Observatorio de la Economía Latinoamericana


Revista académica de economía
con el Número Internacional Normalizado de
Publicaciones Seriadas ISSN 1696-8352

Economía de México


EXPECTATIVAS DE EMPLEO DE LOS ESTUDIANTES DE DISEÑO GRÁFICO EN LA FRONTERA DE TAMAULIPAS


Juan Abel Bárcenas García (CV)
juanabel_barcenas@my.uvm.edu.mx
Universidad del Valle de México




Resumen
El objetivo de este trabajo es el de analizar los factores que han hecho posible la inserción de los nuevos profesionistas del área de diseño gráfico en el mercado laboral de la frontera, así como las causas que han impedido a otros conseguir un empleo acorde a su perfil profesional. Los sujetos de estudio para este trabajo, son los egresados de la carrera de diseño gráfico de la UVB-UVM1 de Reynosa a partir del año 2000 a la fecha. Dado que no existe un registro de seguimiento institucional, busqué información directa con el mayor número posible de ex alumnos(as).
Pretendo con la información obtenida, dar respuestas fundamentadas a la inquietud de los estudiantes sobre temores de no encontrar empleo al terminar su carrera.
El orden de las ideas para alcanzar este objetivo se ha estructurado partiendo de la contextualización global y nacional en la que se desenvuelve la situación planteada, así como las variables que detonan el problema del desempleo; finalmente, lo que como institución y como docentes pudiéramos aportar para que el estudiante enfrente con mayores posibilidades de éxito su inclusión en el mercado laboral.

Palabras clave: Diseño gráfico, desempleo profesional

1 La Universidad Valle del Bravo (UVB), fundada en 1976, se fusionó con la Universidad del Valle de México (UVM) en 2007.

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Bárcenas García, J.: "Expectativas de empleo de los estudiantes de diseño gráfico en la frontera de Tamaulipas", en Observatorio de la Economía Latinoamericana, Nº198, 2014. Texto completo en http://www.eumed.net/cursecon/ecolat/mx/2014/empleo-estudiantes.html


Introducción

Los tiempos actuales son portadores a escala global, de situaciones paradójicas que por un lado nos muestran avances científico-tecnológicos impresionantes y promisorios, por cuanto a que, idealmente, deberían servir para mejorar la situación y calidad de vida de la humanidad, mientras que por el otro lado nos muestra un progreso excluyente que conduce a una mayor concentración de la riqueza y a un incremento de la pobreza. Excluyente ¿en razón de qué?, excluyente porque la automatización de los procesos de manufactura reducen el número de trabajadores que anteriormente se ocupaban con las tecnologías que ahora son obsoletas. Concentradoras de la riqueza, porque finalmente ese progreso reduce costos de producción acrecentando la ganancia del dueño de los medios de producción.

Jeremy Rifkin (1995) en su obra El Fin del Trabajo, menciona cómo las nuevas tecnologías reducen los puestos de trabajo, en esta época bautizada como neoliberal, en términos de la Economía.

Luciano Vasapollo (2013) se refiere a este modelo de apropiación de plusvalía como capitalismo posfordista, caracterizado por trabajos con escasos derechos y salarios precarios. Esto, derivado de un proceso de desarrollo industrial que ha estado marcado en los últimos 25 años por un fuerte aumento de la productividad del trabajo y un correspondiente ahorro de trabajo, que reduce la creación de nuevas oportunidades de empleo.

Estos contrastes entre progreso científico y distribución de la riqueza, constituyen el panorama global en el cual se desarrollan las nuevas relaciones laborales donde habrán de desenvolverse los jóvenes profesionistas del siglo veintiuno.

La concentración de la riqueza en pocas manos, ha incrementado los privilegios y el poder político que los grandes corporativos siempre han tenido, produciendo el traslado de las decisiones que antaño eran facultad del gobierno, al dominio de un reducido grupo de magnates, lo cual se tradujo en la liquidación del Estado interventor y regulador.

En el caso de nuestro país, las diez personas más ricas con intereses en las telecomunicaciones y la minería, principalmente, poseen 11% del valor de los bienes y servicios producidos en un año por la economía mexicana, medidos a través del producto interno bruto (PIB).  La gran influencia de estos hombres de negocios, además de la presión que ejercen de los grandes corporativos extranjeros, ha sido determinante en las decisiones del gobierno federal, para la realización de las reformas del actual sexenio: la reforma energética, la reforma laboral y la reforma educativa.
 
A la presión de estos grupos de poder económico y político, se suman también las recomendaciones de la OCDE, el Banco Mundial y otros organismos internacionales, lo cual hace aparecer a México como una provincia del mundo globalizado.

Aunque el proceso de reformas neoliberales iniciaron con el presidente Miguel De la Madrid Hurtado, la profundización de las mismas se dio en los sexenios de Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo Ponce, tanto en la venta de las principales empresas del Estado, como en la desarticulación del ejido, para facilitar la comercialización de la tierra y los recursos hidráulicos. Con los relevos sexenales de los dos presidentes surgidos del partido Acción Nacional, de manera no acordada por las cámaras de diputados y senadores, el gobierno federal comenzó a otorgar contratos y abrir la participación privada en la industria eléctrica y petrolera. Las reformas del actual presidente de México legalizan lo que de facto se venía haciendo desde doce años atrás.

Todas esas reformas modificaron sustancialmente las relaciones entre capital y trabajo hasta aproximarlas al pensamiento económico de Alan Greenspan 1. La permanencia en el empleo, la seguridad social, vacaciones pagadas, reparto de utilidades y pensión de retiro serán eliminadas para cambiar a la modalidad laboral de contratos temporales y por hora del empleador directo, o a través de terceros en la sub contratación o llamado outsourcing.

La desaparición del estado de bienestar social y la sustitución por un régimen inspirado en las leyes del mercado, constituye hoy el escenario en el que se han de desenvolver las nuevas generaciones de egresados universitarios, quienes deberán tener no solo las competencias laborales de su especialidad, sino además conocimiento sobre el entorno y habilidades para desenvolverse en él.

I. El Licenciado Diseño Gráfico y el contexto laboral

El diseño gráfico pasó a formar parte de la oferta educativa universitaria en Tamaulipas en 1983, siendo la Universidad Valle del Bravo (UVB) la institución pionera en esa disciplina.

El desarrollo de la industria maquiladora así como del comercio y las empresas de servicios ofrecían un campo favorable para la apertura de la carrera de diseño gráfico.

La pertinencia del plan de estudios con el cual inició la carrera buscaba satisfacer las necesidades de la publicidad y la comunicación social, mediante propuestas visuales organizadas bajo metodologías y criterios derivados de la psicología y otras disciplinas afines al diseño, dentro del paradigma de un diseño socialmente útil.

El diseño gráfico empezó en universidades del centro del país en la década de los 70’s, cuando las tecnologías de la información aún no se desarrollaban como las conocemos ahora. La carrera inició en la UVB con el surgimiento de las primeras versiones de software de diseño como Corel DRAW 3.1, Photoshop 2.5 y Autocad 1.2. La primera planta docente fue formada con diseñadores egresados del CEDIM de Monterrey, institución que a su vez nació en 1985.

El diseño antes del diseño profesional, era conocido con el término de dibujo comercial. Técnicos en dibujo comercial, así como egresados de escuelas de arte, desempeñaron durante mucho tiempo las actividades de gráfica publicitaria e ilustración editorial. Algunas agencias de publicidad de Monterrey empleaban dibujantes egresados de la Escuela Macrel, estudiantes de arquitectura o egresados de la Escuela de Artes Visuales. En Reynosa el oficio de artesanos conocidos como rotulistas llenaba en parte las necesidades que ahora cubre el diseñador gráfico, en tiempos en que la vieja industria editorial dividía el trabajo de reproducción gráfica entre el técnico de composición tipográfica,  el ilustrador y el  fotograbador.

Con esos antecedentes y en ese ambiente social y económico, La UVB produjo la primera generación de diseñadores gráficos en 1997, con perspectivas de aumentar la matrícula para esa especialidad. Pocos años después, varias universidades privadas abrieron esa carrera, casi todas con el mismo perfil, salvo una que integra diseño gráfico y diseño industrial. Una de estas universidades da a su carrera el nombre de Licenciatura en diseño y animación, aunque las asignaturas de animación son ya una parte importante del perfil de egreso en las otras universidades, incluyendo la Universidad del Valle de México (UVM), que tras la integración con UVB, absorbió sus planes, permisos y estudiantes.

El aumento de universidades que forman diseñadores gráficos en Reynosa nos lleva a preguntarnos si no estaremos superando las necesidades del mercado laboral. Esta creencia se ve reforzada por comentarios de profesionistas con problemas para conseguir empleo, así como notas periodísticas que hablan de escasez de oportunidades para los recién egresados.

Es común la preocupación de alumnos próximos a egresar sobre su futuro como profesionistas, pero también, algunos alumnos de nuevo ingreso plantean a sus maestros la pregunta sobre si podrán conseguir trabajo como diseñadores cuando terminen sus estudios.

Algunos alumnos comentan que sus padres consideran que su hijo debe estudiar una carrera más lucrativa y les recomiendan cambiar a otra. Las notas de prensa sobre el desempleo, que en forma de broma los estudiantes publican  en las redes sociales, incrementa esa inquietud al respecto.

Otra fuente de inquietud son los foros de discusión,  donde algunos especialistas opinan que la enseñanza que se da a los estudiantes en las escuelas de diseño, no le sirven mucho al recién egresado al incorporarse a un puesto de trabajo. Este argumento basado en el desfase entre la enseñanza y la rapidez del desarrollo de las nuevas tecnologías, desacredita algunas asignaturas clásicas del diseño sin tomar en cuenta su universalidad como herramientas teóricas y metodológicas.

Las hipótesis que analizan las causas políticas y económicas que provocan el desempleo nos permiten entender parcialmente el fenómeno, pero para comprenderlo plenamente es necesario también asumir críticamente el grado de responsabilidad que las universidades y sus docentes tienen en este problema, en cuanto a calidad de la enseñanza y pertinencia de los planes de estudios se refiere.

Una lectura general de los planes de estudio de las escuelas de diseño gráfico puede darnos una idea de cuan articulados y coherentes son sus contenidos. Pero dar pertinencia a los contenidos de esos planes implica no solo investigar como debe ser el diseñador del futuro y consultar con las empresas, sino también, tomar en cuenta a los profesionales del diseño y a sus cuerpos colegiados a fin de estructurar planes que realmente aporten soluciones y respuestas eficaces a las necesidades y requerimientos de los empleadores.

El Gobierno de Tamaulipas a través de la Subsecretaría del Empleo y Productividad Laboral, nos muestra una tasa de desocupación de 5.8% de noviembre de 2013 a enero de 2014, en base a un padrón de 580, 884 trabajadores asegurados en el IMSS. (STPS, 2014).

Del año 200 al 2013 el porcentaje de desocupados para quienes tienen licenciatura aumentó de 15 a 19%, aunque no se especifica el desempleo por profesión. Tampoco nos indica si la ocupación es temporal y por cuanto tiempo.

La medición cualitativa de este gráfico demuestra que el modelo económico vigente desde los años 80’s no es capaz de aprovechar el capital humano de que dispone.

En cuanto al problema específico de desempleo de los diseñadores gráficos, un referente interesante es el estudio realizado por el Gobierno del Estado de Nuevo León, a través de la Secretaría del Trabajo con la colaboración de la Universidad Autónoma de Nuevo León, quienes se enfocaron en identificar las necesidades de personal profesional y técnico para conocer la situación que guarda la oferta y la demanda del recurso humano en esa entidad. Dicho estudio presenta la situación actual de las carreras con déficit y superávit, así como un análisis de las principales competencias demandadas por el mercado laboral. El estudio se realizó con una visión de mediano a largo plazo, con predicciones hasta el 2020 (Aguayo, 2012):

  • Las carreras que se mostrarán los más altos aumentos en su empleo son: medicina, terapia y optometría (7.5% anual) y, licenciado en diseño gráfico (6% anual).

 

  • Las que se espera tengan las mayores alzas en salarios son: licenciado en formación docente en educación primaria (3.7%) e ingeniero en computación e informática (2.5%).

El estudio diagnostica que hacia el 2020, se espera que las siguientes licenciaturas tengan superávit: arquitectura y urbanismo; diseño gráfico; medicina, terapia y optometría; psicología; ciencias de la comunicación; derecho; administración y; contaduría. Cabe comentar que en el caso de la licenciatura en enfermería y en mercadotecnia se tiene una perspectiva estable.

2. Perspectivas a futuro

Es claro que las condiciones económicas y la generación de empleos de Nuevo León y Tamaulipas son distintas pues en Nuevo León, el 11% de la población ocupada es técnico y el 20% cuenta con carrera profesional; mientras que en el resto del país sólo el 5% es técnico y el 15% es profesionista; pero ese estudio nos muestra cómo ciertas carreras crecen y exceden la oferta, mientras otras se mantienen estables facilitando a quienes las ejercen tener empleo. Pero lo más importante, el esfuerzo prospectivo del gobierno, universidades e iniciativa privada para conocer la realidad y prepararse para lo que vendrá en el futuro.

En lo que corresponde a Reynosa, realicé un muestreo de 135 egresados de la carrera de diseño gráfico, de los cuales 39.2% realiza actividades relacionadas con los estudios de los egresados, sin especificar empleo asalariado o por cuenta propia, o si residen en el país. 26% de los licenciados en Diseño gráfico trabajan en empleos que no tienen relación con su profesión.
Es sencillo entender que mientras el país no tenga crecimiento económico sostenido, los puestos de trabajo no tendrán un incremento que ocupe a los diseñadores gráficos desocupados, por lo que no se puede ser optimista, pues aun cuando el PIB de las actividades terciarias (servicios) haya sido mayor que el de las actividades primarias y secundarias, el porcentaje de desempleo para profesionistas fue mayor que para otro tipo de trabajadores.

Sugerir propuestas de solución a este problema no es objetivo de este trabajo, pero sí, imaginar nuevas formas en que los estudiantes apliquen sus conocimientos y habilidades profesionales al terminar su carrera.

La universidad deberá investigar si existe superávit de profesionistas en determinadas áreas del conocimiento y plantearse seriamente qué hacer. También, formar estudiantes que no piensen como solicitantes de empleo sino creadores de sus propios puestos de trabajo: el diseñador que no vende su trabajo sino un servicio profesional.

Referencia bibliográfica

Aguayo, Ernesto et.al. (2012). El mercado laboral en el área metropolitana de Monterrey. Monterrey: Centro de Investigaciones Económicas UANL.

Rifkin, Jeremy (1996). El fin del trabajo. México: Paidós.

STPS (2014). Reporte de Información Laboral. Tamaulipas en el contexto laboral nacional. Recuperado del website: http://www.stps.gob.mx/bp/secciones/conoce/areas_atencion/areas_atencion/web/pdf/perfiles/perfil%20tamaulipas.pdf  el 08-04-14.

Vasapollo, Luciano (2013). Tratado de Métodos de análisis de los sistemas económicos: Mundialización capitalista y crisis sistémica. Caracas: Banco Central de Venezuela.

1 El economista norteamericano Alan Greenspan testificó ante el Congreso en 1997 sobre las maravillas de la economía que estaba dirigiendo, dijo que una de las bases de su éxito económico era que estaba imponiendo lo que él mismo llamó “una mayor inseguridad en los trabajadores”. Si los trabajadores están más inseguros, eso es muy “sano” para la sociedad, porque si los trabajadores están inseguros, no exigirán aumentos salariales, no irán a la huelga, no reclamarán derechos sociales: servirán a sus amos tan donosa como pasivamente. Y eso es óptimo para la salud económica de las grandes empresas.

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