Observatorio de la Economía Latinoamericana

 


Revista académica de economía
con el Número Internacional Normalizado de
Publicaciones Seriadas  ISSN 1696-8352  

Economía de México

 Antropología de la Muerte. La presencia del ausente: Panteones.

Texto: Ma. Elena Abonce y Ricardo Contreras Soto (Antropólogo)
riconsoto@gmail.com
Fotografía: Ma. Concepción Franco Bonilla

Un recorrido silencioso gravita en los pasillos, viaje de emociones entre historias, paisajes, pasajes, sueños, esperanzas y pesadillas.


Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:

Abonce, M.E., Contreras Soto, R. y Franco Bonilla, M.C.: “ Antropología de la Muerte. La presencia del ausente: Panteones." en Observatorio de la Economía Latinoamericana, Nº 87, 2007. Texto completo en http://www.eumed.net/cursecon/ecolat/mx/2007/rcs-muerte.htm



Para ver las imágenes ampliadas, pulse sobre la foto en miniatura.

La ausencia de un ser querido recorre cada célula, provocando un intenso frío comparado con las noches invernales cuando se carece de lo indispensable para resguardarse, el cual se desvanece con el calor que tramiten de los seres que transitan y los objetos existentes en el tiempo del ausente, estos emiten su luz a través de las obscuras tumbas que brota en el llanto desgarrador y silencioso, sentimientos de tristeza y alegría por haber revivido con la energía de sus pensamientos al ser amado.

El necro-espacio es un encuentro con el pasado de muchos tiempos: pasado - remoto, pasado reciente, los objetos y las imágenes del panteón obliga a abrir una reflexión profunda en diversas direcciones, que nos refiere a constantes dicotomías entre la vida y la muerte.

La muerte tiene varias mascaras, varios ropajes, varias personificaciones y varias interpretaciones.

Siempre buscamos alguna revelación que nos permita asumir o evadir la muerte de forma conciente e inconsciente, despertar nuestras fantasías y esperanzas que mitiguen la ausencia.

Que historia hay en el campo santo, que apropiamos, compartimos, vivimos, no son tan ajenas y tienen algo de conocido, de familiar.

Los muertos, nuestros muertos, los que en silencio elaboran nuestras historias, los que hablan como conciencia a nuestros oídos, los que cuidan nuestros actos, los que ordenan nuestros sentidos.

Sin embargo los muertos están en los vivos.

Visita video en http://es.youtube.com/watch?v=VYv6sa_wpZI

 

Panteón de Celaya

Necrópolis es un espacio cultural como sistema de objetos, lleno de símbolos y significados, la distribución de imágenes en esculturas, cuadros, textos, edificios, mausoleos, monumentos, criptas, “condominios”, pilares, estelas, cruces, lápidas, epitafios, ángeles, querubines, herrerías, monumentos, permiten visualizar y ambientar en esta semiósfera compleja, señala la demarcación entre el mundo de los vivos y los muertos, entre el presente y la distancia de la separación de las personas, el recuerdo conmemorable y el testimonio manifiesto en objeto inmemorable.

La identificación del nombre, la fecha, el pensamiento dedicado de las personas queridas, la asignación religiosa, la micro-historia relatada frente a la “historia de vida de la persona”, la concepción de la vida – muerte implícita, la resignación, el evento, el ritual, la procesión que la acompaña, el dolor, la pena, la separación de la cotidianidad, la reflexión que obliga a voltear a cada uno y en cada uno, sobre la fragilidad de la vida, el recuento de las acciones, el inventario de las trayectorias, el sentido de la interrupción, paradójicamente es parte de la vida festiva en la cultura.

Una vuelta en el panteón atenta, puede ser una experiencia estética, ya que nos muestra momentos y eventos en un entramado de historias de afectos y sentimientos y cada signo de su época. Los epitafios rezan así: “Rosa su nombre… en virtud fue rosa…”, “Tierno pimpollo, por la muerte herida fue su existencia al saludar la aurora junto a la Rosa que le dio vida yacen sus restos; más…su alma al señor emporio adora”. En una tumba señala el dolor de la ausencia “Dejaste de ser mi esposa, te quedaste en esta fosa, bajo unas baldosas frías, a donde duermes el sueño eterno y glorioso del olvido más profundo, bendice a tus hijos y esposo que los dejaste sólidos y tristes en este mundo”. En verso maldice de manera encubierta al manifestar un reclamo al divino con una resignación, dice más o menos así: “Dios, tu me lo quitaste, era lo que más quería en el mundo. Espero que después de todo, este mejor contigo”. Un homenaje a la persona resalta “Paz a sus restos… Por la lira y amigo periodista tenaz. En su barca de ensueños surcó sus Tiberiades. Por eso es que su tumba, Parientes y amistades, le dicen al poeta Manuel (Silva Esperanza) descanse en paz”, mientras otra frase nos lleva a la reflexión filosófica teleológica: “Así termina la materia su misión, sin huellas de su paso en la existencia se queda el bien o el mal sin su prisión y perduren según su trascendencia. J. Arellano N.”, el epitafio es una síntesis de la persona, su vida y la muerte “Junto a ti no mido el tiempo, ni se las horas contar, porque de cuentas no sabe quien sabe amar nada más. De humilde cuna suelen ser los hombres nobles y no alcanzarían las flores para cubrir tu sepultura”.

 

La lucha por la memoria

Hay una lucha social por la permanencia en la memoria, principalmente por parte de los ricos, mientras las cruces de palo (más ecológicas) se pierden en el olvido. La perpetuidad es edificada, es un derecho de recursos y posiciones, el mausoleo, la cripta, el pilar, la capilla y otras formas de arquitectura monumental permiten hacer distinguir a las personas y rememorarlas, los industriales, los hacendados, los grandes comerciantes, los banqueros, los extranjeros que dejaron su patria para venir aquí a invertir y hacer riqueza (diferente a los migrantes laborales extranjeros), mientras que los pobres después de tiempo son sustituidos y expulsados por el sepulturero, en muchos de estos lugares.

En esta lucha simbólica por la memoria en Celaya hay una tumba que en la cultura popular reclama su lugar (en resistencia a la estética hegemónica), es un bricolage que alguien elaboró con mucho afecto, mostrado por el conjunto de detalles: ha sido reconstruida con material de tezontle, piedra de río, tiene incrustados platos de porcelana China y Francesa, una cortina de lamina, imágenes religiosas de una ángel, remate frontal de portales y un pequeño retablo en la parte superior que enuncia lo irremediable “Se nos llegó la hora”, vitrinas con otros objetos considerados estéticos en el fondo, los nombres de las personas sepultadas al parecer una de ellas esposa del señor que la hizo (en un homenaje honesto), todo esto como una estrategia de limitados recursos pero buscando el máximo efecto.

Guerras prolongadas

En el panteón de Celaya es interesante, en uno de los pasillos vas viendo cruces e imágenes religiosas cuando de pronto salta a la vista un caballo encima de un pilar, te preguntas por la interrupción de imágenes religiosas, cuando te das cuenta que el caballo en sí mismo ¿Qué representa?, pues de que es de un general, y que supongo estuvo participando en la guerra cristera, la ausencia y desplazamiento de imágenes parecía ser renuencia y la postura iconoclasta religiosa dentro de este evento histórico.

 

A los héroes populares

Había escuchado recientemente de Valentín Mancera que hizo justicia en la región a los hacendados y gachupines que abusaban de los indios y campesinos, encontré un corrido en el ciberespacio con dos versiones y una película que se llama “la feria de las flores”, pensé que era un personaje del mundo mítico, pero mi sorpresa fue mayor cuando descubrí su real tumba que dice así: “Aquí yacen los restos de Valentín Mancera. Benefactor de los pobres” (1840-1882). Héroe prerrevolucionario: “Escucha prenda amada hermosa flor de jazmín, escucha los tristes versos del valiente Valentín, día lunes 13 de marzo que desgracia sucedió se balearon con la escolta y Cipriano Méndez murió, era Cipriano era el segundo de la gente de Mancera, que odiaba a los gachupines en Acámbaro y por fuera. Su madre triste decía: válgame Dios Valentín hasta cuando te reduces, cuando será tu último fin, Valentín le contestó no lloré madre adorada, vale más morir peleando que correrle a la cornada…”. Termina el relato con una traición (como en muchas otras historias: Cristo, Zapata, Atahualpa, etcétera) de su novia la Sanjuana, por 200 pesos vendió a Valentín a catalán de Dionisio quien lo mató el 19 de marzo.

 

La puerta de lo oscuro

Cuenta versiones de esta capilla, una de ellas es que habitaba una tía que era cruel con sus sobrinos y que abusó de su autoridad, que por eso la fueron a encerrar ya muerta con ese cerrojo y candado en forma de diablo, para que no salga. Miedos, suspenso e intriga, nos preguntamos ¿Qué hay después de vida?

En fin la experiencia social ante la muerte es extraña, dejamos su enigma y misterio, para que otros lo resuelvan, lo que puede ser nada.


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