Revista académica de economía
con
el Número Internacional Normalizado de
Publicaciones Seriadas ISSN
1696-8352
Martín Carlos Ramales Osorio (CV)
mramales2000@yahoo.com.mx
Universidad Tecnológica de la Mixteca
RESUMEN: La debilidad de la economía mexicana se expresa en escaso crecimiento económico tanto en términos del PIB total como en términos del PIB per cápita, así como en déficit en balanza comercial y en el conjunto de la cuenta corriente de la balanza de pagos. Lo anterior obedece a que el gobierno y la iniciativa privada gastan poco en investigación y desarrollo, así como a la política monetaria del Banco de México que atrae cantidades importantes de inversión extranjera de cartera (IEC) hacia el sector financiero de nuestra economía que repercute en una apreciación del peso frente al dólar que encarece exportaciones pero abarata importaciones.
Palabras clave: crecimiento económico-balanza de pagos-balanza comercial- cuenta corriente-gasto en investigación y desarrollo-política monetaria-apreciación del peso.
ABSTRACT: The weakness of the mexican economy is expressed in low economic growth both in terms of total GDP as in terms of GDP per capita, as well as in deficit in trade balance and in the whole of the current account of the balance of payments. This is because the government and the private sector spend little in research and development, as well as to the monetary policy of the Bank of Mexico that attracts significant amounts of foreign portfolio investment (IEC) towards the financial sector of our economy who impacting on an appreciation of the peso against the dollar who more expensive exports but lower the price of imports.
Keywords: economic growth-balance of payments-trade balance-current account- expenditure on research and development-monetary policy-appreciation of the peso.
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Ramales Osorio, M.: "La debilidad de la economía mexicana: el crecimiento económico y las cuentas con el exterior", en Observatorio de la Economía Latinoamericana, Nº196, 2014. Texto completo en http://www.eumed.net/cursecon/ecolat/mx/2014/cuentas-exterior.html
1. INTRODUCCIÓN
Sobre el tema de la debilidad de la economía mexicana abundan los cuestionamientos y las interrogantes: ¿Por qué la economía mexicana crece muy poco y no genera en consecuencia los empleos suficientes que requiere su población? ¿Por qué el conjunto de la balanza en cuenta corriente registra signo negativo o es deficitaria, síntoma inequívoco de que le compramos al resto del mundo (importaciones) más de lo que le vendemos (exportaciones)? ¿Por qué poderosa razón la balanza comercial agropecuaria del país registra también signo negativo o es deficitaria, indicando el mencionado déficit un problema muy grave: que los mexicanos no somos capaces de producir siquiera los alimentos que consumimos y que, por tanto, dependemos de las importaciones? (Ver Cuadro 1).
Cuadro 1. Balanza en cuenta corriente, balanza de productos agropecuarios, balanza de petroquímicos y balanza comercial manufacturera (millones de dólares)
Concepto |
Concepto |
Enero-Sept 2012 |
Enero-Sept 2013 |
Balanza en cuenta corriente |
Ingresos |
314,574 |
321,823 |
Balanza de productos agropecuarios |
Exportaciones |
8,323 |
8,333 |
Balanza de productos petroquímicos |
Exportaciones |
5,074 |
4,812 |
Balanza comercial manufacturera |
Exportaciones |
223,045 |
232,323 |
Fuente: elaboración propia con base en datos de Banco de México: Estadísticas: Otros Indicadores (Balanza de Pagos), disponibles en www.banxico.org.mx/estadisticas/index.html, consultadas el miércoles 4 de diciembre de 2013.
De manera similar, y prosiguiendo con los cuestionamientos acerca de la muy preocupante situación de México en materia económica con graves repercusiones en el contexto social, ¿por qué la balanza comercial de productos petroquímicos y de origen petroquímico como los textiles y los plásticos, es también deficitaria o registra signo negativo? ¿El déficit de la balanza comercial de petroquímicos justifica la modificación de los Artículos 27 y 28 Constitucionales para permitir la incursión de los particulares (nacionales y extranjeros) en la industria petrolera? ¿Por qué poderosa razón la balanza comercial manufacturera es también deficitaria, cuando se supone que bajo el nuevo modelo de desarrollo inaugurado el 1 de diciembre de 1982 el crecimiento económico del país descansaría en buena medida en las exportaciones de manufacturas? ¿Si la balanza comercial manufacturera es también deficitaria, quiere decir que México no es competitivo en la producción de manufacturas y que de poco o nada sirven los múltiples acuerdos de libre comercio firmados con otros países y regiones del mundo? ¿Por qué poderosa razón el país importa más manufacturas de las que exporta, es que acaso el peso está apreciado frente al dólar de manera tal que encarece exportaciones pero abarata importaciones? (Ver Cuadro 1).
2. GASTO EN INVESTIGACIÓN Y DESARROLLO Y POLÍTICA MONETARIA
Muy probablemente, la respuesta a estas interrogantes se encuentra en el siguiente argumento: a la cancelación de políticas de fomento agropecuario e industrial que se viene implementando desde el gobierno de Miguel de la Madrid hasta el actual de Enrique Peña Nieto, a la apertura comercial indiscriminada de la economía mexicana, a la política monetaria del Banco de México que atrae cantidades importantes de inversión extranjera de cartera (IEC) hacia el sector financiero de nuestra economía y que repercute en una apreciación del peso frente al dólar y , lo más importante, al poco gasto en investigación y desarrollo científico y tecnológico que ejercen tanto el gobierno como la iniciativa privada.
Respecto a este último rubro, el gasto en investigación y desarrollo tecnológico, cabe mencionar que es de suma importancia para eficientar los procesos productivos, para expandir la producción, para abatir costos y precios y, por tanto, para exportar más, para vender más en los mercados internacionales haciendo posible un mayor crecimiento económico.
El planteamiento es el siguiente: a mayor gasto en investigación y desarrollo tecnológico, más y mejores bienes de capital (máquinas, equipos y herramientas) para producir manufacturas (o lo que es lo mismo, mayor capacidad tecnológica para producir mercancías); a mayor capacidad tecnológica para producir, mayor eficiencia en los procesos productivos (entendida como la capacidad para producir más con menos materia prima y en menos tiempo); a mayor eficiencia en los procesos productivos, menores costos unitarios de producción, de un lado, y mayor producción u oferta de manufacturas, por el otro lado (estamos en presencia de un primer aumento del PIB a precios constantes de la economía); a menores costos y a mayor producción, menores precios, por una parte, y mayor disponibilidad u oferta de manufacturas tanto para el mercado interno como para el mercado exterior, por la otra; a menores precios de la manufacturas domésticas, mayor competitividad de las mismas en los mercados internacionales; a mayor competitividad de la industria nacional en los mercados internacionales, más exportaciones y menos importaciones; a más exportaciones y menos importaciones, más exportaciones netas; a más exportaciones netas, más demanda agregada; a más demanda agregada, mayores niveles de producción y de empleo (o alternativamente, menores niveles de desempleo) registrará la economía nacional (se asiste a un segundo aumento del PIB a precios constantes).
El gasto en investigación y desarrollo tecnológico promueve un mayor crecimiento económico por partida doble: por el lado de la oferta agregada, y por el lado de la demanda agregada vía mayores exportaciones. En adición, y a un nivel estrictamente microeconómico, permite incrementar ganancias empresariales (al permitir la reducción de costos unitarios de producción), de un lado, e incrementar el poder adquisitivo del salario de consumidores-trabajadores (al hacer posible la disminución de precios vía abatimiento de costos unitarios de producción), por el otro lado.
Al respecto, los datos son contundentes. Según el estudio El Gasto en Investigación y Desarrollo: México en el Mundo, del Foro Consultivo Científico y Tecnológico A. C. (Foro Científico y Tecnológico A. C., 2013: www.foroconsultivo.org.mx/documentos/acertadistico/ciencia_tecnologia_innovacion/el_gide_en_mexico.pdf), México, que gasta poco menos del 0.5 por ciento del PIB en investigación y desarrollo, detentaba hacia 2011 un PIB por habitante de aproximadamente 11 000 dólares a paridad de poder adquisitivo; mientras que Estados Unidos, el principal socio comercial del país, y cuyo gasto en investigación y desarrollo (GIDE) es de aproximadamente el 2.7 por ciento del PIB, tenía en el mencionado año un PIB per cápita que rebasaba ligeramente los 40 000 dólares anuales; Canadá, que junto con México y Estados Unidos conforman el TLCAN, y cuyo GIDE asciende al 1.7 por ciento del PIB, detentaba un PIB por habitante de aproximadamente 35 000 dólares anuales a paridad de poder adquisitivo.
Países de desarrollo relativo similar como Corea y Singapur superan, y por mucho, a México; es decir, gastan más en investigación y desarrollo y detentan, por tanto, un PIB per cápita mucho mayor al de México. El GIDE de Corea ascendió a poco más del 3.2 por ciento del PIB, por lo que su PIB por habitante en 2011 era de aproximadamente 26 mil dólares a paridad de poder adquisitivo; Singapur, cuyo GIDE es de poco más del 2.5 por ciento del PIB, tiene un PIB per cápita de aproximadamente 55 000 dólares anuales. España e Italia, cuyo GIDE ronda entre el 1.2 y 1.3 por ciento del PIB, tienen un PIB por habitante de aproximadamente 27 000 dólares anuales a paridad de poder adquisitivo.
Otro dato interesante: la correlación entre la tasa de crecimiento promedio del GIDE y la tasa de crecimiento promedio del PIB total de distintas economías durante el período 2001-2010, dato que arroja el referido estudio del Foro Consultivo Científico y Tecnológico A. C. Durante el periodo 2001-2010, el GIDE de China creció a tasa promedio del 21.85 por ciento, por lo que su PIB total creció a tasa promedio del 10.76 por ciento; en Argentina, un país de desarrollo relativo similar al de México, el GIDE creció a tasa promedio del 11.37 por ciento, por lo que su PIB reaccionó en consecuencia creciendo a tasa promedio del 5.26 por ciento.
En España, cuyo GIDE como proporción del PIB es mayor al de México, el GIDE creció a tasa promedio del 10.33 por ciento pero su PIB total solamente creció a tasa promedio del 1.86 por ciento. En Brasil, país de desarrollo relativo similar al de México y cuyo GIDE ronda el 1.6 por ciento como proporción del PIB, el GIDE creció a tasa promedio del 7.81 por ciento pero su PIB total creció a tasa promedio del 3.42 por ciento. Aquí el contraste con México, cuyo GIDE como proporción del PIB es mucho menor al de Brasil, que durante el periodo 2001-2010 vio crecer su GIDE a tasa promedio del 8.99 por ciento (por encima de la de Brasil) pero su PIB total creció a una tasa promedio mucho menor a la de Brasil, siendo ésta del 2.01 por ciento.
De los datos estadísticos y correlaciones anteriores se desprende la siguiente conclusión importante: a mayor gasto en investigación y desarrollo (GIDE), mayor crecimiento económico (o incremento del PIB total a precios constantes); a mayor crecimiento económico, mayor PIB por habitante y, en consecuencia, mayor bienestar social.1
Y es que el GIDE científico y tecnológico permite a una economía generar no solamente más y mejores bienes de capital, sino que también le permite producir (y exportar) manufacturas de alto valor agregado, tales como automóviles, aviones, computadoras, teléfonos celulares y un largo etcétera de bienes de consumo duradero que caracterizan a la nueva economía mundial globalizada. El GIDE científico y tecnológico permitiría a un país como México romper la dependencia tecnológica y, en una segunda instancia, romper la dependencia económica y financiera que mantiene con respecto a países altamente desarrollados e industrializados como sus socios en el TLCAN; es decir, los Estados Unidos y el Canadá.
3. CONCLUSIONES
En la medida en que México invierte poco en investigación y desarrollo científico y tecnológico su economía crece poco (durante 19 años de vigencia del TLCAN, es decir, durante 1994-2012, el PIB total de la economía mexicana a precios constantes de 2003 creció apenas a tasa promedio anual del 2.65 por ciento) (Ver Cuadro 2), su PIB per cápita se mantiene casi estancado (según indicadores y estadísticas macroeconómicas divulgadas por el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados, CEFP-CD, durante el periodo 1994-2012 el PIB por habitante a precios de 2003 creció a tasa promedio anual del 1.35 por ciento) (CEFP-CD, 2013: www.cefp.gob.mx/Pub_Macro_Estadisticas.htm) (Ver Cuadro 2) y su balanza comercial es deficitaria ya que se exportan mercancías de poco valor agregado pero en contrapartida se importan del exterior manufacturas del alto valor agregado como las anteriormente mencionadas.
En adición, la política monetaria que implementa el Banco de México, cuyo objetivo único e inamovible es mantener baja y estable la inflación, atrae cantidades importantes de capital especulativo (mejor conocido en términos de la balanza de pagos como Inversión Extranjera de Cartera, IEC) al ubicar la tasa de interés doméstica por encima de la prevaleciente en los mercados de valores de otros países (para muestra un botón: según datos de balanza de pagos del Banco de México, en 2012 la IEC representó el 65 por ciento de los pasivos totales que contrató el país para financiar su déficit en cuenta corriente, y el 35 por ciento restante se repartió entre el endeudamiento (16.6% de los pasivos totales) y la inversión extranjera directa (18.03% de los pasivos totales de la cuenta de capital de la balanza de pagos)).
De esa manera, la política monetaria determina un superávit en cuenta de capital mucho mayor al déficit en cuenta corriente que conduce al conjunto de la balanza de pagos a una situación superavitaria. Lo anterior, en un contexto de tipo de cambio flexible, incide en una apreciación del peso frente al dólar que encarece exportaciones pero abarata importaciones.2
Cuadro 2. Tasas anuales de crecimiento del PIB total y del PIB por habitante a precios de 2003 (1994-2012) (Porcentajes)
Año |
Tasa de crecimiento del PIB total (%) |
Tasa de crecimiento del PIB por habitante (%) |
1994 |
4.8 |
3.2 |
Fuente: elaboración propia con base en CEFP-CD (2013): Indicadores y Estadísticas (Macroeconomía): Principales Indicadores Económicos, 1994-2012, disponibles en www.cefp.gob.mx/Pub_Macro_Estadisticas.htm, consultados el viernes 17 de enero de 2014. 1 Tasa de Crecimiento Promedio Anual.
No debe sorprendernos, en consecuencia, la ausencia de crecimiento económico, los altos niveles de desempleo, el incremento alarmante de la pobreza en todas sus dimensiones y la escalada de violencia y de inseguridad que caracterizan a nuestra economía y a nuestra sociedad. El modelo de economía abierta y Estado mínimo (fundamentos en que descansa la teoría económica neoliberal de Milton Friedman, Arthur Laffer, Robert Lucas y tutti quanti de la misma calaña e ideología), un rotundo fracaso desde su implementación (diciembre de 1982) hasta la fecha.
REFERENCIAS Y FUENTES ESTADÍSTICAS
Ayala, Diego y Guadalupe Cadena (2013/11/26): “El Peso Está Caro”, disponible en http://eleconomista.com.mx/mercados-estadisticas/2013/11/26/peso-caro, consultado el viernes 17 de enero de 2014.
Banco de México: “Estadísticas: Otros Indicadores (Balanza de Pagos)”, disponibles en www.banxico.org.mx/estadisticas/index.html, consultadas el miércoles 4 de diciembre de 2013.
CEFP-CD (2013): “Indicadores y Estadísticas (Macroeconomía): Principales Indicadores Económicos, 1994-2012”, disponibles en www.cefp.gob.mx/Pub_Macro_Estadisticas.htm, consultados el viernes 17 de enero de 2014.
Foro Científico y Tecnológico A. C. (2013): “El Gasto en Investigación y Desarrollo: México en el Mundo”, disponible en www.foroconsultivo.org.mx/documentos/acertadistico/ciencia_tecnologia_innovacion/el_gide_en_mexico.pdf, consultado el 5 de diciembre de 2013.
Gómez Tamez, Alejandro (2013/01/18): “El Gran Peligro para México: El “Super-Peso”, disponible en www.elfinanciero.com.mx/opinion/blogs/alejandro-gomez-tamez/1858-el-gran-peligro-para-mexico-el-super-peso.html, consultado el viernes 17 de enero de 2014.
1 De que el GIDE incide de manera importante en el crecimiento económico, lo reconocen de la siguiente manera Jeffrey Sachs y Felipe Larraín: “¿Qué papel pueden jugar las políticas oficiales en la promoción del crecimiento? Un ritmo más rápido de crecimiento económico requiere alguna combinación de incrementos en el crecimiento del stock de capital, de los insumos laborales o del progreso tecnológico. A nivel microeconómico, los gobiernos pueden adoptar medidas para inducir niveles internos más altos de ahorro e inversión por medio de políticas comerciales liberales, estabilidad en las medidas de política y protección del derecho de propiedad privada. A nivel macroeconómico, los gobiernos pueden utilizar políticas fiscales para estimular el ahorro, la inversión y el gasto en investigación y desarrollo. Los gobiernos también pueden reducir los déficit fiscales para hacer subir la tasa de ahorro nacional” (Cfr. Sachs y Larraín, 1994: 583).
2 Para algunos estimadores de la paridad cambiaria, como Alejandro Gómez Tamez, Director General del Grupo Asesores en Economía y Administración Pública, desde 1997 hasta el 18 de enero de 2013 el peso se había sobrevaluado frente al dólar en un 8.2%. De manera textual sostiene: “Tomando como referencia el año 1997, y analizando los diferenciales de inflación entre México y Estados Unidos desde entonces a la fecha, tenemos que el tipo de cambio de equilibrio debe estar en torno a los $13.70 pesos por dólar, por lo que un dólar en $12.58 pesos implica que el peso está sobrevaluado respecto al dólar en 8.2%” (Cfr. Gómez Tamez, Alejandro, 2013/01/18: www.elfinanciero.com.mx/opinion/blogs/alejandro-gomez-tamez/1858-el-gran-peligro-para-mexico-el-super-peso.html, consultado el viernes 17 de enero de 2014). En nota del 26 de noviembre de 2013, es posible leer en la versión electrónica de El Economista lo siguiente: “Actualmente el peso mexicano se encuentra sobrevaluado en niveles cercano al 8%; en términos prácticos no se ha alejado de su equilibrio, coincidieron en indicar los analistas consultados (…) Mario Correa, Economista en Jefe de Scotiabank, dijo que “estamos viendo un tipo de cambio ligeramente sobrevaluado” (Cfr. Ayala y Cadena, 2013/11/26: http://eleconomista.com.mx/mercados-estadisticas/2013/11/26/peso-caro, consultado el viernes 17 de enero de 2014).