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MERCADOS FINANCIEROS: FUTUROS Y OPCIONES
Un curso del profesor
Dr. D. Roberto Gómez López
Swaps de Tipos de Interés (IRS)
Esta lección trata sobre las aplicaciones
de los Swaps de Tipos de Interés (IRS). Se analizan las características de estos
instrumentos y sus principales aplicaciones.
Cuatro son los objetivos de la lección:
• Analizar las diversas técnicas existentes para gestionar los riesgos
financieros en las empresas, así como definir y clasificar los instrumentos
financieros
• Definir y clasificar las operaciones swaps u operaciones de permuta
financiera.
• Analizar las diversas aplicaciones de estos instrumentos en la gestión de los
tipos de interés.
• Estudiar la negociación, ventajas e inconvenientes de estos instrumentos.
Introducción
Las operaciones de permuta financiera o swaps se han convertido, sin duda
alguna, en el instrumento financiero derivado de mayor crecimiento de los
últimos quince años, tanto a nivel mundial como de España
Los swaps son contratos en los que dos agentes económicos acuerdan intercambiar
flujos monetarios, expresados en una o varias divisas, calculados sobre
diferentes tipos o índices de referencia que pueden ser fijos o variables,
durante un cierto período de tiempo.
La aplicación fundamental de este instrumento financiero, y que ha producido su
espectacular crecimiento, son la gestión de los riesgos financieros, la
reducción de los costes de financiación, el arbitraje entre mercados o la
creación de instrumentos financieros sintéticos.
En España todavía existe un gran desconocimiento por parte de la mayoría de los
potenciales usuarios de este instrumento financiero.
1.- INTRODUCCIÓN A LA GESTIÓN DE RIESGOS Y A LOS MERCADOS DERIVADOS
El auge de los mercados derivados en los últimos años ha sido espectacular,
provocado básicamente por su utilización como para la cobertura de riesgos. En
este epígrafe, de carácter introductorio, analizaremos como se pueden gestionar
los riesgos financieros dentro de las empresas así como las características y
clasificación de los mercados derivados, entre los que se incluyen los swaps u
operaciones de permuta financiera.
1.1. La gestión de riesgos financieros en la empresa.
El marco de riesgo en el que operan las empresas ha cambiado profundamente en la
última década, planteando nuevos retos al directivo financiero. Durante estos
últimos años, hemos visto como se han abandonado las políticas proteccionistas
en materia de fijación de precios de bienes y servicios, tipos de interés o de
cambio; se han flexibilizado las restricciones al comercio y se ha globalizado
la economía, los avances conseguidos en las tecnologías informáticas y de
telecomunicaciones, permiten la difusión de la información en tiempo real y el
diseño y utilización de instrumentos financieros de creciente complejidad.
No cabe ninguna duda de que esta nueva situación afecta de forma sustancial a la
actividad empresarial, influyendo de un modo u otro sobre sus resultados
futuros. Muchos de estos riesgos son inherentes al desarrollo de su propia
actividad productiva y son los denominados riesgos de negocio, económicos o
empresariales, ligados a la fabricación y comercialización de los productos y
servicios de la compañía. El inversor estará dispuesto a asumir dicho riesgo
cuándo la rentabilidad esperada sea suficiente para compensarlo, pudiendo ser
gestionado eficazmente mediante herramientas tradicionales, tales como la
diversificación.
Aparte de estos riesgos, de negocio, las empresas se encuentran sometidas a
otros de origen financiero, que cada vez ejercen una mayor influencia sobre las
mismas. Dentro de estos, destaca el denominado riesgo de mercado, consistente en
la posibilidad de que una empresa sufra pérdidas en un determinado período
debido a movimientos inesperados y adversos en los tipos de interés, de cambio,
precios bursátiles y de las materias primas o commodities. El efecto de los
riesgos de mercado sobre las empresas ha ido aumentado a la vez que el entorno
financiero mundial se hacía más incierto. No obstante, no ha sido hasta hace
poco tiempo cuando los directivos han empezado a plantearse la gestión de estos
riesgos, con el objeto de limitar las pérdidas potenciales y estabilizar los
flujos empresariales.
Ante estas situaciones, que pueden afectar de forma considerable a los
beneficios de las empresas, éstas se plantean su gestión con el objeto de
mitigar o atenuar la probabilidad de sufrir pérdidas. Las primeras técnicas que
empezaron a utilizarse estaban basadas en mecanismos de balance o en actuaciones
que afectaban a las prácticas de explotación. En este sentido, las empresas
controlaban sus riesgos de tipos de interés alineando los activos y pasivos de
vencimiento similar. Del mismo modo, las compañías exportadoras que no querían
verse influenciadas por el riesgo de tipo de cambio construían fábricas en sus
mercados estratégicos; y aquellas sometidas en mayor medida al riesgo de precios
de mercancías lo trataban de evitar mediante la acumulación de existencias
excedentarias. No obstante, estas técnicas tradicionales plantean diversas
dificultades. Por ejemplo, el mantenimiento de existencias excedentarias de
materias primas, como protección frente a incrementos futuros de precios, puede
afectar a la calidad y cantidad de la producción. Además, la empresa se arriesga
a sufrir pérdidas si caen los precios de sus existencias. También resultan en
determinadas ocasiones costosas y no siempre posibilitan la gestión de un
determinado riesgo.
Para solventar las ineficiencias de los métodos tradicionales, se han ido
desarrollando desde los años setenta nuevas técnicas de gestión de riesgos, que
han traído como consecuencia la aparición de los instrumentos financieros
derivados. Correctamente utilizados, permiten transferir los riesgos a los que
se encuentran sometidos los agentes sin crear riesgos adicionales, permitiendo
anticiparse a las consecuencias favorables o desfavorables de dichos cambios.
Este hecho permite limitar las pérdidas potenciales y estabilizar los flujos de
caja, aportando, además, flexibilidad, rapidez, precisión y bajos costes de
transacción. Pese a que los derivados se utilizan desde hace tiempo, sólo
últimamente han pasado a ser considerados por los directivos de las empresas
como una estrategia viable en la gestión activa de los riesgos financieros,
acentuados por la actual volatilidad de los precios y activos financieros.
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1.2. Definición y clasificación de instrumentos derivados.
Los instrumentos financieros derivados se denominan así porque su precio deriva
del valor de otro activo (bonos, divisas, materias primas, etc.) al que se
denomina subyacente. Están basados en activos clásicos o convencionales, pero
con algunas modificaciones en su operativa.
Por ejemplo, en las operaciones al contado o “spot” el intercambio del activo, a
cambio del precio pactado, tiene lugar en el mismo momento en el que se
formaliza el contrato. En las operaciones a plazo, pioneras dentro de las
operaciones derivadas, la ejecución del contrato no se realiza en el momento de
la formalización del mismo, sino en un momento posterior o fecha de vencimiento.
En la fecha actual o de formalización las partes contratantes acuerdan todos los
términos del contrato, incluido el precio a plazo o precio forward de la
operación. Así los tipos a plazo o “forward rates” será el precio que el mercado
establece para un instrumento financiero que se negocia hoy pero cuya
transacción se realizará en una fecha posterior. Estas operaciones se pueden
realizar en mercados organizados, originando lo futuros financieros o bien en
mercados no organizados u OTC, como las operaciones FRAs.
En otro caso, si lo que se considera es la posibilidad o no de la entrega del
activo contratado, a elección de una de las partes contratantes, se originan las
opciones. Otra ventaja de las operaciones derivadas, a diferencia de los activos
financieros clásicos, es la no necesariedad de que se produzca el flujo
monetario por el montante total de la operación, por lo que permiten la
cobertura de riesgos sin que exista la posibilidad de la perdida de la totalidad
de principal en el caso de impago.
Dentro de los mercados derivados, es posible distinguir entre instrumentos
derivados que se negocian en mercados oficiales organizados, donde se dan una
serie de características tales como la tipificación o normalización de los
contratos, el aseguramiento de las liquidaciones mediante la cámara de
compensación, la transparencia de las cotizaciones, el régimen de garantías, la
liquidación gradual y final de las diferencias, etc.; y otros que incumplen esas
características, y que se negocian en mercados no organizados u OTC (Over The
Counter), donde las dos partes contratantes fijan en cada caso los términos
contractuales de las operaciones convenidas entre ellos.
A su vez dentro de los mercados derivados no organizados u OTC se negocian las
operaciones a plazo, las operaciones de permuta financiera o swaps y las
opciones OTC, entre las que también se incluyen los caps, floor, collar y
swaptions, mientras que en los mercados derivados organizados se negocian
básicamente los futuros y las opciones. A parte de estos productos, denominados
plain vanilla o genéricos, también existen otros derivados que incluyen
características adicionales y que normalmente se forman mediante la combinación
de varios derivados genéricos.
La principal aplicación de todos estos instrumentos es la cobertura de los
riesgos financieros y de mercado, a los que se encuentran sometidos los agentes
económicos, principalmente el originado por los cambios en los tipos de interés,
de cambio, precio de las materias primas y bursátiles. Por ejemplo, para el caso
de los contratos swaps, al igual que para la mayoría de instrumentos OTC, nos
podemos encontrar contratos swaps de divisas, de tipos de interés, de valores
bursátiles, o de commodities. En este primer trabajo nos centraremos en la
utilización de las operaciones de permuta financiera para la gestión del tipo de
interés, mas conocidos como swaps de tipos de interés o IRS (interest rate swaps),dejando
para lecciones posteriores el resto de derivados OTC.
2.- DEFINICIÓN Y CLASIFICACIÓN DE LOS SWAPS DE TIPOS DE INTERÉS (IRS)
Las operaciones de permuta financiera o swaps son contratos en los que dos
agentes económicos acuerdan intercambiar flujos monetarios, expresados en una o
varias divisas, calculados sobre diferentes tipos o índices de referencia que
pueden ser fijos o variables, durante un cierto período de tiempo.
Dentro de estas estructuras podemos distinguir entre swaps de tipos de interés,
de divisas, de commodities o materias primas y de acciones. No obstante, dado
que las más utilizados son los de tipos de interés, en este trabajo sólo nos
centraremos en analizar las características y aplicaciones de estos últimos.
Un swap de tipos de interés, o swap de intereses, es un contrato en el que dos
partes acuerdan, durante un período de tiempo establecido, un intercambio mutuo
de pagos periódicos de intereses nominados en la misma moneda y calculados sobre
un mismo principal pero con tipos de referencia distintos. En el caso más
habitual una de las partes paga los intereses a tipo variable en función del
EURIBOR o LIBOR, mientras que la otra lo hace a un tipo fijo o bien variable,
pero referenciado, en este supuesto, a otra base distinta.
Como ejemplo, consideremos un swap realizado entre una empresa A, que ha emitido
deuda a tipo fijo (v.g, 6 %) pagadera anualmente y vencimiento a tres años, pero
que desea endeudarse a tipo variable, y otra empresa B, que la ha emitido a tipo
variable (v.g, EURIBOR a 1 año + 0,5%), pero que desea pagar intereses a tipo
fijo, ambas por un principal de 1 millón de Euros. Mediante el swap, la empresa
A le abonará semestralmente a B los intereses de su deuda a cambio de recibir de
B los intereses a tipo fijo, para hacer frente a su emisión. El resultado neto
será que A queda endeudada a tipo variable y B a tipo fijo, como ambas deseaban.
El esquema básico queda representado en la figura 1 donde los flujos a tipo fijo
han sido representados gráficamente por una línea recta mientras que se ha
utilizado una línea ondulada para los flujos a tipo variable.
En las operaciones básicas o “plain vanilla” el tipo variable cotiza sin margen,
por lo que éste puede ser compensado con los flujos a tipo fijo, de forma que en
el swap del ejemplo anterior se pagaría un tipo fijo del 6% a cambio de recibir
el EURIBOR. En estas operaciones la obligación de pago afecta exclusivamente a
intercambio de intereses. El principal, si bien nos sirve para evaluar el tamaño
del swap, no se intercambia, sirviendo únicamente para calcular los intereses a
pagar. Por esta razón estas operaciones no tienen impacto en los balances
contables de las compañías partícipes (sólo influyen en la cuenta de pérdidas y
ganancias), por lo que son clasificados como instrumentos fuera de balance. Los
pagos que ambas partes deben intercambiar periódicamente se suelen compensar,
realizando sólo un pago por la diferencia. Esta compensación es conocida como "netting"
y vendrá dado por:
En el cuadro 1 se han representado los flujos que se producirían por la
operación del ejemplo anterior, para un principal nocional de 1 millón de Euros
y para un tipo fijo del 6%, en el supuesto de que la evolución el EURIBOR anual
durante los próximos tres años fuese la reflejada en dicho cuadro. En este caso
el beneficiado por el swap ha sido el pagador a tipo fijo ya que los tipos han
subido más de lo que esperaba el pagador a tipo variable.
Respecto al valor del swap en un momento determinado, vendrá dado por la
diferencia neta y actualizada entre los dos flujos de pagos intercambiados
durante el período contractual, en función de la curva cupón cero vigente en
dicho momento. Dado que los flujos a tipo variable no se conocen de antemano, se
estiman previamente a partir de los tipos “forward” implícitos en la curva cupón
cero. En el momento de la emisión el valor de la operación debe ser cero, al
objeto de que ninguna parte se sienta perjudicada. Una vez realizado, al cambiar
los tipos de interés, cambiará el valor de la operación a favor de alguna de las
partes.
Existen dos modalidades básicas o genéricas de swaps de tipos de interés, los
llamados:
- Swaps fijo contra variable o "coupon swap", como sería el del ejemplo
anterior, en el que se intercambia un flujo a tipo fijo a cambio de otro a tipo
variable.
- Swaps variable contra variable o "basis swaps", en el que se intercambian dos
flujos de intereses calculados a tipo variable, como pudiera ser el EURIBOR 3
meses contra el EURIBOR 6 meses, EURIBOR 3 meses contra el LIBOR a 3 meses, etc.
Las modalidades no básicas se originan a partir de variaciones sobre las
características de los swaps genéricos, entre los que cabe destacar los swaps
con principal no constante, los swaps con comienzo diferido, swap con un tipo
fijo que varía a lo largo de la operación, etc.
Las principales aplicaciones de estos instrumentos, al igual que cualquier otra
operación derivada son la cobertura de riesgos, la especulación o el arbitraje
3.- COBERTURA DE RIESGOS CON SWAPS DE TIPOS DE INTERÉS
La cobertura de riesgos consiste en tomar una posición de riesgo para compensar
otra de igual cuantía, pero opuesta. Ya que el swap crea una exposición al
riesgo de interés, también se puede usar para cubrir exposiciones producidas por
otros instrumentos financieros. No hay que olvidar que la filosofía de la
cobertura consiste en mantener posiciones opuestas de forma que las posibles
pérdidas en una de ellas se compensen con las ganancias en la otra.
Consideremos el ejemplo de una entidad financiera que ha concedido un préstamo,
por el que recibe intereses a tipo fijo, a partir del dinero obtenido a tipo
variable en el mercado interbancario. La entidad estará expuesta al riesgo de
que los tipos de interés suban, lo que incrementará el coste de su deuda, sin
poder compensarla con los intereses fijos que recibe por el préstamo concedido.
En este apartado analizaremos la cobertura realizada mediante swaps de cupón (swap
fijo contra variable) y de bases (swap variable contra variable), aplicable a
casos como el citado.
3.1. Cobertura con swap de cupón o swap fijo contra variable
En el ejemplo anterior el banco, para cubrirse, puede realizar un swap de cupón
tomando un riesgo igual pero opuesto. El banco pagará por el swap intereses a
tipo fijo y los recibirá a tipo variable, que utilizará para hacer frente a los
intereses del depósito a tipo variable del mercado interbancario. Los intereses
que paga a tipo fijo procederán del préstamo que ha concedido. Es decir, tanto
los pagos como los cobros que realiza la entidad quedan compensados entre ellos,
al igual que cualquier riesgo que ocurra, y además en este ejemplo obtendría un
beneficio del 1%.
Dicha cobertura es típica de las
sociedades inmobiliarias e hipotecarias que desean convertir la hipotecas que
han concedido a tipo fijo en activos a tipo variable, con el objeto de
asimilarlos a los pasivos, asumidos a tipo variable, de donde obtienen sus
recursos, evitando de esta forma el riesgo por la subida de tipos.
Tal estructura se utilizaría en el caso contrario, si por ejemplo, el banco
anterior hubiese emitido bonos a tipo fijo que posteriormente invirtió en FRN´s.
La entidad realizará un swap por el que pague intereses a tipo variable si lo
que desea es cubrirse ante bajadas futuras en los tipos. Dicho tipo de cobertura
es la que también realizan las sociedades inmobiliarias que han concedido
hipotecas a tipo variable a partir de emisiones de bonos u otros activos a tipo
fijo. Asimismo se emplea esta técnica para ofrecer un tipo fijo a ahorradores
que han suscrito activos hipotecarios a tipo variable.
3.2. Cobertura con un swap de bases o swap variable contra variable.
Este tipo de swap se usa para la cobertura de diferencias entre distintos
índices de tipos de interés, como puede ser entre el EURIBOR a 3 y a 6 meses, o
entre uno de éstos y el preferencial, etc. Tales desajustes también se producen
frecuentemente entre swaps de cupón y de bases por lo que también se pueden usar
para eliminar dichos riesgos residuales.
Tomemos, como ejemplo, a un banco que realiza dos swaps de cupón opuestos con
dos de sus clientes. El tipo fijo para ambos swaps es el mismo, concretamente la
tasa para un vencimiento a cuatro años. Sin embargo, el tipo variable en uno
está referenciado al EURIBOR a 3 meses, mientras en el otro lo está al EURIBOR a
6 meses. El banco, por lo tanto, asume un riesgo de base entre el interés a tres
meses que recibe por un swap y el que paga a seis meses. El banco puede cubrirse
de este riesgo mediante un swap de bases, entre los dos índices anteriores, de
forma que compense los pagos e ingresos a que se verá sometido, eliminando la
posición de riesgo asumida originalmente. Este tipo de operaciones la realizan
los bancos que poseen una cartera de swaps de forma que eliminan riesgos,
obteniendo como beneficio únicamente las comisiones cobradas a las partes con
las que efectúa los swaps.
4.- ESPECULAR O ASUMIR POSICIONES DE RIESGO
Dado que cualquier swap nos expone a un riesgo por las posibles variaciones en
los tipos de interés, también puede ser utilizado para tomar posiciones de
riesgo basadas en nuestras suposiciones sobre la evolución futura de dichos
tipos. No hay que olvidar que, en este caso, se pueden producir pérdidas si no
se cumplen nuestras expectativas ya que no existe otra posición con la que
compensarlas, como ocurría en el caso de la cobertura. La posiciones de riesgo
pueden asumirse de forma independiente o bien junto a otros activos derivados.
4.1. Utilización de swaps para tomar posiciones de riesgo independientes
En este supuesto se toman posiciones de riesgo independientes de cualquier otra
posición en otros instrumentos. Consiste simplemente en la realización, de forma
independiente, de alguna de las estructuras vistas en los apartados anteriores,
en función de nuestras expectativas futuras:
- Si creemos que los tipos de interés van a bajar, podríamos realizar un swap de
cupón, mediante el que recibamos el tipo fijo, a cambio de pagar el tipo
variable, obteniendo un beneficio en el caso de que se cumplan nuestras
expectativas.
- Si creemos que los tipos de interés van a subir, podríamos realizar un swap de
cupón, por el cual paguemos el tipo fijo, a cambio de recibir el tipo variable,
obteniendo un beneficio si se cumplen nuestras expectativas.
- Si creemos que los dos índices de referencia van a evolucionar de diferente
manera, realizaremos un swap de bases que se beneficie de dicha variación.
4.2. Utilización de swaps para gestionar el riesgo junto a otros instrumentos
En este caso se puede usar el swap bien para gestionar el riesgo junto a un
instrumento individual bien para gestionarlo junto a un conjunto de instrumentos
( de activo y de pasivo).
A - Gestionar el riesgo junto a un instrumento individual.
Si se usa la permuta financiera junto a un instrumento individual, lo que se
pretende es cambiar el riesgo asociado a tal activo, tomando una posición
opuesta a la que actualmente existe. Como principales aplicaciones de esta
técnica podemos destacar:
* Cambio de un endeudamiento de tipo fijo a variable: Esta estrategia se llevará
a cabo cuando existan expectativas bajistas, por lo que estamos especulando
sobre la evolución de los tipos. Por ejemplo, si una compañía ha emitido bonos a
tipo fijo estará sometida a un riesgo por la bajada de tipos, ya que seguirá
pagando el interés acordado inicialmente superior al vigente en un posible
futuro. Si la compañía, una vez realizada la emisión, prevé una bajada de tipos
de la que desea beneficiarse, podría cambiar sus obligaciones de pago a tipo
fijo por otras a tipo variable. Para ello podría realizar bien una nueva emisión
de FRN´s o, mejor y más fácil, un swap de cupón por el que recibiera interés
fijo y pagara variable. Mediante tal operación se crearía un instrumento
sintético a tipo variable, similar a una FRN. Con el interés a tipo fijo
recibido por el swap se pagarían las obligaciones provenientes de nuestra
emisión quedando como resultado una deuda a tipo variable, a pesar de que en
nuestro balance aparezca todavía la emisión originaria.
* Cambio de un endeudamiento de tipo variable a fijo: Es una de las principales
aplicaciones de los swaps ya que nos permite fijar el coste de la deuda
eliminando el riesgo de una subida de tipos. Evidentemente, lo realizaremos
cuando existan expectativas alcistas y, para ello, realizaríamos un swap de
cupón mediante el cual obtendríamos el tipo variable, para satisfacer nuestra
deuda, a cambio de pagar el tipo fijo. Obtendremos un beneficio en el caso de
que se cumplan nuestras expectativas pero, si los tipos bajan, estaríamos
perdiendo la oportunidad de obtener una ganancia.
* Cambio de un activo de tipo fijo a variable: En este caso se crearía un activo
sintético a tipo variable a partir de uno a tipo fijo. Para ello realizamos un
swap de cupón por el que pagamos el tipo fijo a cambio de recibir el tipo
variable.
* Cambio de un activo de tipo variable a fijo: De esta forma se crearía un
activo sintético a tipo fijo, realizando un swap de cupón por el que paguemos el
tipo variable.
B - Uso del swap junto una posición de balance.
En el caso de que se posean activos y pasivos financieros, existe normalmente
una posición de riesgo derivada de un desfase entre los diferentes índices en
los que se referencian dichos activos y pasivos. En este caso hay que considerar
ambos lados del balance a la hora de realizar un swap con el objeto de
especular.
Como ejemplo, tomemos el caso de un banco que tuviera prestamos y depósitos a
tipos variables. Aunque en principio no está sometido a riesgos por la variación
de los tipos (suponiendo que no existe riesgo de base entre los tipos variables
de ambas partidas del balance), si dicho banco tuviera expectativas de una
subida tipos y deseara tomar una posición de riesgo, podría realizar un swap de
cupón por el nominal de sus depósitos, mediante el que pagara intereses a tipo
fijo y recibiera intereses a tipo variable, que utilizaría para pagar su deuda.
De esta forma pagaría intereses a tipo fijo sin que le afectara la subida.
Evidentemente, no transformaría sus préstamos a tipo variable, de forma que
pudiese obtener unos intereses mayores al subir los tipos.
Si los gestores del banco anterior opinasen lo contrario, es decir que los
intereses van a bajar, lo que realizarían es un swap de cupón (pagando variable
y recibiendo fijo) por la suma de sus préstamos, de forma que se reciba dinero a
tipo fijo sin que afecte la bajada. Evidentemente, en este supuesto, no se
transformarán los depósitos, de manera que bajen los intereses a pagar a medida
que lo hacen los tipos.
5.- OPERACIONES DE ARBITRAJE
Un arbitraje es una compra y venta simultánea de la misma mercancía o activo
financiero a diferentes precios para obtener una ganancia. En el caso del
arbitraje entre un swap y un activo financiero, aunque sean diferentes
instrumentos los que se compran y se venden, son asimilables en el sentido de
que ambos generan intereses calculados sobre un mismo índice de referencia. Si
un instrumento genera un tipo más alto que otro, estando ambos calculados sobre
el mismo índice, entonces se realizará el arbitraje. Un swap se puede utilizar
para recibir (o pagar) intereses calculados sobre un mismo tipo de referencia,
contra un pago (o recibo) sobre un instrumento al contado que produce intereses
sobre la misma referencia. En un mercado eficiente, en el que intervienen
activos al contado y derivados, utilizados por inversores con idéntico acceso a
la información, se deberían mantenerse los mismos precios pero, en la practica,
surgen diferencias de valoración que producen oportunidades de arbitraje.
5.1. Arbitraje de endeudamientos
Si la contrapartida de un swap tiene acceso a préstamos relativamente más
baratos que los de mercado, puede obtener un beneficio realizando una permuta
por la que reciba los intereses de mercado. El arbitraje se efectuaría entre un
préstamo, más barato de lo normal, y un swap a tipos de mercado por el que se
recibiría un tipo superior al que se paga por el préstamo, dándose una
diferencia positiva para compensar el tipo variable que se tendría que pagar por
el swap y, por tanto, obteniéndose una financiación a tipo variable más barata
que la de mercado. Esta forma de arbitraje se puede representar tal como aparece
en la figura 6, consiguiéndose un beneficio de 75 p.b, lo que supondría un coste
de endeudamiento al EURIBOR -75 p.b.
5.2. Arbitraje con activos
Los swaps de tipos de interés, además de poder usarse para realizar arbitrajes
con instrumentos al contado, reduciendo el coste del endeudamiento, también
pueden utilizarse para efectuar arbitrajes entre activos e incluso activos
derivados, consiguiendo mayores rentabilidades. Como dijimos anteriormente, un
swap que se usa en conjunción con un activo recibe el nombre de swap de activos.
Se puede arbitrar con activos a interés variable como FRN´s, certificados de
depósito y pagarés de empresa, FRA, futuros, etc. Estos activos normalmente
proporcionan intereses por encima del EURIBOR, mientras el tipo variable
recibido por el swap suele ser sin margen. El beneficio que se puede realizar
entre el tipo variable recibido por el activo y el pagado a través del swap se
usa para complementar el tipo fijo recibido por la permuta financiera, creando
un activo sintético a tipo un tipo fijo superior.
Sin embargo, el uso más común de este tipo de swap es para crear una FRN
sintética, a partir un de bono a tipo fijo. Para ello realizamos un swap de
cupón por el que se pague un tipo fijo inferior al obtenido por el bono
anterior, a cambio de recibir el interés a tipo variable. El resultado neto será
un activo sintético a tipo variable superior al de mercado.
La razón de que se pueda realizar esta clase de arbitrajes, es decir la
diferencia entre los rendimientos de un activo y los tipos swaps, se debe a que
existen activos poco líquidos o de difícil valoración que, por consiguiente,
deben pagar una prima adicional por este mayor riesgo asumido.
5.3. Arbitraje de nuevas emisiones
Se ha visto que la mayoría de las oportunidades de arbitraje con swaps aparecen
por las diferentes primas por riesgo de crédito demandadas para un mismo emisor
por distintos mercados. En realidad, algunos swaps se crearon para producir
oportunidades de arbitraje y reducir el coste de nuevas emisiones de deuda, de
ahí que, a este tipo de permuta, se le conoce como swap para "arbitraje de
nuevas emisiones". De esta forma, si el diferencial en el coste de endeudamiento
de dos entidades, en función de su calificación crediticia, es diferente según
el mercado en el que se realice se podría obtener una reducción en el mismo
endeudándose en el mercado más favorable y después utilizar un swap para
alcanzar el tipo de endeudamiento que se desee.
Por ejemplo, si se analiza el cuadro anterior se puede observar la posibilidad
de realizar un arbitraje ya que existe una diferencia de un 1% entre los
mercados de renta fija y variable entre ambas entidades, siempre y cuando el
Banco A y el Grupo de Empresas se endeuden en los mercados donde obtienen
mejores tipos, aunque no sea el deseado.
Para aprovechar la diferencia del 1 % existente entre ambos tipos de
endeudamiento el Banco A se endeuda en el mercado a tipo fijo, a pesar de querer
endeudarse a tipo variable y el grupo de Empresas a tipo fijo, a pesar de desear
endeudarse a tipo variable. Simultáneamente se realiza un swap mediante el cual
el Banco A pagaba al Grupo Empresarial el EURIBOR a cambio de recibir intereses
a un tipo fijo del 6 %, quedando endeudado en una posición neta al EURIBOR –0,5%
(6,5 % +LIBOR - 6%), lo que supone un ahorro del 0,5% frente al que hubiese
obtenido si se hubiese endeudado directamente a tipo variable. Por otra parte,
el grupo de empresas resultaba endeudado a un tipo fijo del 7% (6,5% + 0,5%),
que suponía un coste del 0,5% inferior al obtenido si se hubiesen endeudado
directamente a tipo fijo. La operación descrita queda reflejada en la. Si la
operación se realiza con la ayuda de un intermediario, el beneficio hubiese sido
menor.
6.- NEGOCIACIÓN, VENTAJAS E INCONVENIENTES
Respecto a su negociación podemos comentar que su volumen no para de crecer,
tanto a nivel mundial como de España. En la actualidad el Valor Nocional de los
contratos en vigor es superior a los 48.000 millardos de $, lo que refleja la
importancia de este instrumento a nivel mundial. En España el valor nocional de
las operaciones supera los 400.000 millones de $ USA.
Se puede hablar de dos grandes clases de participantes en el mercado de swaps:
los usuarios finales y los intermediarios. Las razones que llevan a los usuarios
finales a utilizar estas operaciones son las expuestas en los casos anteriores,
la cobertura, especulación y el arbitraje. Respecto a los intermediarios, que
suelen participar en la mayoría de las operaciones, realizan las mismas con la
finalidad última de la obtención de ingresos vía comisiones y diferenciales.
Dado que el principal nocional de estas operaciones suele ser elevado, superior
a los 100 millones de pesetas, normalmente sólo son grandes empresas, organismos
públicos e instituciones financieras las que acuden a este mercado. En la figura
anterior se puede apreciar como la en la mayoría de las operaciones que se
realizan, quien actúa como contrapartida son bancos de negocios que actúan como
“dealers”, con la finalidad última de la obtención de ingresos vía comisiones y
diferenciales. Seguidamente son las instituciones financieras, entre las que se
incluyen bancos, cajas de ahorro, fondos de inversión las que utilizan estas
operaciones por alguna de las razones expuestas en los casos anteriores, la
cobertura, especulación y el arbitraje.
La mayoría de estas operaciones se basan en un contrato marco estandarizado, lo
que simplifica y abarata el proceso de negociación. Entre estos contratos marco
podemos destacar los contrato de la ISDA o el SWAPCEMM, en los que se definen
los términos financieros del contrato, sus condiciones, la forma de realizar el
cálculo de los flujos a tipo fijo y variable, así como las cantidades que hay
que pagar en el caso de cancelar de forma anticipada la operación.
El riesgo de incumplimiento contractual queda limitado a la liquidación por el
diferencial de intereses, ya que en ningún momento existe intercambio de
principales. No obstante, las posibles pérdidas dependerán de la dirección
seguida por los tipos de interés, que son los que determinarán el signo de la
liquidación. Si los tipos de interés suben será el pagador a tipo fijo el
perjudicado en caso de incumplimiento, mientras que si bajan el perjudicado será
el pagador a variable.
Para cancelar este tipo de operaciones antes de su vencimiento se puede realizar
un swap de signo contrario o bien la asignación del mismo a un tercero, para lo
cual habrá que proceder previamente a su valoración.
Por último, como las ventajas de estas operaciones podemos destacar que:
- - Permiten cubrir posiciones que presentan riesgo de tipo de interés, de forma
más económica y por un mayor plazo que otros contratos de cobertura (por
ejemplo, los futuros).
- - Presentan una gran flexibilidad a la hora de determinar las condiciones del
contrato, ya que son instrumentos a «medida».
- - Las partes actuantes pueden determinar el perfil de intereses que mejor se
adapte a sus necesidades y características.
Respecto a los inconvenientes de estas operaciones podemos destacar que:
- - Si no existe intermediario financiero, las partes han de asumir un riesgo de
crédito.
- - Aunque es posible cancelar la operación, puede resultar caro en el caso de
que cambien las condiciones de mercado.
BIBLIOGRAFIA
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