Revista académica de economía
con
el Número Internacional Normalizado de
Publicaciones Seriadas ISSN
1696-8352
Miguel de
Arriba Escolá
miguel_de_arriba@yahoo.es
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Arriba Escolá, Miguel de (2005) "TLC, ¿quién gana?" en Observatorio de la Economía Latinoamericana, número 40. Texto completo en www.eumed.net/cursecon/ecolat/la/
La aprobación del TLC avanza en los diferentes Parlamentos Centroamericanos de
forma imparable a pesar de la oposición de amplios sectores de la sociedad.
Antes de continuar, quiero dejar muy clara la idea básica que subyace en el
sistema económico en el que nos desenvolvemos, el capitalismo, y que aunque
opino es evidente, siempre tengo que repetirla, como punto de partida, pues
pareciera que no lo es tanto para mucha gente.
El sistema capitalista está basado en el consumo; el consumo es el corazón, el
motor que lo mueve.
Si no hay consumo, no hay producción y si no hay producción deviene el caos....
desabastecimiento, falta de trabajo, etc.
Es precisamente esa idea básica la que impulsa desde la perspectiva económica la
creación de Tratados de Libre Comercio, amén de otras consideraciones que
escapan al terreno meramente económico para adentrarse en el político.
En el caso del TLC que los EEUU han firmado con varios países y en concreto el
último rubricado con Centroamérica, las razones económicas del coloso
norteamericano son claras.
La capacidad de producción de sus empresas es imponente y deben buscar de forma
urgente donde colocar sus excedentes so pena de producirse una grave
ralentización de su economía, que por otra parte se encuentra seriamente
amenazada por su monstruoso déficit, tanto comercial como presupuestario debido
principalmente a la competencia de la emergente China en el primer caso, como al
despilfarro de la guerra en Irak en el segundo.
América Latina siempre ha sido considerada el "patio trasero" por los EEUU así
que no es extraño el lanzamiento del ALCA y ante las resistencias suscitadas por
el mismo poner en práctica la contrastada estrategia del "divide y vencerás" por
medio de los TLC selectivos. AL final, la suma de esos TLC será igual al ALCA.
Citaré el siguiente párrafo de James Petras ... "De 1990 a 2002, la “era dorada
del neoliberalismo”, los bancos estadounidenses y las empresas multinacionales
remitieron desde América Latina un billón de dólares en ganancias, pagos de
intereses y derechos de autor. Además, cerca de 900 mil millones de dólares en
“dinero sucio” –o fondos ilegalmente obtenidos– fueron enviados por la élite
latinoamericana al extranjero, a través de bancos estadounidenses y europeos. En
el mismo periodo, los bancos estadounidenses y europeos compraron más de 4 mil
lucrativos y antes estatales bancos y compañías de telecomunicaciones, de
transportación, petroleras y mineras, minoristas y otras en América Latina, pero
principalmente en Argentina, México y Brasil. Los superávits comerciales
estadounidenses con América Latina cubrieron más del 25% de su déficit con Asia
o más del 50% con Europa. Las tasas de ganancia e interés de empresas
multinacionales y bancos estadounidenses en América Latina fueron dos o tres
veces superiores a las tasas de ganancia dentro de Estados Unidos. Las empresas
estadounidenses que se posicionaron en América Latina pudieron reducir sus
costos laborales en de 70 a 80%; las acciones estadounidenses en los mercados
latinoamericanos de minoristas, colocadas a través de subsidiarias bancarias y
locales, se incrementaron geométricamente, especialmente en el ramo de la comida
rápida, los centros comerciales y los bienes raíces. En otras palabras, las
políticas de “libre mercado” generaron resultados diametralmente opuestos: para
las multinacionales estadounidenses, significaron las más altas ganancias y la
mayor presencia en América Latina en los siglos XX y XXI; y para América Latina,
el peor desempeño del crecimiento en el mismo periodo –especialmente en
Argentina, Brasil y México–. La pobreza y el estancamiento de América Latina es
un producto de la concentración y la centralización de la riqueza y expansión de
Estados Unidos.
Creo que no hay que ser economista para entender a cabalidad el párrafo anterior
y darse cuenta de que esa es la realidad que vivimos actualmente y que puede
verse si se tienen dos ojos en la cara. En estas líneas están las claves últimas
que explican el porqué de los TLC que impulsan los EEUU y en cierta forma no se
puede criticarlos ya que lo que hacen es defender sus intereses .
Pero los TLC, no sólo interesan al gigante norteamericano; también interesan a
las élites económicas, y al mismo tiempo políticas, que sumergidas en la
corrupción más absoluta mangonean a su antojo los destinos inciertos de los
países latinoamericanos mientras una ciudadanía mayoritariamente inculta asiste
impertérrita a su propia destrucción.
Esas élites a las que no les importan las condiciones de vida de sus
conciudadanos, sino las condiciones en las que se encuentran sus cuentas
corrientes.
Aquí, y para aviso de navegantes por aquello de las descalificaciones fáciles,
he de decir que no creo que todos los millonarios sean nocivos pues los hay
conscientes de sus responsabilidades y que su fortuna la han hecho en varias
generaciones; me refiero a esos depredadores de sus semejantes para los que el
fin justifica los medios y que son fácilmente reconocibles porque sus fortunas
las han hecho en menos de una generación en base a la corrupción, el
contrabando, el narcotráfico y otras "lindezas" semejantes. De esos están llenos
los países latinoamericanos y son completamente conocidos por sus ciudadanos.
Esos son los dueños de los 900 mil millones de dólares en “dinero sucio” –o
fondos ilegalmente obtenidos– que cita Petras.
Opino que el TLC no va a reportar beneficios a Centroamérica como no los reportó
a Méjico, se mire como se mire.
Este tratado ha sido negociado desde la perspectiva de los maquiladores por
parte de Centroamérica y va a suponer "sangre, sudor y lágrimas" para extensas
capas sociales de esos países.
Por parte de los ¿negociadores? centroamericanos se pinta un escenario
maravilloso; se argumenta entre otras cosas:
Los más beneficiados, sin duda, serán los consumidores con las múltiples
opciones de compra. Sin embargo, la pregunta clave es ¿qué consumidores?, porque
la mayoría de los centroamericanos abrumados por la pobreza que los abate no
están para muchas florituras en ese aspecto y creo que ahí se engañan las
empresas estadounidenses. Por otra parte, ¿hasta dónde aguantará el déficit
comercial de esos países para adquirir bienes en el exterior?.
Las maquilas vendrán en tropel y se generarán grandes cantidades de puestos de
trabajo. Otra mentira que caerá por su propio peso, al igual que ha pasado en
Méjico en donde la inversión maquiladora ha caído y eso a pesar de su flamante
TLC y su contigüidad fronteriza con el coloso económico. El Presidente de
Honduras, Ricardo Maduro, vaticina una cifra exacta de 40.000 nuevos empleos
cual si tuviera una bola de cristal que más parece una actitud demagógica, al
igual que la mantenida por sus colegas del área, para defender intereses
espúreos que no son los de la mayoría de sus ciudadanos.
Se podrá conseguir capital barato para inversiones. En la región han entrado por
años fondos blandos... que nunca han beneficiado a los que constituyen la mayor
parte del tejido empresarial: las pequeñas y las medianas empresas. Siempre han
beneficiado a los mismos... a las élites a las que me refería anteriormente.
¿Por qué hay que pensar en que las cosas van a cambiar cuando esas élites se han
preparado el terreno para su propio beneficio?.
Hay cláusulas de salvaguardia por hasta 15 años para prepararse. Cada vez que se
ha pretendido hacer un mínimo atisbo de libre comercio en el area
centroamericana se ha esgrimido esto mismo por parte de las empresas, ha pasado
el tiempo... y ¡nunca han estado listas!.
En la mayoría de los países, el tratado supondrá, volvemos a Petras, mano de
obra barata para rebajar los costos de las multinacionales. Mano de obra barata
por los infames salarios que se pagan y por las infames condiciones laborales
que priman en los países centroamericanos.
El Ministro de Agricultura y Ganadería de Honduras, podía haber sido cualquier
otro de Centroamérica, se ofrecía recientemente a inversores de mi país, España,
como puente de inversiones de cara a la inminente entrada en vigor del TLC con
los EEUU y refiriéndose a su rubro, la agricultura, mencionaba que: " ...con el
TLC los productos agrícolas nacionales estarán a sólo dos días del mercado
estadounidense, convirtiendo a Honduras en una importante plataforma logística
para las empresas que quieran invertir en el país. Asimismo, ambos funcionarios
intercambiaron impresiones acerca del ambiente de inversión que existe en el
país, en donde el 52 por ciento de la población activa se dedica a la
agricultura, lo que representa el 26 por ciento del Producto Interno Bruto
(PIB). ".
Es claro que mis compatriotas, en su mayoría, desconocen las cifras de Honduras
y por ello no saben que muchos "agricultores" se han convertido en trabajadores
de la maquila y que los que quedan en el campo son altamente improductivos; lo
que implica entre otras cosas que no haya seguridad alimentaria para la
población; ¿cómo es que se van a poner a competir con la agricultura de los
USA?. El que la agricultura represente el 26% del PIB nos da una, que no la
única, de las explicaciones de la pobreza que aqueja a dicho país y a sus
hermanos centroamericanos.
En fin, dicen que el mejor juez es el tiempo, pues indefectiblemente es el que
da o quita la razón.
¿A quién se la dará en este TLC?... Mucho me temo que no a los latinoamericanos
en general y a los centroamericanos en particular.