Revista académica de economía
con
el Número Internacional Normalizado de
Publicaciones Seriadas ISSN
1696-8352
Jesús Nicanor Molina Molina
jesusnicanormolina@hotmail.com
Corporación Universitaria de la Costa en
Barranquilla, Colombia
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Molina Molina, J.N. (2005) "¿Por qué América Latina no ha logrado la integración económica que apoye un desarrollo sostenido a semejanza de la Unión Europea?" en Observatorio de la Economía Latinoamericana, número 53. Texto completo en www.eumed.net/cursecon/ecolat/la/
Palabras Clave:
CAN, ALCA, ALBA, MERCOSUR, CARICOM, G3, Unión Europea, Latinoamérica, Hugo
Chávez, Daniel Ortega, Venezuela, Brasil, Colombia, Ecuador, Bolivia, Nicaragua,
Estados Unidos.
La respuesta es mucho más compleja de lo que se cree pero existen algunas ideas
al respecto y con este artículo lo que se pretende es dar luces sobre la
problemática actual que aqueja a los países latinoamericanos, complicada aún más
por la polarización entre los seguidores del ALCA y del ALBA.
1. Los países latinoamericanos decidieron integrase, con base en la ALADI, por
grupos separados surgiendo así el Pacto Andino y el MERCOSUR, además de otros
subgrupos tales como el G3, CARICOM y otros tratados bilaterales que conforman
el llamado “plato de espaguetis” con distintas regulaciones, tiempos de
desgravaciones y un sinnúmero de intrincados procedimientos que afectan
principalmente a los comerciantes, en contravía de lo que pasó en la Comunidad
Económica Europea CEE en sus inicios, en que progresivamente se iban sumando
países a la integración iniciada por Alemania, Francia y Gran Bretaña. Los
países suramericanos decidieron congregarse en 2 grandes grupos: el Pacto
Andino, hoy llamada Comunidad Andina de Naciones, CAN y el Mercado Común del
Sur, MERCOSUR, pero se han quedado atascados en el paso siguiente, la
integración total de las diez naciones, por motivos políticos y económicos.
2. A mitad de camino, la integración entre el MERCOSUR y la CAN se encuentra
estancada no tanto por problemas económicos, sino por la agitación política
surgida en la mayoría de los países dando virajes a la izquierda y con Chávez,
apoyado por Castro, inyectándole “combustible” al fuego. Los petrodólares que
entran a chorros, como los galones del oro negro que salen, han convertido al
Coronel en un rey Midas, con la única diferencia que convierte todo lo que toca
en revolución y, en poco tiempo, en pobreza. Ahora quiere extender su revolución
al resto de América Latina y el Caribe, para lo cual ya dispuso de Telesur y por
otra parte de PetroSur y Petrocaribe y otros tantos acuerdos que buscan regalar
el petróleo a cambio de baratijas, como dijo un amigo veneco. Chávez realmente
no está interesado en el desarrollo de la región, sólo busca generar conflicto,
estancamiento y pobreza, para poder finalmente exportar sus “ideales
bolivarianos” a países como Bolivia, Paraguay, Ecuador, Perú y Nicaragua. Ya
muchos expertos pronostican las victorias de Ortega en Nicaragua y Morales en
Bolivia, amigos non sanctus del libre comercio y antiimperialistas de tiempo
completo, lo que podría afectar aún más el proceso de liberalización de la
economía.
3. La falta de un compromiso serio para cumplir metas económicas y pactos
comerciales semejantes a la antigua CEE. No existe un norte claro para los
países latinos infectados, muchos, de un caudillismo obtuso que ve en el libre
comercio, en la integración y en el mal vapuleado neoliberalismo la perdición
para la clase obrera ignorando por completo la experiencia Europea. Los
presidentes de turno acomodan a su antojo los acuerdos y violan flagrantemente
normas pactadas, ejemplos claros los de Venezuela y Ecuador, que en los últimos
años han cerrado las fronteras, prohibido importaciones colombianas y, haciendo
caso omiso al Tribunal Andino, no han levantado totalmente la restricción de
visas para el ingreso a esos países de nacionales colombianos. Es hora de buscar
consenso en las metas macroeconómicas, comprometiéndose a cumplirlas sin afectar
los intereses de las naciones vecinas.
4. La guerra ideológica entre el norte y el sur, que ha hecho surgir el ALBA
como contraposición al ALCA y deja las conversaciones adelantadas por las
naciones del hemisferio en un limbo comercial y económico. Castro, al sentirse
aislado por los Estados Unidos en los acuerdos, encontró en Venezuela y su
riqueza petrolera la mejor arma para hacerle finalmente contrapeso, desde la
caída de la Unión Soviética, a la primera potencia donde más es vulnerable, en
su propio patio. Pero Estados Unidos sabe jugar el juego de Chávez y compañía y
ha encontrado en México, Colombia y Chile sus principales aliados para,
indirectamente, poder agrupar las naciones en torno al ALCA, como se vio en la
IV Cumbre de las Américas en Mar de Plata, donde Chávez y su ALBA quedaron con
los crespos hechos. El altercado llegó a tal punto que incluso se retiraron los
embajadores de México y Venezuela por el tono subido del Coronel para con Fox.
Lo que realmente está en disputa es un liderazgo histórico que ha detentado
México en Centroamérica y el Caribe y que Chávez, a través de los acuerdos
petroleros ha querido arrebatarle. Con Brasil fuera de circulación, por un lado
los escándalos políticos mantienen ocupado a Lula Da Silva, y por otro con el
coloso del sur incluido en los llamados BIRC´s (Brasil, India, Rusia y China),
las futuras potencias del mundo, el país más grande de Suramérica no parece
estar interesado en adentrarse en un MERCOSUR que parece estar sepultado y menos
en disputas acerca de modelos de desarrollo.
5. Finalmente y no por ello menos importante, los desequilibrios económicos en
el hemisferio y la falta de clara voluntad por parte de los países
desarrollados, Estados Unidos y Canadá, de renunciar a los subsidios agrícolas
que tanto daño le han hecho a los productores tercermundistas y la falta de
apoyo económico directo para inversiones en infraestructura, educación y
tecnología que llevó a países como España de ser un país de emigrantes a uno de
inmigrantes logrando ubicarse entre las naciones del primer mundo en poco
tiempo, gracias al apoyo de Alemania, Francia, Gran Bretaña, Italia y los demás
países desarrollados de la UE. Estados Unidos, desafortunadamente, no quiere ver
hacia el otro lado del Atlántico y seguir el ejemplo de su futura competencia
económica. Una potencia que ya congrega a 25 naciones y que en el futuro se
prevé ampliar incluso hasta 30, con iguales oportunidades de desarrollo para los
nuevos miembros, los más necesitados, que retornen, en el mediano plazo, una
estabilidad económica tal que la inmigración indeseada entre sus fronteras
terrestres sea sólo un recuerdo. Se llegará incluso a niveles máximos de
tolerancia cuando hagan parte de la UE algunos países con mayorías Musulmanas
como Turquía, siendo un claro ejemplo para el resto del mundo y en especial para
el Medio Oriente, donde tanta falta hace.