Antonio Clavero Sánchez
antonioclaverosanchez@gmail.comResumen: A comienzos de 2015 se depreció el euro respecto del dólar, empezó así una guerra de divisas. En este momento, el Banco Central Europeo implementa la expansión cuantitativa para encontrar una salida a la presión deflacionista de la euro zona, la inflación es negativa desde 2014. Pero, el precio del gasóleo será un aspecto decisivo en la evolución de la inflación este año. Sin embargo, el programa del BCE no será suficiente, ya que invita a los mercados a especular. Si EE.UU tiene una buena tasa de desempleo en verano, más tarde en otoño, la Reserva Federal subirá los tipos de interés e incrementará así los costos de los préstamos concedidos. Luego, de cara a las futuras cotizaciones, el euro caerá contra el dólar. En primer lugar, esta política monetaria puede ser un desastre para la crisis de deuda. Segundo, la crisis capitalista es un problema estructural y cíclico, por ejemplo con la baja tasa de ganancia. Mientras, la solución a la desacelaración, los gobiernos transfieren capital a la banca privada. Por último, los gobiernos español y griego traen más dificultades a los trabajadores con las reformas y éstas sólo pueden ser contrarrestadas con la movilización social.
Palabras Clave: Euro – BCE - Monetaria - Política
Abstract: Since the begining of 2015, the euro has depreciated against the dollar, it started a currency war. At the moment, the European Central Bank implements Easing Quantitative to fed off deflationary pressures in the eurozone, since 2014 the inflation is negative. And, this year the price of fuel will be a important factor to the inflation development. However, the ECB's programme will not be enough, because the markets are invited to speculate. If United States have a good unemployment rate in the summer, later in autumn, the Federal Reserve are going to go up the interests rates and increase debt services costs. So, looking ahead to the future quotes, the euro will fall against the dollar. First of all, this monetary politics could be a disaster for debt crisis. Secondly, the capitalist crisis is a structural problem and cyclic, for example the tendency of the rate of profit to fall. While, the solution of the slowdown, the goverment transfers capital to the private bank. Finally, the Spanish and Greek governments have brought more hardship to the workers with reforms and it can only be countered by a social mobilization.
Key Words: Euro – ECB – Monetary – Political
Para citar este artículo puede uitlizar el siguiente formato:
Antonio Clavero Sánchez (2015): “Euro, una moneda que actúa por convención en lugar de convicción”, Revista Contribuciones a la Economía (agosto 2015). En línea: http://eumed.net/ce/2015/1/euro.html
1. Salida tangencial del Euro.
Doctrinalmente se ha aceptado que el origen de una moneda cualquiera como concepto se remonta a la necesidad social de establecer y contar con un instrumento de circulación cambiaria neutral, que a su vez sea éste medidor de los bienes y servicios de un determinado lugar y ámbito de la economía real. Para el economista y filosofo Karl Marx el dinero es signo material del valor de cambio, se trata de un producto de cambio mismo y la puesta en obra de una idea a priori. En la actualidad, el euro es una herramienta del modelo de acumulación neoliberal y el espacio de tránsito al que se circunscribe dicha divisa es la Unión Económica y Monetaria (UEM). Al aceptar la moneda euro como medio de intercambio estamos reconociendo de tácito una autoridad, pues es un gobierno quien la emite y regula, el Banco Central Europeo (BCE). Sin embargo, éste no es un gobierno al uso en el sentido político de la acepción, ya que la gobernanza del BCE por parte de Mario Draghi es básicamente autónoma, al ser éste nombrado por el Consejo Europeo. Y por tanto, indirectamente provista y desligada de rendición a diferencia de Martin Schulz, Presidente del Parlamento Europeo, o Jean Claude Junker Presidente de la Comisión Europea, al estar ambos designados por el voto directo de los/as europarlamentarios/as. Luego la coordinación del BCE es elegida por mediación, no es controlada por delegación de nuestros representantes en el europarlamento y muchísimo menos representa e interviene por y para un pueblo. Aunque la institución monetaria ejerza como tal una soberanía con un cierto dominio, poder omnímodo y despótico que se aviene sobre las personas y espacio donde actúa. Michael Aglietta lo resume así: tenemos a un gobernador federal en una Europa que no es federal. Pero además, para más inri su presidente goza de total potestad discrecional, cuenta con una libre apreciación subjetiva, está improvisto de demostrada abstracta imparcialidad, por tanto carece de intransitividad en la ejecución de la política monetaria y en la consecución de un fin público.
Existe una enorme controversia por el hipotético caso que un Estado abandonara la llamada moneda única o fuera expulsado de la misma UEM, en tanto a lo relativo a continuar el Estado en cuestión adoptando el euro o no en su economía real y financiera. Mientras, desde las instituciones Europeas se realizan continuos llamamientos a la irrevocabilidad en la adopción del euro en virtud al párrafo 3 del artículo 140 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (1), lo cual algunos entienden que supone un punto de no retorno para los Estados. Por el otro lado, ciertos acreedores y prestamistas principalmente gobiernos y bancos fineses, alemanes y otros socios del norte europeo, realizan continuas manifestaciones para que los Estados en «apuros» por deudas abandonen la euro zona, respecto a países como Portugal o España y hasta si se tercia hacia Italia, pero sobretodo la solicitud de abandono va especialmente dirigida y con dedicatoria a Grecia. Es lo que se denomina al uso la praxis política del garrote y la zanahoria. El garrote son todos los llamamientos a una marcha o expulsión del euro a Grecia que realiza Alemania y resto de Estados satélites pangermánicos, y la zanahoria cada muestra o declaración acerca de no dejar en el desamparo y estacada al país helénico por parte de la Comisión Europea. A su vez, los asesores jurídicos del BCE consideran que cabe la posibilidad de la coexistencia del euro con otra divisa tras una serie de reformas al Tratado de la UE, así como a los Estatutos del Sistema Europeo de Bancos Centrales (SEBC). Sostienen los asesores del BCE que está claro que si un Estado abandona la UE ello conllevaría implícito irse de la UEM, pero lo que ya no está tan claro es si por ende la moneda euro dejaría de circular o no en el país (2). Diferenciando aquí el BCE entre la participación en las instituciones del euro por una parte y la permanencia o no de la divisa física en un territorio. Como si la presencia del euro fuera y es algo indiferente a la voluntad política y económica de un Estado. Para los juristas del BCE la economía está al margen de la capacidad de decisión política, tratándose de algo secundario la actividad legítima y democrática de regir los asuntos públicos acorde con una voluntad popular.
Es evidente que en una futurible UEM o en un Estado de dos o varias divisas en circulación las tensiones regionalistas, nacionalistas e independentistas afloren y se agraven aún más de lo que están hoy. El norte rico de la República de Italia apostaría por permanecer en un euro exclusivo, selecto y desprenderse del atrasado, corrupto, vago y paria sur. En el Reino de España ocurriría más de lo mismo; Madrid, País Vasco y Cataluña, como núcleos en términos de Capital serán proclives a continuar en el euro despojándose del resto del Estado sí es preciso (3). Si los pueblos en crisis necesitan recurrir a otra divisa en circulación para reavivar la economía real y sufragar las obligaciones que tienen en común, lo van a tener difícil. Las periferias europeas (quienes aportan su Trabajo al norte) no pueden creer en falsas ilusiones como el euro y esperar solidaridad de otros pueblos, porque nunca la obtuvieron y jamas la obtendrán. Una o dos divisas, el regreso al dracma, a la peseta, al maravedí o a los 8 reales, así como la pertenencia o no a la UE o la UEM no solucionaran las graves deficiencias y contradicciones que genera el propio sistema económico imperial. Aquello que trasluce en sí, es más si hay un modelo alternativo que sea capaz de enfrentar esta globalización deshumanizada. Incluso un modelo productivo “sólido y muy eficiente” como el alemán no es suficiente para lograr mejoras sustanciales en la calidad de vida para la mayor parte de sus ciudadanos. El problema de fondo no son las posibilidades y limitaciones que permiten unas u otras instituciones, sino el modelo económico capitalista en el que estamos insertados (4).
1.1. La autoridad monetaria.
Ante el derrumbe de la burbuja inmobiliaria la gran banca financiera internacional supo y sabe como aprovecharse del crash. Al menos seis grupos bancarios fueron multados en mayo de 2015, precisamente por dedicarse a la especulación en la cotización del euro y el dólar en el mercado de divisas. Se trató del Citigroup, JPMorgan, UBS, RBS, Barclays y Royal Bank of Scotland. A modo de cártel pactaban los índices de cotización de ambas monedas y por ello ganaron miles de millones. Las sanciones impuestas eran irrisorias comparadas con los beneficios que obtuvieron las entidades financieras con tales prácticas y actividades ilegales a como consecuencia del efecto de la desregulación de los mercados financieros. Una gran banca que fue «rescatada» con dinero público de los Estados y que elude el pago de impuestos tributando los beneficios en paraísos fiscales. Casualmente, se trata de parte de las mismas seis grandes entidades financieras que en diciembre de 2013 ya fueron investigadas y multadas por practicas anti-trust (cártel), al pactar también los índices hipotecarios respecto del euribor y el libor, en su momentofueron: Deutsche Bank, Société Générale, RBS, JPMorgan, Citigroup y RP Martin. La gran banca que ahora se dedica a manipular el precio de los metales preciosos para desincentivar a los inversores en el mercado de oro y plata a fin de animar la inversión en Bolsa.
Pero todo esto viene de muy lejos. Tras la ruptura en 1971 de los acuerdos de la conferencia internacional de Bretton Woods de 1944, ello supuso cortar con el valor en esencia de la moneda bajo el respaldo del oro. El citado suceso dejó expedita el camino para la desregulación del mercado monetario y dar paso a un tipo de cambio fluctuante en las divisas nacionales. El contexto en el que se produce la renuncia del patrón oro fue el de la guerra de Vietnam, ya que el elevado costo no sólo en perdidas de seres humanos sino también el de financiar el belicismo hizo que durante el mandato del Presidente norteamericano Richard Nixon, y ante la continua reducción de las reservas de oro norteamericanas, EE.UU. decidiera romper con el oro y comenzar a imprimir dólares sin ton ni son. En 2001 durante los ataques del 11-S y tras el batacazo de los valores de Wall Street, en las primeras horas de los atentados los especuladores bursátiles encontraron refugio en el acopio de oro. A continuación, para reactivar los mercados la Reserva Federal (FED, banco central de los EE.UU) decide poner a disposición de los inversores tipos de interés al 1%, lo que abrió la puerta para el desarrollo de la burbuja del mercado inmobiliario. A principios de 2004, con el recrudecimiento de la 2ª Guerra del Golfo Pérsico (Iraq) la FED utiliza otra vez el instrumento de política monetaria e inicia una subida en los tipos de interés para financiar el conflicto armado, lo que a la postre se convierte en un yugo para las familias norteamericanas que poseen una carga hipotecaria.
Una primera bajada del euro en su cotización frente al dólar se origina una vez el estallido de la burbuja inmobiliaria entre el año 2007 y 2008. Según el economista François Chesnais (..) las políticas monetarias y las decisiones soberanas de los países más fuertes, en el terreno monetario, las relaciones actuales entre el dólar, el euro, la libra esterlina, el yen y ahora la moneda china el yuan son en gran medida «no cooperativas», para utilizar una expresión de moda. Lo que es, potencialmente, un factor de aceleración de la crisis (..). El hecho de que estas crisis se forman de manera «independiente» es consecuencia de la acumulación de capital–dinero y de la formación de capital ficticio a gran escala. Pero estas son a su vez la expresión de graves «disfunciones» que hunden sus raíces en las relaciones de producción (5). Entre los economistas no hay una postura clara respecto a sí ahora se está librando una guerra de divisas, pero en lo que si se ponen de acuerdo es que las políticas monetarias de expansión aplicadas por los diferentes bancos centrales del mundo están resultando ineficientes para reactivar la economía, de ahí que una subida o bajada en los tipos de interés, así como la apreciación o depreciación de la moneda pueda marcar la diferencia durante la desaceleración económica o para topar con una crisis más aguda en el tiempo (6).
1.1.1. Tipos de interés.
El dinero es la expresión de una riqueza y el valor del mismo estará sujeto a la ejecución administrativa y gestora de la autoridad monetaria, así como a la política crediticia que dicha facultad le atribuya al mercado financiero. Si ahora el BCE como máximo exponente de la autoridad monetaria decide éste «otorgar» mayor liquidez en el mercado de dinero con una política expansiva del crédito, a lo que llamamos coloquialmente como darle a la maquina de hacer dinero, «flexibilización monetaria cuantitativa», es decir, a la impresión pura y simple (o creación ex nihilo) de moneda para la compra de nuevas obligaciones gubernamentales (7).Ello implicará que se incremente la oferta de dinero, bajen los tipos de interés todavía más, suba la inflación y genere una reducción del valor y depreciación de la moneda euro en la cotización respecto de otras divisas, al menos según la teoría cuantitativa de la moneda que considera que la producción no variará al aumentar el circulante, lo cual es discutible de cara a la inflación, ya que la productividad de un bien o servicio es un factor esencialmente dinámico, cambiante ante los estímulos o no que puedan presentarse.
En una hipotética situación de bajada en los tipos de interés del BCE mantendría por tanto bajas las cuotas hipotecarias, alentando a un actual minúsculo consumo y demanda interna para reducir un menor ahorro inexistente en empresas y hogares. Algo que no está del todo lográndose, ya que aunque el tipo de interés del Banco Central continúa baja no así la cotización del euro, que se ha recuperado y permanece al alza respecto a la cotización con el resto de las principales divisas del mundo. En cambio, de lo contrario si tanto la FED como el BCE inician una escalada alcista en los tipos de interés destrozaran a las familias y empresas, tirando por tierra estos siete años de bajadas en las cuotas hipotecarias, lo que ha salvado del desahucio a muchos hogares. Por otra parte, al estar tanto las deudas hipotecarias privadas como las deuda públicas relacionadas a la evolución de los tipos de interés, un incremento de tan sólo medio punto en las tasas puede dar al traste y ser funesto para la devolución de la deuda en países como Grecia, Irlanda o España, así como la evolución negativa de la inflación.
La FED en 2007 a fines ya del mandato del Presidente George W. Bush y posteriormente durante la llegada del sucesor en el cargo presidencial Barack H. Obama, decide reforzar su economía real con planes de estímulos. Se implementó políticas que permitieron a los EE.UU. mantener un dólar muy por debajo de su auténtico valor mercado, al hacer bajar el tipo de interés e inyectar liquidez al sistema. Pues en consecuencia la FED pretendía lenificar el pago de intereses sobre las hipotecas estadounidenses, facilitar las exportaciones junto el de disponer de inversiones en bienes y servicios en el propio país. Una política monetaria a la que se apuntó al unisono el BOJ y Bank of England, los bancos centrales japones e inglés, respectivamente. El BCE en un primer momento se mantuvo con el tipo de interés elevado pero con el paso de los meses comienza un descenso en el tipo. Concretamente en octubre de 2008 a mayo de 2009 los intereses se redujeron en 3,25 puntos porcentuales de una tacada en la UEM (8). Sin embargo, por lo demás el BCE permaneció impasible, impertérrito y perplejo ante la toma de decisión en la política económica norteamericana a la hora de ejecutar políticas de intervención con crecimientobasadas algunas de ellas en empleos en infraestructuras y además, tímidos planes de renta básica así como políticas activas de inserción laboral para los colectivos más afectados por la crisis. Mientras tanto, en el viejo continente la deuda de los Estados de la periferia europea se disparaba a través de las primas de riesgo. La cosa parecía que no iba con ellos (BCE) y no fue hasta la ida del Presidente del BCE Trichet, el 6 de octubre de 2011, cuando la UEM comenzó a reaccionar ligeramente, de forma tardía y tibia para aplacar las exorbitantes tasas de interés que estaban pagando e iban a pagar a los acreedores de deuda en países como Portugal, Irlanda, Grecia, España (los despectivamente calificados como PIGS, acrónimo que forma la palabra cerdos en inglés), a fin de hallar éstos financiación en los mercados de bonos. Mario Draghi expresó su intención de hacer lo que fuera para ayudar al euro, lo que se convirtió en una tabla de salvación para la banca europea, a la que inyectó un billón de €. Mucho más tarde, el 22 de enero de 2015, el BCE inicia una sutil política monetaria de expansión a través del denominado Quantitative Easing -Expansión Cuantitativa (EC) (9), el cual trata de comprar deuda soberana y privada en los mercados secundarios a fin de mitigar la tendencia deflacionista en los precios de la economía europea. De este mecanismo el BCE ha excluido a Grecia de la expansión monetaria. Antes en EE.UU, la EC se hundió en la realidad en una «trampa de liquidez», donde la estrategia de bajada de los tipos de interés reales fue incapaz de redirigir la eficacia marginal del capital y transferir capital monetario de la esfera financiera hacia la esfera productiva (10). Louis Gill, entre otros economistas también coinciden en ver los efectos perniciosos en dicho programa monetario que tiene ahora su reflejo en Europa. Ya que los bancos centrales pueden intervenir mucho en la reducción del crédito pero muy poco en la reactivación del mismo. La única vía por la que se podía impulsar de nuevo el crédito es a través del impulso de la reactivación del consumo y de la inversión (11). Mario Draghi decide limitar las rentabilidades de las deudas soberanas a un máximo de -0,2%, por lo que las entidades financieras les compensaba más una exigua y posible pérdida de capital que trasladar su dinero a las actividades de bienes y servicios, y generar empleo. Por otra parte, los programas de EC al no ir sus recursos a la economía productiva se destinan a la actividad especulativa financiera, concretamente: a la compra-venta de acciones de empresas y bancos, inflando artificialmente sus precios todavía más, que podrían desplomarse una vez que nadie quisiera comprar acciones a empresas con beneficios declinantes y ventas disminuidas. (..) el problema de fondo no es la falta de dinero para invertir-de ahí las limitaciones de la EC- sino la crisis de sobreproducción que existente, que hace innecesarias inversiones significativas para abastecer un mercado declinante (12). El relativo éxito que ha supuesto la EC a nivel español fue alcanzar por primera vez desde el inicio de la crisis un bono negativo del 0,2% a favor del Estado español, en una única vez de sus subastas. Eso si, tal medida de estímulo fue implementada después que el alto Tribunal Europeo una semana antes de la activación del programa, el 14 de enero de este mismo año, admitiese una demanda relativa a la adquisición de deuda pública por parte del BCE a través de otro mecanismo de liquidez monetaria, Outright Monetary Transactions (OMT). Vamos, que la EC es una herramienta aplicada por la autoridad monetaria una vez que el abogado general del Tribunal de Justicia de la Unión Europea dio luz verde a la compatibilidad del OMT con el TFUE y el SEBC, que evita a su vez dejar patente al BCE que con la EC nunca se convertirá éste en un prestamista en última instancia de los Estados europeos, y además sus resultados dejan en evidencia que tampoco el programa va dirigido específicamente a la lucha contra la deflación a juzgar por los índices de precios, porque no está logrando reavivar la inflación al menos todo lo que se esperaba. El EC es un instrumento de expansión monetaria el cual tiene definida ya como fecha de caducidad septiembre de 2016.
1.1.2. Depreciación de la divisa.
Iván Gordillo considera que partimos con anterioridad a la introducción del euro de un elemento esencial en la Unión Europea. Para que una unión aduanera fuera competitiva entre las economías que la constituían, la modificación de los tipos de cambio debía ser marginal para evitar la competencia por la vía de la devaluación monetaria. El escenario monetario internacional regido por el patrón oro-dólar y la fijación de los tipos de cambio permitió la estabilidad cambiaría necesaria en el Mercado Común (13). Asimismo,el euro inicia su andadura en el mercado de divisas con una escalada alcista en la paridad respecto al dólar. Luciano Vasapollo dice que con posterioridad la introducción del euro supuso que el cambio monetario fuerte (respecto del dólar sobretodo) contribuye a contener la dinámica alcista de los precios en Europa a la vez que comprime el crecimiento de las exportaciones (14).Por otra parte, hoy día el devaluar al euro fortalece al dólar y apúntala a éste como divisa refugio de los capitales internacionales, dada además la poca credibilidad a la continuidad de la moneda única expresada por ciertas instituciones. No estamos engañando a nadie al esgrimir que el BCE al bajar los tipos de interés pone más dinero en circulación, ya que presta dinero a los bancos privados a un menor costo para dichas entidades crediticias, pero lo que se pone en entredicho es su operatividad, ya que no bastó a la hora de influenciar en la respectiva no apreciación de la moneda euro e insuflar la inflación de forma sustancial y evidente. Lo cual motiva y hace huir los capitales a valores al refugio de países más seguros a cuenta además a una inestabilidad por la indecisión de la moneda a consecuencia de la posibilidad de impagos respecto de la deudas, y de una vez si y otra también, aunque sea remota, del cese o fuga de alguno de sus socios componentes precisamente por la imposibilidad de sufragar dichas deudas. Demuestra así el BCE su debilidad y el euro su falta de reputación como divisa propicia para la captación de capitales a la espera de mejores rendimientos futuros.
Ocurre una devaluación del euro respecto del dólar no buscada por el BCE y con la que se topó la institución a comienzos de 2015. La tensión devaluacionista existía a consecuencia de la declarada guerra de divisas con el «amigo americano», previamente, pero también la guerra no se circunscribe solo al euro y dólar, sino que se extiende a otras divisas y requiere una postura del euro en la conflagración crematística mundial. Por los conflictos con Rusia a cuenta de la influencia que pretenden ejercer los EE.UU y la UE en Ucrania, en favor a los recursos gasísticos que trascurren por el territorio de la que fuera ex-república soviética y de la que depende en invierno gran parte de Europa. Y además, la tensión con China en su renacida Ruta de la Seda, y por la puesta en vigor del denominado gigante asiático (el rival comercial a batir por EE.UU y UE) del Banco Asiático para Inversiones e Infraestructuras (AIIB). Una especie de Banco Mundial o Fondo Monetario para el continente de Asia que no incluye al dólar en su constitución. La FED por su parte tiene intención de competir vía tipos de interés con el bloque económico indoeuroasiático (Rusia, India y China) y el futuro AIIB. Éste eje junto al nuevo banco asiático pretende tener como mayor atractivo sus reservas de oro/plata junto a una apuesta decidida por la vuelta al patrón y anclaje al valor oro/plata en la emisión de sus títulos moneda. Una vez que a finales de 2012 comenzaran a desplomar los valores de cotización del apreciado metal. Mientras que el dólar (al igual que el euro) se basa en la referencia fiduciaria a emisión de papel, ya que no hay ningún valor que garantice una contrapartida al poseedor de un dólar o un euro, o justifique un bien o un servicio en contraprestación. Dicha referencia fiduciaria se trata de un mero convencionalismo basado en la mayor o menor confianza que podamos tener sobre tal o cual autoridad monetaria. Pero el dólar es el medio de pago en las transacciones comerciales internacionales y por ello cada año éste se apropia del valor real producido por otros países, en 2006 fue de casi el 6% de sus Producto Interior Bruto (PIB) (15). La FED puede imprimir dólar de forma prácticamente ilimitada ya que el dólar es el valor de reserva internacional y regulador del sistema capitalista mundial, y de ahí esta guerra de divisas, ya que el euro también pretende jugar este rol en la economía internacional. Sin embargo, los EE.UU. cuentan de momento con un «arma» de destrucción masiva, en una batalla que se está librando en pos a destronar al dólar como moneda hegemónica y universal. En cambio, otras economías como las emergentes en su falta de vigor monetario parece ser que quieren un ancla a algo material y tangible como es el oro a juzgar por las enormes reservas que concentran. El AIBB podría reanimar el sistema monetario surgido tras los acuerdos de Bretton Woods y volver a resurgir el patrón oro, aprovechando la incapacidad para salir adelante de la economía estadounidense y europea, así como la desmedida deuda norteamericana que está en manos de China. Aunque la FED hace ver que la vuelta al patrón oro es un «farol» por parte de China, ya que ésta última devalúa y revalúa el yuan reminbi a su antojo, es decir por decreto del buró de Beijing, y tampoco China presenta las tasas de crecimiento de hace unos años al entrar ésta al igual que la UEM en desaceleración de la economía (el habitual crecimiento anual de China de dos dígitos ha pasado a un 7%). En el mes de agosto el Banco Central de China se dispuso a realizar la tercera devaluación del yuan de los últimos tiempos, lo que provocó números rojos en los principales parqués de la bolsas de medio mundo, y de paso China infringió un serio correctivo a EE.UU., ya que afectó directamente sobre la Deuda que éstos tienen con China. Pongámonos en el ejemplo que una entidad financiera norteamericana tiene en su Pasivo 1.000 $ por un préstamo concedido por un banco chino, al devaluar el yuan y depreciarse el valor de la divisa china incrementa la cantidad de yuanes que corresponden a los 1.000 $, por lo tanto en la cuenta de Activos de la entidad china aumenta su saldo a favor y por la misma cantidad de dólares concedido. La presidenta de la FED Janet Yellen anunció en marzo de 2015 que subirá los tipos de interés, este hecho suscita temor y desde organismos como el FMI hay toque de alarma expresada en voz de su directora Christine Lagarde. Se está pidiendo contención a la Reserva norteamericana pero a finales del mes de julio la FED volvió a «amenazar» con la subida de tipos. Todo dependerá de la buena evolución en el empleo norteamericano del verano, lo que daría carta blanca y permitiría el incremento en los tipos de interés estadounidense. Cuando la Reserva Federal aumente las tasas de interés en el otoño de este año 2015, las bancarrotas estarán a la orden del día. Es entonces que se sabe que el sistema económico basado en crédito sin límites (a su vez basadas en monedas fiduciarias como el dólar, el euro y muchas otras), está colapsando (16). Pero cabe preguntarse ¿por qué ahora subir los tipos de interés de la FED?, según los datos que proporciona y dispone el Banco Mundial referidos a 2014 respecto al sector financiero, la economía de los EE.UU. no lograr remontar, por ejemplo sus reservas de oro monetario así como en derechos especiales de giro, reservas que mantienen en el FMI y tenencias de divisas bajo el control de la propia FED ascendían a un total de 434.416.453.480 $, mientras que las Reservas de China eran de 3.900.039.358.441 $, casi 9 veces más que EE.UU (17). La deuda pública del gobierno central norteamericano está próxima al 100% del PIB. Si la subida de la tasa de interés norteamericana provoca la apreciación del dólar, empeoraría EE.UU. sus reservas en activos de otras divisas y las obligaciones (deudas) incrementarían en valor, y lograría además la depreciación de las demás divisas. De pasada países como los PIGE verán como les afecta negativamente al reducirse el valor en euros de sus reservas de dólares, así como un encarecimiento y aumento en la cuantía de las deudas concertadas sobre préstamos estadounidenses concedidos.
Caso práctico: Siempre y cuando barajemos que se produce simultáneamente dada una hipotética revaluación del dólar y devaluación del euro (Periodo 3). Supongamos que la FED tiene un Fondo con 1.000 euros o que un Banco privado norteamericano cuenta en sus Activos con un préstamo que concedió a un país europeo por la misma cantidad.
Supongamos ahora que el BCE tiene una Deuda de 1.000 dólares o que un Banco privado europeo cuenta en sus Pasivos con un préstamo que le concedió un banco de EE.UU por la misma cantidad.
Con anterioridad al euro «gozábamos» de cierta aptitud en materia de política fiscal y monetaria para «aliviar» la cíclica y habitual crisis capitalista. Por aserto la autoridad devalúa o revalúa la divisa (moneda nacional peseta) en función si deseaba o no estímulos a la exportación, o al contrario si quería encarecer o promover la importación de manufactura. Fue un recurso hasta finales del siglo XX y al que se denominó como keynesianismo capitalista o cretino. La devaluación monetaria fue una constante medida a implementar sobretodo en las décadas de los 70 y 80 del pasado siglo para impulsar las economías nacionales e igualmente en sectores específicos claves de los países de la periferia europea como Italia o España. Si bien es la estructura productiva lo que determina al fin y al cabo que un país exporte a otro o importe de otro y no es tanto el peso que tenga la moneda en la paridad con el resto de divisas, es decir, que necesitemos productos del exterior o nuestros bienes y servicios se vendan por sí sólo, valga el tópico. Mientras tanto naciones como la alemana no tuvo que recurrir apenas a la depreciación monetaria con tanta frecuencia como los demás, en parte por contar Alemania siempre con una industria de alta capacidad exportadora en tecnología puntera competitiva y por recibir un fuerte socorro derivada de la condonación de su deuda (Acuerdos de Londres en 1953) por los acreedores. Tras recurrir atrás Alemania al crédito exterior para reconstruir su industria devastada por la 2ª GM con programas de ayuda como el Plan Marshall. Encima en 1999, la implantación del euro en la economía germana al fijar los tipos de cambio trajo nuevos bríos para su economía, la moneda única cotizaba entonces a menor índice que en el caso de proseguir Alemania en el marco alemán, y ante ello éste factor le ayudó a mejorar las exportaciones e introducir sus productos de bienes y servicios en el resto de países. El que fuera presidente de la Reserva Federal de los EE.UU. del 2006 al 2014, Ben Bernake declaró que: Alemania se ha beneficiado de tener una moneda, el euro, con un valor internacional que es significativamente menor que lo que sería el de una hipotética moneda solo alemana. Por lo tanto, la calidad de miembro de Alemania en el área del euro ha representado un importante impulso a las exportaciones alemanas, en relación con lo que sería con una moneda independiente (18). En el mercado común de la entonces Comunidad Económica Europea (CEE) antes a la puesta en circulación del euro, el recurso a la depreciación monetaria era una fórmula que cada vez suscitaba más recelos entre los propios socios de la Comunidad. Ya que en un mercado sin restricciones a la circulación de mercancías se recurría con demasiada «animosidad» a la depreciación de la moneda nacional para ocasionar mayor competitividad en los productos propios a exportar o para hacer atractivo al país de cara a la futura visita de turistas, como era el caso español. Por consiguiente, con la devaluación seleccionaré una política monetaria lógica a la llegada de guiris con poder adquisitivo o por el contrario con la revaluación o apreciación lograré que nacionales viajen por el exterior a hacer turismo con una divisa «fuerte» respecto a la cotización con una divisa concreta u otras monedas. Aquello era posible en los mercados de divisas antes a la llegada al euro y posterior implantación ya efectiva de la moneda en el año 2002.
Las importaciones españolas suelen superar con creces las exportaciones salvo en puntuales periodos. En efecto, habría que considerar que en el actualidad con la depreciación monetaria mejorarían las exportaciones principalmente de la única explotación que quedó tras la desindustrialización y deslocalización de las décadas 80 y 90, se trata de la subvencionada industria automovilística. Al contar con una divisa devaluada el clúster del motor y el turístico, también repuntarían y se beneficiarían ambos, como supone un aliciente para el retorno de la población que ha emigrado fuera de la zona euro y que recibe una pensión o una renta en una divisa distinta al euro. Los emigrantes españoles retornarían con un alto poder adquisitivo y capacidad de consumo mejorando la demanda interna de la economía nacional. Los flujos de capital de los emigrados hacia el país de origen destinado a familiares e inversión es un interesante acicate o incentivo a tener presente en los escenarios posibles no descartables respecto a la eventualidad ruptura del euro. No obstante, a Alemania no le interesa devaluar el euro, por el contrario le conviene una divisa fuerte en la paridad del euro frente al resto de divisas y hegemonía del dólar, ya que Alemania con su banca y empresas es quien más dinero tiene expuesto en el exterior como acreedora de deuda que es, además exporta variedad de mercancías y cuenta con un superávit en su balanza comercial. En cualquier caso parece que corta la bacalá en el BCE mediante el Bundesbank, dado que no le interesa pues que con una depreciación del euro ahora le devuelvan a Alemania el crédito anteriormente prestado a menor precio que por el que lo concedió él a terceros, al estar en la actualidad el tipo de interés europeo tan bajo. Ni tampoco vender manufactura puntera a bajo precio, ya que Alemania compite sobre la base de la alta calidad o innovación de sus productos, y no por medio de la depreciación monetaria o por la búsqueda de inversores o compradores a través de escasos derechos laborales o reducciones de plantilla como hacen los PIGE, para elevar así la tasa de ganancia del capitalista. Y de ahí que la política monetaria sea reforzar la cotización al alza del euro aun a costa de la inmundicia y degradación social de países enteros. El euro es, en esencia, una moneda extranjera para cada uno de los países de la euro zona. Los ata a tipos de cambio rígidamente fijos, al margen de sus subyacentes realidades económicas, y los despoja de la autonomía monetaria. En este sentido el euro, actualmente, funciona de la misma manera que lo hizo el dólar para Argentina en 1991 y 2001, cuando el tipo de cambio estaba fijado por la propia Constitución en un peso por dólar (19).
Como ya hemos insistido antes, una de las funciones esenciales del euro es pugnar con el dólar como moneda de referencia a nivel mundial, por ser la divisa norteamericana el valor de uso cotidiano para las transacciones financieras y comerciales. Por ejemplo, a la hora de comprar petróleo se alude al precio de barril Brent, el cual se mide en dólares principalmente. Luego si se da el escenario que el euro se deprecia respecto del dólar y conjuntamente hay una bajada del precio del barril Brent, será menos significativa dicha reducción en el precio del petróleo para el consumidor de carburantes que si el euro se encuentra a una mayor apreciación respecto que el dólar, que es cuando las miembros de la UEM adquieren el petróleo barato. Por ello, cuando a finales de 2014 se anunció por parte del gobierno español y los medios de comunicación acólitos al mismo que la bajada del precio del petróleo suponía un ahorro para las familias y empresas de 10.000 millones €, no se especificó, ni matizó tan siquiera que era bajo la premisa ceteris paribus, es decir, si todo lo demás permanecía constante. El precio de la gasolina y el diésel disminuyó durante una serie de meses aunque al tiempo volvió a los mismos margenes de comienzos de 2011. Ya que si a la vez que se reduce el precio del barril Brent que se paga en dólares, mientras se deprecia la divisa euro del dólar proporcionalmente a entre un 10% y 15%, pues entonces las expectativas de 10.000 millones € desaparecerá por arte de birlibirloque. Asimismo, ocurre que ayudó obviamente la depreciación del euro y subida del dólar trasladándose en la tasa de inflación en los meses posteriores a la primavera de 2015, al subir nuevamente el coste de los carburantes. Algo pues, la bajada en los carburantes que volvió a suceder por poner un caso a consecuencia a la disminución del precio del petróleo al haber más crudo en el mercado, tras la nueva resolución del enquiste atómico iraní y la eliminación de las sanciones a la exportaciones a éste último país. He hizo bajar decididamente los precios de la gasolina en julio y agosto de 2015. Y si por la otra parte, el euro y el dólar entran nuevamente en una escalada de altas y subidas en las cotizaciones luego los beneficios en la bajada y precio de los carburantes se esfuman. Todo dependerá de factores coyunturales como la implantación masiva del fracking y la cotización del euro si se mantiene al alza o no, ya que el petróleo de por sí es un recurso limitado.
1.2. Deflación.
El Estado español arrastra una tasa negativa en el índice de precios al consumo en términos de variación anual desde el mes de julio de 2014, con un leve aumento inflacionista en julio de 2015, pero incluso así continua en deflación. Una deflación lastrada en una fase inicial al comienzo de la crisis por los precios de la vivienda que apenas repuntan y por la bajada ahora en un primer estadio en el precio de los carburantes a principios de año y durante el verano.
A día de hoy, la inflación desataría una perdida de valor en el euro. Como ya comentamos y explica Luciano Vasapollo, el saldo positivo a favor del euro correspondiente a la convertibilidad al dólar supuso una contención y estímulo a la dinámica al alza de la inflación que operaba en la primera etapa de introducción efectiva del euro. En 2002, ya observamos como los productos que costaban 100 pesetas (veinte duros) de la noche a la mañana comenzaron a costar 1 euro (166 pts), esta subida de precios apenas era perceptible por las estadísticas e índices al consumo, aunque la realidad era otra porque inflación existía al principio de la puesta en numerario del euro.
El paso del tiempo ha demostrado que el saldo a favor del euro respecto del dólar fue un provecho circunstancial para la euro zona, volviéndose contraproducente con el paso de los años. La correspondencia positiva del euro ante la cotización del dólar fue una barrera al ciclo alcista de la inflación que se preveía tras la implantación de la moneda única, derivando con los años en un proceso deflacionista más acuciado en los países con unos niveles superiores de deuda y desempleo.
Pero, este año es probable nuevamente una ligera revaluación del dólar que encarezca por ello materias primas como el gas y el petróleo, al ser importadas y escasear, lo que origine una inflación por la subida de precios como carburantes, encareciendo las importaciones al devaluarse el euro por omisión al dólar. Luego un incremento inflacionistas aparejado al elevado desempleo nos remitiría a una estanflación (20), a consecuencia de los excelsos niveles de paro, algo que por ahora es descartable dada la bajada en estos últimos meses y en el mes de agosto de precios en carburantes, ropa y alimentación. En lugar de una estanflación estamos más próximos a una deflación sin más remilgos. Consecuencia a las políticas monetarias de la UE en una búsqueda que no llega de plusvalía para el gran empresario sobre la competitividad comercial mediante la reducción en el costo laboral de los medios de producción a través de los salarios, y a las continuas bajadas en el crudo, ambos como elementos sintetizadores del precio de los productos y servicios que comercializamos vía exportación y demanda interna. En España tuvimos una inflación en el mes de julio del 0,1% (IPCA, tasa anual índice de precios al consumo armonizado) y una inflación anual estimada del 0,0%. En la zona euro la inflación armonizada en el mes de julio fue del 0,2%, mientras en junio Alemania contaba con un 0,1%, Francia el 0,3%, y en países como Eslovenia o Grecia la inflación era del -0,9% y -1,1%, respectivamente (21), lo que evidencia una indómita desacelarión. Ocurre además que mientras que la principal preocupación del BCE es tener una inflación por debajo del 2%, en la Reserva Federal junto a la estabilidad de los precios de la economía tiene otra inquietud: empleo y crecimiento de la economía norteamericana. La política monetaria por parte del BCE se ha concentrado en inyectar liquidez a la banca y en bajar las tasas de interés sobre la que se relacionan los préstamos a corto plazo. Por tanto, si finalmente el BCE se decanta o se ve forzada por terceros en devaluar la moneda, muy probablemente en tal caso se origine más inflación en la UEM. Pero habría que dudar que éste primer hecho sea el detonante en el presente para una subida de la inflación, todo apunta que será la evolución de los tipos de interés en EE.UU. así como la cotización del dólar lo que más repercuta en los precios de la UEM.
Si de una parte el BCE con las políticas monetarias de expansión pretende crear dinero y así subir la inflación, de la otra, la banca privada aflora durante la crisis una estructura de capital ficticio que ahora necesita ser sufragado y de ahí igual bajada de precios en compensar el déficit bancario, ya que con tal cantidad de pasivo nadie contaba, y por ello en parte la deflación. La banca privada creó moneda al margen de la que emite el BCE, bien a través de inflar sus propias reservas o mediante la concesión de préstamos y que se utilizaban para renegociar entre los mismos bancos, sólo que al estallar el boom dejó de ser también expansivas las actividades bancarias, sino que por el contrario hizo después restrictivo al contraer el crédito y solapando ahora las políticas monetarias de reducción del tipo de interés o de EC, ya que aquel dinero de la nada o irreal de la banca nunca tuvo reflejo y sustento en la emisión real de moneda y capitalizada de dinero en su momento. Siempre se inculcó que la independencia del BCE en la política monetaria frente al poder político se basaba en impedir que este último acabará emitiendo moneda a gran escala a fin de financiar los «superfluos» programas presupuestarios del Estado, arrojándonos así a la inflación y la perdida de valor de la divisa. Pero la realidad ha demostrado que es la banca privada la que crea moneda sin parangón, y que es la falta de voluntad e intervención en la economía del autónomo BCE el que lo ha permitido. Ello se debe a que la administración del BCE está regida por antiguos empleados de banca o entidades financieras, hasta el mismo Mario Draghi trabajó para Goldman Sachs, destacando por engordar la burbuja y no precisamente por evitar el desastre económico.
Las monedas nacionales se mueven más como activos financieros en busca de ganancia financiera, que como vehículo para los intercambios internacionales de mercancías (22).
La triste historia fue que la vivienda perdió todo su atractivo lastrando los precios a la baja de su valor. La casa dejó de ser el bulbo de tulipán de la economía española donde todos los capitalistas nacionales, comunitarios y extracomunitarios invertían, para pasar después a ser el sector inmobiliario un simple tallo feo y pobre de la que todos apestaban, en busca eso si de otros mercados donde obtener más prósperos rendimientos como con la especulación en bolsa y la deuda pública, donde rentabilizar capitales y ganancias.
El crecimiento económico en los PIGE con la llegada al euro era sobre la base en la evolución al alza en los tipos de interés conjunta al incremento de la inflación, cuando ambos indicadores dejan de «retroalimentarse» estalla el crash. En el Estado español vivimos una hecatombe en el sector de la construcción de la que aún no nos hemos rehecho ni repuesto. Los precios de la vivienda arrastran sobretodo a la deflación por ser en la construcción donde descansaba la economía real y financiera española. El crash de la burbuja inmobiliaria fue en parte motivado al cambiar el valor de la mercancía vivienda a un intervalo y separación de tiempo mayor entre la compra y venta. El dinero perdió medida de valor (capital ficticio) por las obligaciones contraídas por los propietarios de los medios de producción, principalmente bancos locales (antiguas cajas y después bancos que tras la reestructuración del sistema financiero español fueron absorbidos por otros bancos a su vez y finalmente nacionalizados) para con bancos del norte de Europa. El principal promotor de la construcción era la banca y ésta dejó el capital inhábil, estéril de circulación monetaria al no acceder a vender sobretodo vivienda por él construida, y en cuanto además como entidades financieras concedió préstamo hipotecario a espuerta. En el caso de España de 2002 a 2007 la deuda privada incrementa del 225,7% al 388% sobre el PIB y el abaratamiento en el precio de la vivienda desde 2007 es del 41,2%. Entonces, el dinero quedó reducido a un valor escasamente insuficiente para hacer frente a las obligaciones y aun mediante crédito que a día de hoy no existe, y al que ni se le ve ni se le espera pese a políticas monetarias como de expansión (EC). El más claro paradigma lo observamos con el precio de la vivienda y el metro cuadro de suelo durante 1999 al 2007 y del 2008 al presente 2015, se observa los dos ciclos de auge/expansión y recesión/contracción económica. Tratándose este último donde se reproduce el fenómeno de la contracción del crédito monetario posterior a un endeudamiento privado. O sea, se construían residencias por encima de la necesidad habitacional, sin expectativas de cobro de las hipotecas y además los bancos y cajas han contribuido previamente con la expansión de la burbuja inmobiliaria mediante un capital ficticio y el crédito a mansalva (23). Entonces, al no venderse vivienda por el elevado valor alcanzado y carestía para continuar pagando el alto precio de valoración, el valor del inmueble se pierde y éste termina por perturbar a todo el crédito disponible. La liquidez no tiende a aparecer y el dinero tampoco a circular, a lo cual bajadas en los tipos de interés del BCE. Marx en su libro El Capital describe la crisis monetaria durante el proceso deflacionista en la mercancía como una desaparición de la liquidez, si lo concretizamos en la vivienda, ésta queda desprovista del crédito e imposibilitando trasmutarse en dinero contante y sonante. Un fenómeno el de la sobreproducción y acumulación que en la actualidad se produce al objeto del petróleo y precio de los carburantes. Una caída de los precios en condiciones de sobreproducción y bajos salarios señala una disminución de las ganancias. Y una disminución de las ganancias es un presagio de reducciones salariales, despidos y ataques a las/os trabajadores en general (24).
Los procesos inflacionistas posteriores a la 2ª Guerra Mundial derivaban del atributo que tuvo el dinero como activador perenne en la estabilidad de los precios. En la actualidad, la deflación que sacude la zona euro se debe al sustancial peso que tiene en la economía la capitalización ficticia, así también a motivos como la consolidación de la búsqueda de competitividad mediante la devaluación salarial como mecanismo para alcanzar el ideal competitivo capitalista en los mercados de la economía real. Ya que la depreciación monetaria ha quedado descartada por el BCE en un primer instante. Las reformas laborales, la austeridad presupuestaria con tijeretazos en el gasto público tanto de los gobiernos socialista como popular de José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy, respectivamente, aunaron más en este esfuerzo por consolidar el intervencionismo económico del BCE y entre otros por la Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional, el triunvirato de la Troika. Para definir el ámbito por donde debe ir la política laboral con el recorte de derechos de la clase trabajadora a través de realizar el mismo trabajo productivo que con anterioridad a la entrada de las reformas laborales pero a menor sueldo. Y por eso, redunda en la actualidad que un mismo trabajo se haga con menos trabajadoras/es contratadas/os, o con los mismos empleados/as a igual retribución pero con más horas de servicio. Un sometimiento sobre unos reducidos costos laborales con la flexibilización o moderación (que también lleva a cabo Alemania para con sus trabajadores/as), y con rebajas de salarios o la eliminación de la protección por desempleo. Además, con el incremento de la edad a 67 años para el acceso a la jubilación o por empeorar los servicios públicos de educación o sanidad, como por ejemplo con el copago sanitario y minando la ley de dependencia. Héctor Illueca Ballester lo expone: Siguiendo la ortodoxia neoliberal, esta concepción autoritaria está al servicio de la lucha contra la inflación, que el artículo 105 TFUE considera «el objetivo principal» del BCE. La estabilidad monetaria, cifrada en una inflación inferior al 2 % para el conjunto de la zona euro, se convierte en la orientación fundamental de la política económica europea, emulando abiertamente los principios del liberalismo clásico prekeynesiano. El control de la inflación exige limitar la oferta monetaria y reducir el gasto público, lo que inevitablemente implica consecuencias negativas para el crecimiento y el empleo. O, por expresar la idea con otras palabras, la elevación de la estabilidad monetaria a criterio orientador de la política económica y aboca a un elevado desempleo, especialmente en situaciones de crisis (25).
1.3. Deuda pública y privada.
Una de las características en la que se fundamenta la crisis es que la actividad financiera en competencia se rebela como capitalización ficticia del propio sistema de acumulación, como es el caso sobre el préstamo al Estado (Deuda pública) a interés. Para la banca estos títulos de deuda (obligaciones) son negociables en mercados especializados y por ello representan de por sí capital, lo cuales serán renegociados y colocados a su vez a otros bancos y estos bancos a otros, y hasta una dimensión parasitaria que pone a disposición de bancos un capital que no poseen y que pueden convertir en moneda dinero como medio de remuneración. Ello ha derivado que las entidades financieras intentan solventar sus deudas con el resto de bancos sobre la base de capitales ficticios, que no existen, son imaginarios. Han creado deuda y obligaciones sobre la base de esa misma deuda, por la que alguien de la esfera productiva deberá pagar como el «agua» que sacie el calor de la crisis financiera.
El boom urbanístico y la especulación inmobiliaria en el Estado de Florida (EE.UU.) durante la década de los años 20 del pasado siglo fue uno de los detonantes del posterior crac bursátil y gran depresión del 29. A principios del siglo XXI las bolsas del mundo y sobretodo el índice bursátil nasdaq sufren un batacazo de dimensiones a resultas de la eclosión de la burbuja de las empresas puntocom. Una nueva crisis financieraque se remonta a la revolución tecnológica, y que toma sus inicios dicho progreso científico con el furor de la salida a venta al público de los microprocesadores a finales de 1971, junto a los componentes intangibles de software y a una serie de aplicaciones destinadas al uso masivo de usuarios domésticos, que tienen su apogeo durante las décadas de los 80 y 90. Tras ello se crea una economía financiera que se ha desarrollado gracias a la innovación tecnológica para elaborar un gran casino virtual ubicado en internet. Es una burbuja a como consecuencia a unos avances informáticos en utilidad del cálculo infinitesimal algorítmico y la gestión analítica para las decisiones de carácter financiero, el modo en el que toda una gama de productos financieros como por ejemplo las hipotecas subprime o «basura» han encontrado cobijo para con un soporte técnico de cobertura las justificara y procesara comercialmente, a través de los programas que difunden una actividad financiera en muchos casos difícilmente materializable. Para salir de la burbuja tecnológica se decidió crear la burbuja inmobiliaria, con lo cual acabamos pasando de una crisis financiera a otra.
La mayor afluencia de Capital reduce una subida de los precios de esos títulos. Lo mismo ocurre para las acciones. El capital se adelanta a las nuevas subidas de precios, y cuanto más este es absorbido por los sectores financieros y especulativos más suben los precios de esos títulos. Cuanto más suben los precios, mayor es el Capital que es atraído por estos sectores. El proceso va a ser auto-expansivo. Los beneficios financieros aumentan. Esta multiplicación de deudas representa la burbuja financiera y especulativa. Pero, en un momento dado, estos beneficios no pueden ser pagados (26). A mediados del verano de 2007 vuelve una vez más a reproducirse y estallar otra burbuja, esta vez inmobiliaria en EE.UU. Las/os hipotecadas/os estadounidenses no pagan y no hacen frente a las altas y superelevadas cuotas hipotecarias, por su parte las compañías aseguradoras basadas en capital ficticio y al resguardo de la inversión en vivienda residencial no pueden responder ante los acreedores con asumir los compromisos de fondos y planes de pensiones privados contratados, y entran en bancarrota o quiebra. A finales de mes de agosto de ese mismo año el fenómeno hipotecario se traslada a eurolandia y el colapso financiero es mayúsculo, de tal envergadura que tiene un impacto todavía mayor en economías no diversificadas de la periferia y sur europeo.
Algunos economista como Joaquín Arriola ven que el desencadenante directo de esta colosal crisis no es motivada por el sobreendeudamiento de empresas y hogares, las reformas laborales o las privatizaciones. Estos hechos se suceden desde hace décadas y los agravamientos de los efectos son consecuencias de la nefasta crisis para que el Capital continué en su afán de supervivencia. Pero es la falta de voluntad política en acabar con las grandes desigualdades que existen y que se han agravado más en el trascurso de la recesión lo que hace que exista el actual impasse económico. El tremendo aumento de la deuda desde el desencadenamiento de la crisis ha acelerado un fenómeno que ya venía de antes. En los siete años anteriores a la crisis (2000-2007), el crecimiento económico en Estados Unidos fue de 4,2 billones de dólares y la deuda de 4,8, mientras en la eurozona experimentamos un crecimiento de 6,1 billones de dólares financiado en más de la mitad con deuda, por valor de 3,9 billones. En los siete años siguientes, el descalabro está siendo monumental: 2,7 billones de dólares de crecimiento en Estados Unidos, a costa de 7,7 billones extra de deuda; una reducción del PIB de 400.000 millones de dólares en la eurozona, y además, una acumulación de 3,2 billones extra de deuda pública. Y todo esto sin contar con el endeudamiento privado de familias y empresas no financieras, que en Estados Unidos ha crecido en lo que va de siglo en 11,5 billones de dólares, y en la eurozona, en unos 5,5 billones de dólares. El problema del endeudamiento masivo no es por tanto una consecuencia directa de la crisis financiera –aunque esta ha agravado el problema– y la ausencia de crecimiento ni siquiera se le puede achacar en exclusiva a las nefastas políticas de reducción de salarios y de transferencias sociales a las que denominan “ajustes estructurales”. (…) La causa fundamental es que cualquier respuesta alternativa supone modificar el balance de ganadores y perdedores de las decisiones públicas. Son los agentes detentadores de la deuda, y por tanto beneficiarios de los intereses de la misma, los que presionan para mantener las políticas que evitan la desvaluación de la deuda por la inflación o por quitas. En primer lugar, los bancos estadounidenses y británicos, que detienen una cuarta parte de la deuda externa pública y privada de la eurozona, los bancos franceses (18%) y los alemanes (13%), pero también los de los países euromediterráneos, italianos o españoles, que detienen en torno al 12% de la deuda externa de la eurozona y una parte sustancial de la deuda de sus propios países (27).
Hasta la agencia calificadora de riesgos y deudas soberanas Standard & Poors alerta sobre la necesidad de aplicar un haircut (quita) sobre la deuda en países como Grecia, ante un riesgo eminente de default (impago) que ya fue una realidad palparía en el mes de junio de 2015. El propio FMI durante las negociaciones de un nuevo memorándum a Grecia en julio, para el mal llamado tercer «rescate» griego (del cual el FMI decidió no participar en las aportaciones al fondo en un primer momento y en el que España si participa con 10.000 millones €), «filtró» un documento donde el citado organismo internacional hacía referencia a la necesidad de contemplar la reestructuración con quita de la deuda helena por el alto grado de apalancamiento financiero que existe, ya que a pesar del 2% del superávit primario o con un crecimiento entorno al 1% del PIB de Grecia, pues la quita se hace necesaria (28). Algo, la reestructuración a lo que se opone rotundamente Alemania. (..) ante la incapacidad de devolver una deuda que ha llegado a quedar fuera de control y sobre la que pesan tasas de interés exorbitantes, la reestruccturación de esta deuda, es decir, la reprogramación de su restitución durante un periodo más largo y a una tasa de interés más reducida, así como su eventual cancelación parcial, ya se está considerando como un mal menor a los ojos de los financieros, incluso si esta perspectiva les asusta y amenaza a los bancos acreedores. No hace falta decir que irían acompañadas de medidas aun más severas que se impondrían a la población (29).
Toda una cohorte de políticos, voceros y opinadores al albur, no pararon de repetir unos ante los programas de televisión y periódicos y otros desde sus respectivas atalayas y canales webs de desinformación al soslayo de los acontecimientos que se sucedían en Grecia, que ésta debía a España por un valor próximo a unos 26.000 millones €. Los cuales según ellos tenían que devolver los/as griegos/as ipso facto al Estado español y justificaban que el gobierno de Mariano Rajoy dándoselas de plenipotencia prestamista actuase a pies juntillas de Alemania, a la hora de reclamar constantemente el pago de la deuda a Grecia e incluso de otorgarse el derecho a entorpecer y torpedear las negociaciones en el marco de la UE. Hasta llegar a un punto que la UE tuvo que realizar reuniones informales con Grecia al margen del Pleno del Consejo Europeo, dejando a un lado al gobierno español en encuentros que trataban el tema de la deuda de Grecia, dada la reprochable, pueril e irresponsable conducta de Rajoy. Como sucedió durante las sesiones del 19 de marzo y la posterior mini-cumbre entre Hollande, Merkel y Tsipras. Por sí fuera poco, la letra pequeña del préstamo español a Grecia trajo trampa, ya que la deuda de Grecia con España en realidad era en aquel momento cercana a 6.700 millones € al Estado directamente (30). Pues el resto fue prestado por los bancos españoles a cambio de unas ganancias, claro, avalando el Estado en caso de perdidas o impago. Y de ahí la pretendida confusión de la parte por el todo, al hablar los políticos del PP y demás ralea de una deuda griega hacia España por unos 26.000 millones que incluyen a los bancos españoles como parte del Estado y al mismo nivel que él, al ser el Estado el avalista de los bancos. Porque en la suposición que Grecia no pagara la deuda, el Estado español es quien responde por el malhadado préstamo de los bancos. Mientras tanto, luego por qué en cambio si los bancos obtienen pingües beneficios por la deuda griega estas ganancias van a parar a manos y bolsillos de bancos y no son compartidas con las menguadas arcas de las Administraciones Públicas, y ahí entonces la banca ya no es Estado. En cambio, cuando el Estado español pidió dinero al Eurogrupo para los bancos españoles actuando el Estado y sociedad como avalista de los bancos, ¿pero las entidades bancarias no formaban parte del Estado?, conforme la conveniencia del gobierno español y su banca. Ya que ello implicaría reconocer implícitamente el «rescate» y la intervención por una regla lógica de tres. Sí Grecia debe a los bancos españoles → éstas entidades financieras son también España según el gobierno y los medios de comunicación. Luego si el gobierno español pide una línea de crédito para los bancos españoles → Mariano Rajoy pide un «rescate» a España.
Cabe recordar que el BCE obstaculizó y negó el crédito o préstamo directo a los Estados y desechó el eurobono como una posibilidad de hacer más llevadera la crisis de deuda. Por contra, manifestó otorgar precedencia al pago de la deuda a través de la obligación pública, por encima de toda prioridad como la de un Presupuesto General (P.G.E). Aquí en el Estado español durante 2011 se «fraguó» la injerencia y dictak orquestado por Mario Draghi con un «pucherazo» en la anterior legislatura con el aprobado de urgencia, con «nocturnidad» y «alevosía» por el bipartidismo político de PSOE y PP del reformado artículo 135 de la constitución monárquica española. Para establecer el principio de estabilidad y equilibrio presupuestario tan en boga en las instituciones de la Unión Europea. Una reforma donde se limita el volumen de deuda pública y déficit estructural, y además se fija que el pago de los intereses y la amortización sobre el capital de la deuda pública gozará de prioridad absoluta. Entendiéndose que la devolución del crédito estará siempre, pese a la actividad de un servicio publico o una función pública que tenga que ejecutar el Estado, las Comunidades Autónomas o Entidades locales como Diputaciones o Ayuntamientos.
El bajo volumen de producción nacional era inferior que la deuda generada por los países PIGE, y aún por mucho que mejoren las exportaciones en su momento, de manera que la escasa productividad originó un mercado de especulación sobre la renta nacional. Un capital improductivo que patrimonializa una constante deuda pública. Al existir una evidente desproporción entre lo recaudado por ingresos y lo gastado por el Estado (déficit primario) lo cual supuso una situación insostenible en tiempo y forma, y que motivó la emisión paulatina de empréstitos públicos como fórmula en la captación y obtención de capital en el corto plazo y a un alto coste pasado y a futuro. Que se resuelve con los recortes o con el denominado por los gobiernos socialdemócratas y conservadores como Ajustes en el Estado del bienestar, sobre por ejemplo una perpetuidad en la deuda cuando venzan los plazos a 10 años. A la banca le dejó de entrar el dinero a consecuencia de la quiebra del crédito inmobiliario y ésta «ansía» mantener elevada la tasa ganancial a pesar de la polarización hipotecaria. Y qué hacen entonces las entidades financieras, pues presionaban con virulencia sobre la deuda pública de los Estados. La banca no compraba letras y bonos soberanos si no era a cambio de un elevado interés a su favor y ello causó que se dispararan las primas de riesgo. En 2011, el BCE prestaba dinero a bancos a entre el 2% y 1,5% tipos de interés, y éstos a su vez como entidades financieras compraban obligación española (ej: Letras del Tesoro) a 12 meses al 5%, con un margen de rendimiento que llegó a tasas del 4% para un año. En noviembre de 2011, el bono español a 10 años en el mercado secundario cotizaba a un interés de 6,43% mientras que la demanda del bono alemán marcaba un 1,81%. Los desmedidos diferenciales entre las distintas primas de riesgo de los países de la UEM planteó la posibilidad por el Eurogrupo de romper el euro, dada la deuda que acumulaban y acumulan las distintas naciones del entorno de la moneda única. Y quede pues sólo con el euro la Unión Europea «aria» incluyendo a Francia como comparsa de Alemania, una UE prospera e industrializada sobre la base geográfica de la denominada como blue banana. Se barajó la retirada o expulsión de Grecia en una primera fase, seguida del resto del PIGE y posteriormente se contempló a Chipre, Malta y Eslovenia a unir al tándem. Una ruptura de la divisa euro a consecuencia de las intolerables primas de riesgo y por la inasumible disparidad entre la deuda pública que paga cada uno de los Estados, y que hoy día persiste en Grecia a pesar de un tercer rescate, barajándose su marcha del euro desde Alemania, el Grexit.
El Reino de España con su idiosincrasia particular no presenta unas perspectiva nada favorecedoras o «halagüeñas» en 2015. Tras un «rescate» europeo en 2012 a la banca (31) no reconocido por el gobierno español, se le une una deuda pública cercana al 100% del PIB, resultado al «maquillaje» al incluir los ingresos por narcotráfico, trata de blancas y los prostíbulos como elementos consustanciales en el PIB, si no seria más elevada la deuda. Puesto que España representa un 13% del PIB europeo, pues bien, haciendo paralelismos significaría que la deuda pública española se equipararía a casi un 13% del PIB de la UEM, mientras en 2004 la deuda significaba un mínimo del 45% PIB español y 2007 con un 46,7%. En 2015 sólo el pago de intereses de la deuda asciende a los 36.500 millones € anual, 100 millones de € diarios, y será en el año 2021 y 2023 cuando habrá que devolver y pagar intereses del principal de la deuda soberana por alcanzar el mayor techo en el diferencial de los bonos durante 2011 y 2013 en el interés a 10 años. Los préstamos son propiedad en un 27% de bancos españoles, manejando éstos unos rendimientos medios del bono español de entre el 2% y 3%. Unos beneficios para unas entidades bancarias las cuales algunas fueron «rescatadas» con dinero público del propio Estado y de la UE. Por otra parte, en el presente el BCE presta dinero a bancos con el criterio del zero lower bond, prácticamente a entre el 0% y el 1% de interés (32), ante ello las entidades de crédito españolas son el segundo inversor en deuda pública y la banca extranjera el principal, según datos del Banco de España BdE. Mientras tanto la banca nacional al cliente de a pie presta a tasas del 15% (tasa anual equivalente, T.A.E.). Unas entidades financieras que cerraron numerosas sucursales y redujeron un 30% sus plantillas, y en algunos casos han duplicado su valor en bolsa desde la llegada al poder de Mariano Rajoy. Se le une a todo una pasada asistencia financiera a las corporaciones bancarias a lo largo de los años de crisis que asciende ya a un total de unos aproximadamente 108.000 millones €, que prácticamente en su totalidad se dan ya por perdidas y no recuperables para el Estado español. Además, al final de este año 2015 el Estado habrá emitido deuda pública por un total de 240.000 millones €, conforme a fuentes del Ministerio de Economía.
1.4. Autoridad fiscal, devaluación salarial y desempleo.
El pasado 22 de junio, sin mucha repercusión en los medios de comunicación españoles se presentó el denominado Informe de los cinco presidentes. Se trata de un documento bajo el título: Realizar la Unión Económica y Monetaria europea, y que fue elaborado por Jean Claude Junker, él cualcontó además con la inestimable colaboración de Donald Tusk (Presidente de la Cumbre del euro), Jeroen Dijsselbloem (Eurogrupo), Mario Draghi y Martin Schulz. En el citado texto se contempla la creación de un Tesoro de la zona del euro y por ello contemplan que «de momento» los Estados europeos pueden continuar con las competencias en políticas fiscal y asignación de los gastos presupuestarios. La última frontera de la soberanía nacional que le queda a los Estados de la UEM. Pero aun así, el texto del Presidente de la Comisión Europea ya considera respecto de la fiscalidad en la euro zona que algunas decisiones deberán tomarse con mayor frecuencia de manera colectiva, y que por tanto el futuro Tesoro de la zona del euro podría ser el foro donde se tomen dichas decisiones colectivas. Después de la experiencia en Grecia, creo que ya sabemos como se toman las «decisiones» colectivamente y por donde camina la política del interés común, Alemania o su «porquero» dicta y el resto de Estados asiente. Además, el informe ya apunta por donde van las intensiones de las instituciones europeas en el medio plazo relativo a nuevos criterios de convergencias, cuando dice: Las normas comunes deberían centrarse principalmente en los mercados de trabajo, la competitividad, el entorno empresarial y las administraciones públicas, así como en determinados aspectos de la política fiscal (por ejemplo, la base imponible del impuesto sobre sociedades) (33).Se permiten una verbigracia, y ya señalan con nuevas reformas laborales, fiscales y privatizaciones en el sector público. Las reformas del impuestos de sociedades es el caballo de Troya en la política fiscal, se trata de la directriz ya marcada por el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE). El proyecto europeo actualmente dominado por fuerzas conservadoras que han convertido las instituciones comunitarias en un engranaje del capital donde la presencia de lobbys de los grandes grupos empresariales -como la European Round Table of Industrialists- no se esconde ni se disimula (34).
El viernes 31 de julio de este año, el Presidente Mariano Rajoy presentaba prácticamente su balance de legislatura, calificándolo a su juicio de un círculo virtuoso. Al considerar según él que la economía española está en la senda de la recuperación, contrariamente a los datos de estacionalidad, precariedad, alto desempleo y pobreza que vive parte de la población. Mariano Rajoy y su excelso equipo de gobierno insiste en las Cortes Generales y ante la opinión pública (cuando se deja ver en carne y hueso y no por medio de una televisión de plasma) que el Estado español no está intervenido por la Troika europea. Por tanto, los incesantes llamamientos de la Troika para que aplique Rajoy nuevas recetas laborales y reformas del sistema tributario, la consecución del superávit primario con el saldo positivo presupuestario antes del pago de intereses sobre la deuda, junto a las medidas austericidas y las actuaciones respecto a la política fiscal, así como la reducción del déficit público para asegurar el objetivo de estabilidad y equilibrio presupuestario. Son pues todas ellas decisiones autónomas que el mismo gobierno adopta con criterio propio y plagada de legitimidad. No vienen tales políticas a colación y al proceder o criterio de ningún ente, institución u organismo supranacional o internacional, sea BCE, Eurogrupo, Comisión Europea (CE) o FMI. Consiguientemente, Mariano Rajoy y el gabinete de ministros y ministras, secretarios de Estado, asesores y técnicos en materia de Economía y Hacienda Pública son los responsables de la «ingeniosa» reducción en los tipos impositivos. Véase I.R.P.F e Impuesto sobre Sociedades, posterior a una subida en el I.V.A. Una exacción fiscal el I.V.A que pagan todos por igual sin distinción de rentas o patrimonio, incluyendo la subida a las chuches (el mismo Rajoy cuando estaba en la oposición recriminaba al anterior gobierno socialista la subida del impuesto a las golosinas que compran los chavales).
Advierte el Presidente español a quien ose criticar o cuestionar tales reformas fiscales y tributarias que será los dichosos unos antipatriotas y radicales, aquél que no reconozca las bondades de la recuperación económica que se gesta amén de posibles supuestos parámetros e índices de crecimiento para 2016 y 2017. Por otra, Moncloa pronostica un pronunciado incremento del PIB, como ya expresamos gracias en «mínima» parte al trastocar su formulación e incluir en la configuración del mismo criterios de dudosa moralidad como el tráfico de drogas, la prostitución, el contrabando de tabaco y el juego ilegal (35). A lo cual quien cuestione el auguro gubernamental será como poco un euroescéptico y catastrofista, ya que introduciéndose en el PIB los beneficios de puticlubs y burdeles de la frontera de la Yunquera o los locales de alterne que pululan en la Costa del Sol malagueña, junto a las ganancias y parné de proxenetas, chulos, meretrices y chaperos que deambulan por los polígonos industriales (al fin y al cabo es la solución comercial que le queda a los parques empresariales y tecnológicos), pues estamos recogiendo en la contabilidad nacional una partida variopinta de los recursos propios más significativos que la UE impone a la hora de elaborar el indicador económico PIB. Una vez más, será poco menos que pájaro de mal agüero y un agorero aquél que no reconozca las virtudes de las reformas implementadas por el ejecutivo español pasadas, presentes y a futuro. Al negar la evidencia empírica de las cifras que soportan el papel y de la que Rajoy hace garbo en ágapes ante foros empresariales internacionales relativas a un soslayado crecimiento, nos demuestra además la escasa capacidad de empatía con la que cuenta el insigne mandatario. El gobierno nos presenta como un efecto positivo de su política económica el incremento estimado más optimista de un 2% del PIB para fines de 2015, pero en cambio dicha insignificante subida hay que precisar que se origina en un momento de cierta «manga ancha» en lo relativo por ejemplo a las contrataciones por parte de las administraciones públicas, por encontrarnos en periodo electoral, junto a ello un contexto internacional benévolo para las exportaciones y la llegada de turistas, con la devaluación del euro en primavera. Una voluntad ésta última a la que el gobierno central es totalmente ajena. Pero es que en primer lugar de cara a los comicios celebrados en Ayuntamientos y Comunidades Autónomas de 2015, y por celebrar a finales de año para la renovación de las Cortes Generales. En consecuencia, las Administraciones Públicas han elaborado y desarrollado una serie de bolsas de trabajo y planes de contratación de personal temporal, además de la convocatoria de oposiciones para algunos cuerpos de funcionarios y laborales tras varios años, todo lo cual ayuda un poco al aumento en el empleo y la actividad. En segundo lugar y más importante, la bajada del euro en la cotización, y la reactivación del consumo en los meses de verano fueron factores que a la postre también repercutieron positivamente en el PIB y la empleabilidad en sectores como el turismo. Entre uno de los ramos que más se ha beneficiado por la breve devaluación del euro fue la exportación de vehículos automóviles. Uno de los ámbitos que ha tirado más de la economía exportadora y que cuenta con numerosos estímulos estatales como los planes PIVE, que van ya por el 8º plan. Un sector, todo hay que decirlo, y no es criticar por criticar, en el que incluso las empresas de fabricación, comercialización y distribución de coches fueron multadas por la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC) por llevar a cabo un ejercicio de cártel. Al intercambiar el 91% de las empresas del sector información comercial entre ellas respecto a todo tipo de actividades. Unas sanciones que por seguro compensan el dinero ganado y defraudado por la actividad ilícita en un ámbito que recibe cuantiosas subvenciones y ayudas, al igual que la banca. Lo cual nuestro presidente debe desconocer a juzgar por el apoyo financiero al sector de la automoción.
Durante la crisis hay un regreso de capital desde la economía financiera ficticia a la economía productiva, ya que aquí ahora está de nuevo la plusvalía. La elevación de la tasa de ganancias radica en la capacidad del capitalista en convertir el trabajo (de otros) en capital suyo, plusvalía. La especulación no es un exceso o un error de la corporate governance; es una poción mágica contra el mal estructural del capitalismo, un remedio para contrarrestar la tendencia a la baja de la tasa de ganancia y ofrecer salidas a las masas de capitales que ya no encuentran rentable su inversión en la producción –siendo la explosión de las «burbujas» el precio que hay que pagar (es decir, que tienen que pagar los pueblos) (36). Por tanto, en una situación como la actual de desacelaración la falta de producción provocará una disminución de dicha tasa ganancial. Entonces, el capital tendrá que sustituir de alguna manera la carencia en la demanda, y se apoyará en el poder político para encontrar nuevos yacimientos gananciales. Ya sea trasladando su industria a otros países con gobiernos dóciles, sumisos y serviles, u obteniendo subcontratas o concesiones de antiguos servicios públicos, o con subvenciones o ayudas directas a la actividad empresarial. El mantenimiento de una empresa se solventará con la reducción de la fuerza laboral, entendiéndose los mismos trabajadoras/es en sí, el propio salario que perciben o el incremento del rendimiento laboral de éstos, como ya dijimos. Para ello el empresario capitalista se vale de dos herramientas, una intrínseca y la otra sería extrínseca. La primera consistiría en una inversión tecnológica para aplicarlo a la productividad en el trabajo, si bien algunos economista como Glugielmo Carchedi, Michael Husson (37), Michael Roberts (38) o Robert J. Gordon dudan que la inversión en tecnología supongan aumentos significativos en la productividad; de una parte por que la implementación de tecnología genera grandes costos que al final no compensan el ahorro que estos hacen suponer por la eficiencia en la fabricación o elaboración del producto, de la otra fragmenta a la sociedad ya que la maquina compite con el trabajador. Por su parte M. Roberts consideraque es la magnitud de la inversión de capital lo que propiciará la productividad. Robert J. Gordon (39) en cierta medida minusvalora los avances científicos de este siglo al confrontarlos con las innovaciones del siglo XIX y XX, como: la electricidad, agua corriente, calefacción o el carburante para los vehículos. Carchedi en cambio también rechaza esas mejoras tecnológicas pero a como consecuencia de una visión internacionalista, ya que a través de esta mayor eficiencia los capitalistas avanzados de un país sustraen plusvalía a los capitalistas tecnológicos menos desarrollados de otros países. Estos últimos con el fin de recuperar la plusvalía perdida, descargan los costes de su crisis sobre sus trabajadores (40). La segunda herramienta que no deja dudas a lugar, es en definitiva la convencional y la que se da habitualmente en el empresario capitalista. Es incentivar la competitividad entre los propios empleados (41) y se valdrá para ello del marco regulador jurídico de los derechos de los trabajadores que propicia el Estado a través de los niveles de empleo, la cobertura social existente y, hasta a suscitar la credibilidad y afiliación sindical presentes.
El ministro de Hacienda jalea la «buena nueva» que una bajada en el tipo impositivo sobre Sociedades reactivará el paupérrimo tejido productivo nacional, atraerá a que empresarios inviertan en el país. No obstante, las compañías y corporaciones a la hora de invertir en tal o cual territorio además de los incentivos fiscales y laborales que existan, también estudian y se preocupan por otras condiciones para colocar el caudal inversor a fin de obtener plusvalía. Como arquetipo son las condiciones sociales de los posibles empleados que contraten. Parece lógico pensar que en cuanto a las trabajadoras y trabajadores de un centro industrial o fábrica poseen unos aceptables servicios públicos propiciados por el Estado, luego en el caso de necesitar los trabajadores ayudas públicas por cualquier situación que requiera protección, dichas prestaciones no tendrán que ser asumidos por la empresa vía salarios. Ya que hay un Estado moderno con una aspiración asistencial que se manifiesta en la programación de una serie de derechos a las clases sociales, masas obreras, multitud o ciudadanía. Sin embargo, lo que puede ocurrir es que por el contrario en un futuro próximo la clase trabajadora se vea avocada a mayores reivindicaciones laborales y sociales, como la consecución de subidas salariales en pos a proteger derechos o adquirir mejoras, garantías del estipendio para lograr así los servicios de antaño y esenciales para la subsistencia, y que el Estado neoliberal dejó de prestar o propiciar. Es decir, a un empresario sensato le saldrá más caro en términos de conflictividad laboral y social, y aun al ejercito de reserva con el que dispone y cuenta el capitalista, invertir en un Estado que es contenedor de la población en lugar de uno que expulsa y condena a su propia gente. De igual manera le es menos rentable al empresario un empleado al cual con el salario y nómina que percibe y obtiene, tenga éste que hacer frente no sólo a gastos de manutención como alimentación, ropa y ocio, sino que a la vez el jornal debe dar para adquirir una vivienda (en régimen de precio libre, que no sea de VPO o Social), pensión (privada), sanidad (privada) y educación de pago. Todo ello tanto para el trabajador como para su familia, ya que el Estado se ha desecho, mercantilizado, privatizado o externalizado gran parte del sector público. En definitiva, el patrón que rige e importa el Estado español al reducir tanto los ingresos e inversiones estatales como con la desregulación de la economía real con las políticas del laissez faire, no es otro que el modelo norteamericano anglosajón neoclásico capitalista a modo de semejanza. Un paradigma basado en la eliminación de la regulación económica por un lado, la falsa competencia y engañosa libertad de mercado por la otra. En el que por sus contradicciones de mala gana radica falta de competitividad por parte de la economía norteamericana respecto de otras economías como la de los países emergentes (BRICS: Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), o la propia Alemania y países escandinavos, donde todavía en éstos últimos no ceja un restrictivo y limitado Estado del bienestar. Ya que no reniegan del todo a la procura existencial e intervención del Estado. Se pretende rizar el rizo imponiendo el nuevo Acuerdo Transatlántico de Comercio e Inversión (TIPP) y su reducción de barreras al capital y las mercancías provenientes de Estados Unidos, ampliando así el mercado común al otro lado del océano. Por el momento, el paquete de ajustes neoliberales está generando la caída del coste laboral y la privatización de lo público deseadas, pero la incidencia en la recuperación de capital está siendo mínima, con contadas excepciones sectoriales, tras 7 años de crisis (42).
El empresario en EE.UU debe pagar al obrero estadounidense un jornal que sufrague la futura jubilación de él a través de un plan de pensiones, la asistencia médica y, sanitaria privada en todos los miembros del hogar que tenga a su cargo, y también si es el caso debe cubrir la matrícula del/a hijo/a en las costosas universidades privadas y elitistas norteamericanas.
Partido Popular y PSOE (entre otros partidos como los nacionalistas vascos y catalanes) desean reengendrar un sistema capitalista en el Estado español que ya ha «petado» por la deuda financiera a terceros y que a su vez está más que agotado por la inoperatividad para resolver los problemas que genera la falta de redistribución de la renta y la riqueza. Además de por la insostenible situación medioambiental que propicia la sobreexplotación de los recursos naturales y humanos. Para resumir, se intenta ser en la pluralidad del Estado español más papista que el Papa, en sentido neoliberal, a la hora de arrastrar la economía nacional por dirección en la devaluación competitiva de las condiciones materiales del propio trabajador y por la reducción de los ingresos al conjunto del Estado vía gravámenes impositivos, con un «adiós» a quien más tenga sea el que más pague, de cara a eliminar de un plumazo la progresividad sobre Renta y Sociedades.
El Turismo es la baza y actividad económica fundamental que ha compensado habitualmente el resultado de la balanza comercial negativa por cuenta corriente tras el saldo del PIB nacional en bienes y servicios del Estado español, aunque los datos de empleabilidad del sector se reduzcan año tras años. El ministro de Economía sabe muy bien que si la economía avanza o crece en algo el PIB es en gran medida por la estacionalidad y potencial de la industria del Turismo de sol y playa presente en el país, y que pese a ello hay una reducción en la cifras de empleo vinculadas al ramo. Unido a una coyuntura geopolítica a consecuencia de la conflictividad e inseguridad en países con los que rivaliza como Túnez, Egipto o Turquía. Se suma a todo una creciente deflación en los precios al consumo lo cual hace a España atractiva competitivamente como destino turístico preferente. Una competitividad sobre la reducción de precios y derechos laborales con respecto a la región del Magreb, «el adversario». Los turistas que llegan a España se alojan en hoteles a pensión completa, vienen en vuelos low cost para el botellón y la borrachera fácil, el sexo de pago barato, y buscan chutes de flakka, quetamina o speed. Es el Turismo que más se está extendiendo y se encuentra en continúa expansión cada verano. Lo vemos en los noticieros cuando se refieren a Magaluf pero ocurre con demasía desde hace años en Salou, Benidorm e Ibiza, y en la Costa del Sol. Vamos hacia una nueva versión zombie caníbal de la ruta del Bakalao de los años 90. Parece que de aquéllos polvos ahora estos lodos en lo turístico pero también en lo urbano y medioambiental. Hay un litoral megaurbanizado con disparates ecológicos como un superhotel en El Algarrobico, Almería, en pleno Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar. Una costa enladrillada y asfixiante en la vertiente mediterránea con playas y una costa cada vez más sucias y degradadas por lo vertidos de aguas fecales y residuales de ciudades temporeras, y además de por los desechos de Cruceros, transatlánticos y megabarcos que surcan los mares contaminados y atracan en los puertos marítimos para el disfrute ocasional y efímero del verano.
España posee una tasa de paro entorno del 22,37% sobre la población activa, con un porcentaje de cobertura por desempleo del 56%, 770.000 hogares no cuentan con ningún tipo de ingresos, los suicidios aumentan (43), en los jóvenes el desempleo alcanza el 55% y en colectivos como el de discapacidad la tasa de paro es del 70%. En dependencia, más de 100.000 personas han muerto esperando la asistencia pública. Unas cifras que nos retrotraen a rememorar tiempos de una posguerra en datos macroeconómicos pero también de migración, miseria y marginación. Un informe de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) alerta sobre la brecha entre ricos y pobres como factor de la desigualdad en España, donde el 1% de los españoles más ricos concentra el 70% de la riqueza de los más pobres. Asimismo, en función a los estudios que proporciona el Instituto Nacional de Estadística (INE) a través de la Encuesta de Condiciones de Vida (ECV) y por entre otros La Caixa o Cáritas (un banco y una ONG nada sospechosas de antisistema o de extrema izquierda) 1 de cada 4 españoles es pobre y 1 de cada 3 niños también se encuentra en la pobreza y exclusión social.
Mientras tanto hay que tener presente que los bancos españoles muestran formidables márgenes de beneficios en sus saneados balances financieros así como en el rendimiento de sus cotizaciones bursátiles, algo que no es lógico y no se entiende en un momento de contención en el gasto, y en el que las empresas y familias cuentan con menos dinero para destinarlo al ahorro, a no ser que la maximización de beneficios se deban al cuantioso auxilio prestado por los gobiernos a la banca. Tenemos que recordar que recibieron las ayudas del Estado (en la que todos/as participamos como contribuyentes) bajo la escusa de que la banca era demasiado grande para quebrar y que era lo mejor ayudarla porque si no perderíamos los ahorros allí depositados. Pues ahora entonces hay que realizar un llamamiento a tomar conciencia de que estos bancos y empresas deben ser considerados «demasiado grandes como para permanecer privados» y deben, por el interés común, ser controlados por la colectividad en vistas a una planificación democrática en tanto que bienes públicos dotados de una misión de servicio público (44). El profesor Vincenç Navarro en uno de sus artículos acerca del papel de las entidades financieras a lo largo de finales del pasado siglo y comienzos del XXI, nos relataba como las políticas que implementaron los presidentes Margaret Thatcher y Ronald Reagan cuando gobernaban en Reino Unido y EE.UU. respectivamente, provocaron que mediante sus reformas laborales vía reducción de salarios y despidos para atajar la recesión de la década de los 80, unido a una concentración de las entidades financiera cada vez mayor, originó que las familias obtuvieran menos renta salariales y se endeudaran por ello cada vez más rápidamente. Asimismo la aparición del euro, la bajada en las tasas de interés en los países periféricos de la UEM, la especulación inmobiliaria, y la connivencia entre un poder económico y uno político, a la que añadiríamos de cierta patología de «promiscuidad» endogámica por parte de nuestros gobernantes para con las entidades financieras, ha agravado todavía más la precedente situación. No hay ninguna duda de que si los bancos fueran instituciones instituciones públicas, a las que se exigiera que cumplieran con su función social, el problema del crédito se resolvería. Esta es la razón de que la inmensa mayoría de países tenga amplios sectores bancarios públicos, siendo España uno de los que lo tiene menos desarrollado. Y ello como resultado del escandaloso maridaje entre los grandes bancos y el poder político, causa del problema (45).
La falta de coordinación entre la política fiscal y monetaria está socavando cualquier posibilidad de una racional salida a la crisis. El actual estancamiento se debe a problemas como el sistema de producción en el que estamos inmersos que tiende a la sobreproducción y a su regulación vía reducción de salarios o empleos, y en el convencimiento que a través de ello es el único escape posible a la desacelaración. Junto a la carencia de liquidez del euro que proviene desde la oferta monetaria en la que se ubicaría como responsables grandes bancos y poder político instrumentalizado en el BCE. Ya que el crédito es el vehículo necesario para activar la economía. Pero por otra parte está la falta de solvencia probada de antiguas cajas, empresas y familias, es aquéllo que también impide la circulación monetaria, y todo sea lo difícil de casar, el compatibilizar los beneficios de unos pocos con el paupérrimo derecho a la existencia de unos muchos. Y pese a todo nos encontramos en un momento crucial con revaluaciaciones y devaluaciones en las divisas internacionales, y al anunciar la Reserva Federal norteamericana que subirá los tipos de interés, lo cual puede ser un empujón más para la llegada de acuerdos europeos que impriman recortes sociales bajo la mano por ejemplo de la firma de un tercer «rescate» a Grecia, y que tendrán su contrapartida con una ola de protestas ante las nuevas reformas, como los que se apresta el gobierno español, y que ya preparó leyes como la ley mordaza contra las manifestaciones que puedan suceder ante el rechazo a los mismos ajustes. Sólo apelando a la organización y la lucha de los/as trabajadores/as se podrá poner freno al ciclo de políticas que nos aproximan en la creencia del único poder del dinero, que evidencia una tendencia autodestructiva del capitalismo como sistema y al neoliberalismo como valedor económico político.
Notas al pie:
(1) TFUE (UE) (2012): Versiones consolidadas del Tratado de la Unión Europea y del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea. P 109-110. Disponible en http://eur-lex.europa.eu/legal-content/ES/TXT/PDF/?uri=OJ:C:2012:326:FULL&from=ES:PDF Consultado 15/1/2015.
(2) Phoebus Athanassiou (BCE) (2009): Withdrawal and expulsion from de UE and EMU, Some reflections. ECB. En revista: Legal working paper series, nº10 / december 2009. p 39-42. Disponible en: http://www.ecb.europa.eu/pub/pdf/scplps/ecblwp10.pdf Consultado: 29/2/2015.
(3) Clavero Sánchez, A (Eumed) (2015): “El dilema griego. Una Europa desigual o dos monedas con diferente criterio social”, Revista Contribuciones a las Ciencias Sociales, n. 27 (enero-marzo 2015). Disponible en línea: http://www.eumed.net/rev/cccss/2015/01/grecia.html
(4) Seminari d'economia crítica Taifa (2014): “Desentrañando la Unión Europea”. En revista Informes de Economía Crítica nº10. Disponible en http://informes.seminaritaifa.org/informe-10/ Consultado en 1/08/2015 a las 00:12.
(5) Chesnais, François (2007): “El fin de un ciclo. Alcance y rumbo de la crisis financiera”. En revista Laberinto nº26-27, 2008, p 69-85.
(6) Sarmiento, Clara (2015): “¿Guerra de divisas?”. Disponible en https://www.dirigentesdigital.com/pda/articulo/economia-y-empresa/224618/guerra/divisas.html Consultado 9/08/2015 a las 11:21
(7) Gill, Louis (2011): “La crisis monetaria y financiera mundial (Introducción)”. En revista Laberinto, nº36, 2012, p 31-38.
(8) Banco Central Europeo (BCE) (2015): Cuadro. Disponible en https://www.ecb.europa.eu/stats/monetary/rates/html/index.en.html Consultado 1/08/2015 a las 17:21.
(9) BCE (2015): Nota de prensa, El BCE anuncia la ampliación de su programa de compra de activos. Disponible en: https://www.ecb.europa.eu/press/pr/date/2015/html/pr150122_1.es.html Consultado 28/07/2015 a las 17:08
(10) Herrrera, Remy (2011): “Reflexiones sobre la crisis”. En revista Laberinto, nº36, 2012, p 17-30.
(11) Garzón, Eduardo y Martinez, Carlos (Economía Crítica) (2015): “Los bancos no necesitan reservas para conceder créditos” Disponible en http://www.economiacritica.net/?p=4383#more-4383 Consultado 7/08/2015 a las 23:32
(12) Rey, David (Lucha de Clases) (2015): “Economía ¿qué puede resolver la Expansión Cuantitativa?”. Disponible http:/www.luchadeclases.org/economia/europa/2136-2025-04-20-17-05-53.html en Consultado 8/08/2015 a las 12:43
(13) Gordillo, Iván (2015): “El proyecto europeo, una perspectiva histórico económica”. En revista Laberinto nº44, 2015, p 9-19.
(14) Vasapollo, Luciano (2006): “La «Estabilidad» contraria al trabajo: una imposición de la mundialización capitalista”. En revista Laberinto nº24, 2007, p 92-96.
(15) Carchedi, Glugielmo (2012): “Desde la crisis de la plusvalía a la crisis del euro”. En revista Laberinto, nº43, 2015, p 63-81.
(16) Dierckxsens, Win (2015): “Después de Grecia; ¿Estado global o Rebelión Mundial?”. Disponible en: http://mariwim.info/?p=35 Consultado 31/07/2015 a las 16:14.
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