"Contribuciones a la Economía" es una revista
académica con el
Número Internacional Normalizado
de Publicaciones Seriadas
ISSN 1696-8360
David Castells (*)
dcastells@hotmail.com
RESUMEN
Cómo podemos relacionar el desempeño de las empresas en términos de eficiencia con la actual situación de crisis económica? Puesto que el crecimiento económico y el bienestar general no dejan de ser resultado del buen desempeño de los agentes productivos de una economía, analizando como cada empresa e industria alcanza, o deja de hacerlo, las diferentes facetas de eficiencia podemos ver el papel que estas juegan como parte de las causas y soluciones a la crisis.
BRIEFING
How can we relate the performance of companies and industries in terms of efficiency with the actual situation of economic crisis? As economic development and general welfare does not stop being the result of good performance of the productive agents of an economy, analyzing how each company and industry reaches, or does not, the different forms of efficiency we can see the roll that these play as part of the causes ans solutions of the crisis.
PALABRAS CLAVE: Eficiencia, Crisis, Crecimiento económico, Bienestar
Para citar este artículo puede utilizar el
siguiente formato:
Castells, D.:
"Eficiencia y crisis"
en Contribuciones a la Economía, junio 2009 en
http://www.eumed.net/ce/2009a/
Cuáles son las causas de la crisis mundial que atravesamos hoy por hoy? Cuanto va a durar? Cómo saldremos de ella? Ninguna de estas preguntas tiene una respuesta única. Las causas son variadas y complejas y las segundas dos preguntas son interdependientes. La crisis durará lo que tenga que durar dependiendo de las acciones que tomemos para afrontarla. Y como aunque la crisis es global pero la política económica sigue siendo mayoritariamente nacional, la crisis es y será más dura, será más o menos larga, en unos países y regiones que en otros.
Para afrontar la crisis, en una economía globalizada, son fundamentales medidas económicas internacionales, pero igualmente políticas económicas dentro de cada país según sus características y principales desafíos. Políticas de creación de empleo, inversión en infraestructuras, educación y capacitación, fomento de las exportaciones, etc.
Paralelamente, a nivel industrial y empresarial podemos encontrar algunas de las causas y soluciones de nuestra presente situación, de relevancia en la mayoría de las regiones del mundo.
Hemos vivido durante décadas la expansión del capitalismo y nuestros sistemas económicos se han regido por sus leyes. Dentro de nuestro sistema actual los motores de la economía son las empresas. A ellas debemos el crecimiento (con todos sus beneficios y perjuicios) y también la actual falta de este. Las empresas e industrias en general funcionan a largo plazo si son eficientes. Si no lo son, tarde o temprano, éstas y la economía en general se resiente.
Se ha hablado mucho de la irresponsabilidad de muchos bancos y empresas multinacionales durante las últimas décadas como determinantes significativos de la actual crisis. Cómo?
En economía hablamos de básicamente 4 tipos de eficiencia: la eficiencia técnica, la eficiencia económica o asignativa, la eficiencia dinámica y la eficiencia gerencial o eficiencia x. Una economía funciona adecuadamente, y sus ciudadanos sacan el mayor provecho de su trabajo y recursos, cuando sus empresas e industrias alcanzan la eficiencia, en sus cuatro sentidos. Cuando existe ineficiencia, y esta es cada vez peor, no solo las empresas no dan sus mejores resultados, sino que la sociedad en su conjunto sufre pérdidas de bienestar; la producción y el consumo son menores de lo que podrían ser.
La salida a la crisis económica mundial pasa por la recuperación de la eficiencia, a escala empresarial, industrial, nacional y global.
La eficiencia técnica hace referencia a las escalas de producción mínimas eficientes. La producción eficiente de algunos bienes y servicios requiere una capacidad por debajo de la cual las empresas afrontan costos medios más elevados. Hablamos de escala de producción y también de mínimos de inversión requeridos. A nivel empresarial, como a nivel de infraestructuras nacionales e internacionales. Infraestructuras que conecten los sitios de producción con los mercados, que reduzcan los costos de exportación y por tanto mejoren la competitividad de un país.
La eficiencia económica se alcanza cuando los factores de producción se asignan de forma que se consigue la mayor producción posible. Factores como capital físico y humano. Se alcanza cuando producimos las cantidades óptimas que la sociedad demanda a un precio óptimo (similar al costo de producción). En una economía de mercado esto depende normalmente de una libre y sana competencia y suele perderse con la existencia de “fallos del mercado” (como monopolios) no regulados. La eficiencia económica depende también de que aprovechemos al máximo la formación y capacitación de las personas, de que invertamos nuestros recursos en aquello que realmente genera beneficios al conjunto de la sociedad. La eficiencia económica existe cuando lo que pagamos por los bienes y servicios no está alejado de lo que cuesta producirlos. Lo cual había dejado de suceder en muchos sectores (sin ir muy lejos el inmobiliario en España) y para lo cual la actual crisis juega un papel “medicinal”, acercando los precios a los costos de producción.
La eficiencia dinámica depende directamente de nuestro esfuerzo como sociedad, y del de cada empresa en sus procesos de producción, en conseguir hacer cada vez más con menos. Para ello es fundamental la I+D, pública y privada, la absorción de nuevas tecnologías, el surgimiento de nuevas ideas. La eficiencia dinámica hace referencia al desarrollo tecnológico; cuando los mismos factores de producción consiguen una mayor producción.
Por último, y en este artículo la que más nos interesa, la eficiencia gerencial, pasada normalmente por alto, en la actual época de crisis toma gran relevancia por su ausencia. En términos técnicos se habla de ineficiencia x (x-inefficiency), y aparece cuando los costos marginales a largo plazo de una empresa o industria son cada vez más elevados en comparación a los costos medios. Es decir, sucede cuando una serie de recursos productivos no consiguen el máximo rendimiento, pero en este caso –a diferencia de la ineficiencia asignativa- sucede por que las empresas asumen costos innecesarios.
Las empresas, a medida que crecen, adquieren costos crecientes. El problema radica cuando esos costos, medidos en ratio de producción, crecen de forma innecesaria. Hablamos de costos variados que pueden ir desde costos administrativos o burocráticos internos no controlados, hasta costos directamente desconectados con la producción como coches de lujo para sus empleados y directivos, despachos perfectamente decorados, cenas “de trabajo” en los restaurantes y bares mas caros, etc. Estos costos terminan siendo reflejados en los precios y no solo generan ineficiencia sino desigualdad, pues son asumidos por la sociedad en su conjunto mediante el consumo y sus beneficiarios (en este caso altos directivos) son pocos. Cuando los consumidores tiene que pagar más por un bien o servicio que debería ser más barato esto les impide gastar en otros sectores, así la demanda agregada se resiente, con sus directos efectos adversos sobre el empleo.
Si los mercados fueran de libre acceso, las empresas ineficientes gerencialmente terminarían siendo desplazadas por otras más competitivas. Lo que sucede es que la ineficiencia gerencial suele florecer en mercados de monopolio u oligopolio o con barreras de entrada significativas. Barreras que pueden venir de restricciones a la importación, estrategias empresariales “depredadores”, protección oficial, necesidad de permisos o licencias difícilmente obtenibles (en algunos sectores casi solo mediante soborno, y no es sorpresa), etc.
Así mismo, esas barreras que protegen empresas ineficientes impiden que otras extranjeras puedan acceder a nuevos mercados y crecer. Se genera por tanto un efecto de contagio internacional.
Paralelamente, los gastos extra de las empresas no generan demanda añadida real ni mayor empleo significativo dentro de la economía por la naturaleza de los bienes adquiridos.
Al igual que con la ineficiencia económica, un síntoma clave de ineficiencia gerencial es la escasa relación entre los costos técnicos y tecnológicos eficientes de los bienes y servicios y sus precios de mercado.
Escuchamos cada día que muchos bancos y empresas entran en bancarrota y han de cesar sus actividades o ser “rescatadas” por el gobierno (entiéndase el conjunto de la ciudadanía que paga impuestos). Cada caso es particular y las razones diversas, pero en muchos de ellos, en menor o mayor medida, la ineficiencia gerencial ha jugado un papel. Son interesantes los casos de empresas ahora incapaces a hacer frente a sus obligaciones cuando durante años sus directivos han tenido, y siguen teniendo, sueldos y bonificaciones extraordinarias y extravagantes.
La administración estadounidense del presidente Obama exige ahora, y bien hace, la renuncia de varios directivos de empresas “rescatadas” y la congelación o bajada de sus sueldos. Pero la problemática no es propia solo de EEUU. En Europa y la mayoría del mundo la situación ha sido similar en diversas industrias y empresas. Hoy por hoy, en muchos de los sectores de libre competencia, las empresas que están teniendo un mejor desempeño son precisamente aquellas que han sabido administrar eficientemente sus costos.
Las empresas han de replantearse su desempeño en términos de eficiencia. Tienen que revisar sus costos, asumir la tarea de eliminar aquellos que están lejos de ser necesarios. Las empresas han de recuperar su responsabilidad y su papel como corazones de la economía. El estado juega un papel fundamental en la salida a la actual crisis, pero es el sector empresarial al que le toca ahora revisar sus estructuras, asumir sus fallos y plantear mejoras que empiezan por casa, recuperando la eficiencia que han perdido.
En aquellos sectores donde, por una u otra razón, una empresa sufre de ineficiencia gerencial y esta protegida de competidores, el sector público debe promover la libre competencia. En el caso de sectores básicos, como servicios públicos o financieros, frente a la ineficiencia privada el gobierno debería retomar el control o favorecer un cambio de gerencia.
Lecciones para el mundo en desarrollo
Un análisis del desempeño en términos de eficiencia es relevante en el mundo desarrollado, cuna de la actual crisis económica global, pero lo es también en el mundo en desarrollo, que desafortunadamente, y como en otras crisis, es el que termina sufriendo las peores consecuencias. Las posibilidades de los países menos desarrollados de conseguir un desarrollo sostenido, que mejore las condiciones de sus ciudadanos, dependen directamente de la capacidad de sus empresas y economías de conseguir mayores niveles de eficiencia en los varios sentidos que se han explicado. Es decir, en alcanzar niveles de inversión (en infraestructuras, capital, educación, etc) que permitan niveles de producción técnica y tecnológicamente eficientes (en lo cual juega un papel decisivo el acceso a mercados suficientemente grandes capaces de absorber esa producción a escala). En asignar y aprovechar sus recursos de forma que incrementen de la mayor forma el bienestar general. En reducir la burocracia y los gastos innecesarios, de empresas y entidades públicas, que no hacen más que reducir la competitividad y capacidad de exportación del país, para que la actividad económica se desarrolle eficientemente y en provecho de la toda la sociedad.
* Licenciado en Ciencias Económicas por la Universidad Autónoma de Barcelona. Ha estudiado también en la Universidad de Los Andes en Bogotá. Es Diplomado en Relaciones Internacionales y Master en Estudios para el Desarrollo. Durante los últimos años ha investigado sobre la persistencia de la pobreza y sobre el desarrollo sostenible en el mundo en desarrollo.