyas estrategias de competitividad se fincan en la innovación fortalecen las condiciones para generar valor y a largo plazo mayor riqueza para la sociedad. Es por eso que la innovación puede entenderse como un motor de cambios estructurales con capacidad para inducir la evolución sistema económico.
Beneficio empresarial
La empresa constituye la unidad fundamental de cualquier economía y la base de la productividad y el empleo de cualquier sector, región o país. De ahí que sea en la empresa donde se pueden identificar con mayor notoriedad los beneficios de la innovación.
En general, las organizaciones que desarrollan un proyecto de innovación ya sea mediante innovaciones tecnológicas (producto y proceso) o no tecnológicas (organizacionales y comerciales) buscan fortalecer sus capacidades y generar alguna ventaja que les permita sobrevivir o posicionarse en un ambiente competitivo. Las que no lo hacen suelen tener dificultades para permanecer en el mercado.
Algunas innovaciones son imitadas rápidamente por la competencia, en contraste, otras tardan años en ser emuladas y superadas. Hay innovaciones de la industria que son el resultado de la aplicación de descubrimientos científicos, en tanto otras surgen de la incesante búsqueda por mejorar la eficiencia de los procesos productivos, para reducir los tiempos, el consumo energético o el uso de materia prima, o con el fin de combinar los cambios en todas estas variables mediante transformaciones en el deño o composición del producto. Otras innovaciones, incluso, son inducidas por cambios en reglamentaciones ambientales o sanitarias, que exigen procesos productivos más limpios y menos nocivos para la salud de los empleados, o que apelan a la fabricación de productos que no dañen a la salud humana.
Entre los beneficios de las empresas obtienen a partir de sus innovaciones podemos mencionar los siguientes:
Ahora bien la innovación como proceso y estrategia, no brota de manera espontánea y fortuita en las empresas, sino que es el resultado acumulativo de experiencias organizacionales positivas y su capitalización para conformar estrategias novedosas de crecimiento y de nuevos impulsos frente al mercado. Así mismo la innovación resulta de proyectos específicos de investigación y de desarrollo (I+D) y de un constante monitoreo de las tecnologías disponibles, la aparición de nuevos conocimientos científicos y las estrategias de los competidores.
Un proyecto de innovación puede involucrar, a su vez, distintos tipos de innovaciones menores, por lo que se esperarían beneficios en varios rubros e inclusive innovaciones adyacentes. Por ejemplo, la innovación de producto que implica la fabricación de un bien nunca antes ofertado por una empresa puede derivar en innovaciones de proceso, organizacionales y comerciales, es decir, podría provocar desarrollos colaterales que aumentan el alcance del proyecto, con mejoras sustantivas en la capacidad de aprendizaje tecnológico de la empresa.
A partir de su trepida capacidad de reacción frente a cambios en el entorno, las empresas sean innovadoras logran ventajas competitivas sostenibles en el tiempo y saben aprovechar oportunidades tecnológicas o de mercado. Cuando, a raíz de las innovaciones logradas consiguen obtener liderazgo en su sector o mercado, pueden controlar de mejor manera el ciclo de vida de sus productos y decidir el periodo más conveniente para su duración, así como hacer mejoras antes de que lo hagan los competidores. Tal situación ocurre con frecuencia en el campo del software y la electrónica de consumo.
Ciertamente un proyecto de innovación conlleva riesgos por que representa una apuesta por generar algo inexistente que pone en juego las experiencias y capacidades tecnológicas del personal de una empresa con miras a fabricar algo novedoso. No obstante, se trata de una situación paradójica ya que a mayor nivel de riesgo, mayor posibilidad de lograr una marcada diferencia con respecto a los competidores y con ello, de aumentar la ventaja competitiva.
En la medida en que la innovación puede ser el resultado de los esfuerzos en investigación, diseño, ingeniería o también de vínculos con universidades y en la proporción en que las empresas se dotan de los dispositivos organizacionales pertinentes para capitalizar las experiencias acumuladas, la innovación se convierte en una práctica permanente, en la pauta rige el comportamiento de la empresa. Es un modus operandi basado en el aprendizaje la creatividad y el riesgo una aventura en el tiempo donde novedad e incertidumbre son corolario de las estrategias y decisiones que el empresario toma, de cara al futuro.
Beneficio para la economía
Poseer un tejido empresarial con capacidades de innovación tiene evidentes ventajas para la economía en general. Un país con empresas innovadoras encuentra mejores condiciones para producir riquezas, sobre todo en una época donde la innovación a nivel internacional tiende a disminuir la importancia de las materias primas y los recursos naturales como distintivos de liderazgo económico.
Entre los beneficios reconocidos que la innovación que produce la economía se encuentra un aumento en la productividad de varios sectores, por la aplicación de nuevos métodos de producción, los cuales también pueden generar un aumento en la rentabilidad, por la disminución de costos y mayor eficacia productiva.
Se trata de elaborar insumos (plásticos, pinturas, hule resinas y pegamentos) para otros sectores (por ejemplo, el automotriz o el de electrodomésticos), de modo que las innovaciones en unos pueden tener un efecto multiplicador en otros. De igual manera, la innovación puede derivar en la creación de un nuevo sector productivo en una región el caso más emblemático en los últimos años es la aparición de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), que además de convertirse en un sector económico en sí mismo, con empresas que fabrican equipos y otras que elaboran los dispositivos de software para su manipulación, vinieron a transformar las condiciones de producción de muchos otros sectores económicos, modificando los escenarios de creación de riquezas a nivel mundial.
Como este sector, los de la electrónica, la biotecnología o la nanotecnología tienen la capacidad de generar derramas tecnológicas y beneficios hacia otros sectores de la economía debido a la transversalidad y la convergencia tecnológica existentes. Las aplicaciones de la biotecnología o de la nanotecnología en sectores como la salud, la alimentación, o los nuevos materiales han provocado la aparición de nuevos nichos de mercado para empresas de todos los tamaños.
La innovación en los sectores productivos requiere de recursos humanos calificados: profesionistas, muchas veces con posgrado que conciben los proyectos de ingeniería, diseño de prototipos que podrán convertirse en innovaciones en este sentido, la innovación también tiene como beneficio económico la creación de empleos de alta calificación, que reciben mejores retribuciones y distribuyen la riqueza económica entre la sociedad.
Análisis
La globalización ha favorecido la difusión de un nuevo modelo productivo y comercial basado en el conocimiento, que multiplica sus alcances tanto en economías avanzadas como en las de países en desarrollo. Aunado a lo anterior, la aparición de las TIC ha favorecido la creación, y difusión de conocimiento a nivel mundial. La ventaja de estas tecnologías es que permiten producir el conocimiento de forma digital y difundirlo, por ejemplo, el internet, a bajo costo y a todos los confines del planeta. Estos factores nutren la economía basada en el conocimiento y modifican la forma en que los países generan valor para su economía.
En el caso mexicano participar en esta dinámica económica implica reforzar las capacidades de innovación del tejido empresarial y apoyar la adopción de nuevas prácticas y funciones en las empresas para innovar es necesario contar con mayores fuentes de conocimiento, por lo que establecer relaciones de cooperación entre las empresas, las universidades y los centros públicos de investigación se vuelven un aspecto crucial. La creación de alianzas estratégicas y redes de conocimiento es parte de las nuevas funciones que deben desarrollar las empresas cuando pretenden hacer de la innovación su estrategia de competitividad en el largo plazo, así mismo, una capacidad adicional que también debe fomentarse en las empresas en el uso de modelos adecuados de gestión del conocimiento dentro de la organización para identificar el conocimiento valioso y traducirlo en aplicaciones de negocio.
La combinación de los conocimientos nuevo y viejo para generar innovaciones es una función organizacional que depende en buena medida del capital humano, de los individuos, que son el recurso capaz de aprender e inventar. Por ello, la inversión de las empresas es llamada economía del conocimiento que implica la presencia de trabajadores y empleados que aprenden continuamente mediante procesos formales de capacitación, apoyados por modelos organizacionales que favorezcan el aprendizaje y la circulación del conocimiento pertinente entre las diferentes áreas de la empresa.
Generar las condiciones apropiadas para que la economía mexicana se convierta en una economía impulsada por la innovación presenta una ventaja adicional, dad la trayectoria histórica que muestra el país. Como parte del esfuerzo industrializador se ha promovido en distintos momentos de la vida nacional la inversión extranjera directa; y los resultados se han mostrado favorables en cuanto al aumento del empleo y de la mejora del comercio internacional, donde la cuenta nacional de México muestra altas cifras de exportación de bienes de contenido tecnológico, gracias a la localización de empresas transnacionales en sectores competitivos.
Sin embargo, la integración de las empresas de capital nacional de las cadenas internacionales de valor ha tenido menores resultados. Una razón es que las empresas nacionales, sobre todo pequeñas y medianas empresas (pymes), han tenido dificultades para incorporar tecnologías modernas en los procesos productivos y para fabricar en consecuencia, bienes con mayor valor agregado.
Promover la innovación en las empresas manufactureras puede provocar que estas se interesen en mejorar los productos que elaboran y, así, logren insertarse en las cadenas globales de valor, ya sea como proveedores de insumos intermedios tecnológicamente complejos por ejemplo, por las industrias automotriz o aérea, o como exploradoras de productos intensivos en conocimiento y tecnología para sectores como los alimentos, farmacéutica o química, cuyos mercados en el mundo exigen calidad, confiabilidad y trazabilidad.
México participa en un modelo de apertura comercial desde los años ochenta, el cual se ha intensificado con la firma de más de 40 tratados con países de América del norte, Europa, Asia y Latinoamérica. Las oportunidades que tiene nuestro país para modificarse de los tratados de libre comercio pueden multiplicarse si se logra que un mayor número de empresas desarrollen sus capacidades de innovación y puedan compartir en los mercados de alto valor agregado y consumo justificado.
Así mismo, en la medida en que se logre una trasformación productiva basada en el desarrollo de capacidades de innovación se podrá impulsar un modelo endógeno de desarrollo, sustentado en la capacidad productiva de sus empresas, que de forma simultanea coadyuve a reducir las dependencias tecnológicas y comerciales con otros países.
Los beneficios son múltiples para México, pero también implican un reto, pues el modelo productivo basado es bajos costos laborales, importación de tecnología y producción y ensamble de partes y piezas con reducido contenido tecnológico han dejado una profunda huella en el comportamiento de gran parte de la industria nacional. Es por ello que se requiere acompañar a las empresas en este proceso de transformación organizacional y cambio de estrategias de competitividad basada en precios por estrategias basadas en diferenciación cualitativa de productos y servicios para que un mayor número de empresas aprovechen el conocimiento y lo conviertan en innovaciones.
Las altas tasas de mortandad de empresas, sobre todo pymes, se deben en gran medida a su incapacidad para hacer eficientes sus procesos productivos, para renovar o mejorar sus productos, para incorporar tecnología moderna y para aprovechar los factores de manera conjunta las hubieran podido hacer más competitivas. Aquella empresa que propone conservar su mercado, ampliar sus clientes, diferenciarse de sus competidores y mejorar sus ventas requiere agregar valor a sus productos y para ello necesita innovar. De lo contrario tarde o temprano acabara por desaparecer.
Propuesta de solución
En este marco, como ejemplo de programas de apoyo al financiamiento a la innovación se encuentra el fondo para la innovación tecnológica (FIT), de la secretaria de economía (SE) y el consejo nacional de ciencia y tecnología (CONACYT), cuya finalidad es incrementar las capacidades tecnológicas de las empresas, reducir algunos riesgos asociados a la innovación y de paso coadyuvar a la transformación productiva que requiere la economía de nuestro país.
El FIT es un programa con más de diez años de existencia, opero de 2002 a 2006 bajo el nombre de Fondo Sectorial en Ciencia y Tecnología para el Desarrollo Económico. Desde entonces ha contribuido al funcionamiento compartido de unos cuatrocientos cincuenta proyectos de innovación en empresas de diversos tamaños y sectores a lo largo y ancho del país.
A partir de 2007, el programa no cambio solamente de nombre, sino también de enfoque. Para favorecer sobre todo a las pequeñas y medianas empresas. Entre 2007 y 2009 el FIT erogo más de cuatrocientos millones de pesos para apoyar la ejecución de un total de ciento cincuenta proyectos. Estas cifras dan cuenta de la capacidad de este programa de política pública para incentivar la inversión privada en desarrollo tecnológico e innovación, ya que por cada peso que pone el FIT, las empresas deben poner otro tanto. Sin embargo, muchas veces, la naturaleza de los proyectos ha obligado a las empresas a aportar más recursos de los planeados en efecto, de acuerdo con un estudio sobre el impacto del programa podemos constatar que la inversión final de los proyectos puede en ocasiones incrementar en 50% en relación a lo inicial presupuestado.
Los fondos del FIT apoya los proyectos en dos vértices principales: 1) desarrollo e innovación tecnológicos, que puede ser mejora de procesos o productos ya existentes, o bien procesos o productos enteramente nuevos;
2) creación o consolidación de centros de ingeniería, diseño, investigación y desarrollo. En la primera modalidad hay un total de 137 proyectos apoyados y 13 en la segunda.
Un segundo aspecto en retomar los cambios ocurridos en el FIT es el enfoque hacia áreas tecnológicas, combinando la selección de proyectos con la clasificación tradicional de ramas industriales. Así, tenemos el apoyo a proyectos en las áreas de diseño y manufactura avanzada biotecnología, tecnologías de la información, ingeniería química y materiales avanzados, ingeniería mecánica y aplicación industrial de la ingeniería, electrónica y telecomunicaciones, dispositivos biomédicos, nanotecnología y tecnología extractiva.
Las áreas tecnológicas como tales pueden tener efectos positivos en varias ramas a la vez y en diversas cadenas de valor. Por ejemplo, la biotecnología puede tener efectos en la agricultura y la industria alimentaria, química y farmacéutica. Lo mismo puede ocurrir en la nanotecnología, los materiales avanzados o las TIC, cuyas innovaciones pueden ser aprovechadas por empresas de diversas ramas industriales. La distribución de los 150 proyectos aprobados entre el 2007 y 2009 según el área tecnológica se muestra en la tabla 1, en la página siguiente.
Por su parte, las ramas o sectores industriales se clasifican a partir de los productos elaborados por las empresas y los mercados de destino. Aprovechando las tecnologías relacionadas con las áreas del cuadro anterior, las innovaciones pueden ocurrir en el proceso productivo o en el producto. Así por ejemplo, un proyecto que utiliza biotecnología en plantas o frutas puede estar relacionado con la rama de alimentos procesados, la agricultura de hortalizas o la farmacéutica; mientras que un proyecto basado en la manufactura avanzada puede tener aplicación en las ramas aeronáutica, electrónica, de bienes de capital, automotriz o, incluso metalúrgica.
De acuerdo con una clasificación de proyectos por ramas o sectores industriales, podemos ver que el mayor número de proyectos apoyados por el FIT corresponde a la agroindustria y los alimentos, seguido de las TIC, la química y la petroquímica. Sin embargo, la economía nacional está compuesta por muchas otras ramas que no figuran en el cuadro. Podemos inferir que las pymes de esas ramas carecen de recursos y capacidades para proponer proyectos de desarrollo tecnológico e I+D o, peor aún, que carecen de estrategias de competitividad fincadas en innovación. La distribución de los ciento cincuenta proyectos por rama industrial se muestran en la siguiente tabla 2, en la siguiente página.
Un aspecto más que queremos destacar de los ciento cincuenta proyectos aprobados entre 2007 y 2009 son los tipos de innovación propuestos, que pueden ir desde una mejora en el proceso productivo hasta la construcción de una planta piloto. El tipo o grado de innovación de los proyectos muestra las capacidades con que cuentan las empresas para realizar innovaciones y también las tecnologías disponibles en un momento dado; en el mundo hay tecnologías muy difundidas y por lo mismo, disponible para ser utilizadas en amplios sectores de la economía; en contraste, existen tecnologías de aparición muy reciente, cuya aplicación se reduce a unos cuantos procesos productivos de pocas ramas industriales.
Conclusión
La innovación es impulsada por diferentes factores, el origen de un proyecto de innovación tiene diferentes fuentes, incluso un sueño del empresario que fue madurando con el tiempo que es posible implementar con apoyos del CONACYT, se mostró resultados que corresponden a pymes que en materia de innovación, hay un amplio abanico de posibilidades, condiciones, objetivos, metas y resultados sobre la forma en que los riesgos fueron aprovechados como fuente de creatividad y de nuevas oportunidades.
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