"Contribuciones a la Economía" es una revista
académica con el
Número Internacional Normalizado
de Publicaciones Seriadas
ISSN 1696-8360
Ariagnis Camellón Pérez
Universidad Central Marta Abreu de Las Villas Santa Clara, Cuba
ariagnis@uclv.edu.cu
De manera muy singular podemos afirmar que la noción de desarrollo se ha
convertido en más que una moda, en un interés desde el siglo XIX, de
intelectuales, economistas políticos y sociólogos, se han preocupado por el
provenir de la sociedad, acuñando diferentes términos que giran alrededor de la
concepción de desarrollo.
Estas conceptualizaciones se han materializado en contextos históricos-sociales concretos, premiados de posiciones ideológicas y al mando de intereses de la clase en el poder.
Para nada se está frente a un concepto acabado, sino que a lo largo de la
historia universal, se ha convertido en centro de formulaciones y
reformulaciones que dejan por sentado la importancia, el interés y la actualidad
del tema. El crecimiento y el progreso, en alguna medida han acompañado esta
concepción. Resulta importante destacar que todo crecimiento no implica
desarrollo, tanto el progreso como crecimiento deben estar respondiendo a todas
las ramas dinámicas y claves que garanticen autosostenibilidad, analizándolo
también en las forma de distribución de lo producido y en la forma de superación
de las desigualdades económicas y sociales que el propio desarrollo capitalista
impone.
Para citar este artículo puede utilizar el
siguiente formato:
Camellón Pérez, A.:
"Reflexiones sobre las principales elaboraciones teóricas con relación al desarrollo" en Contribuciones a la Economía,
marzo 2009 en
http://www.eumed.net/ce/2009a/
Si el concepto de desarrollo ha llegado a convertirse en una palabra fetiche, no es porque describa con precisión una categoría coherente de fenómenos socialmente relevantes, sino porque siendo uno de los conceptos del siglo XX, más densamente imbuidos de ideologías y prejuicios, ha venido actuando como un poderoso filtro intelectual de nuestra percepción del mundo contemporáneo (1).
Las condiciones históricas concretas caracterizan procesos de crecimiento y desarrollo de diversas regiones. El desarrollo no prolifera de manera abstracta sino que la expresión de desarrollo es palpable para determinados grupos sociales en relación con un par categorial imprescindible: tiempo y espacio. Por tanto hablar de desarrollo no es hablar de manera general de un fenómeno que ha mantenido una evolución sin precedentes y sino todo lo contrario este proceso se enfrenta a problemas económicos, procesos de migración, cambios estructurales, problemáticas demográficas y religiosas entre otras que necesariamente conllevan a crisis y en la forma de superarlas encontramos las manifestaciones más fehacientes del desarrollo.
Existen diferentes estudios y enfoques que enmarcan el proceso de evolución de este concepto desde diferentes posturas y ciencias. Mayra Espina (2) por ejemplo realiza una periodización donde enfatiza en 5 etapas por las que atraviesa la construcción de este constructo, Walt Rostow también analiza esta evolución de manera histórica enfatizando en cinco estadíos de una secuencia evolutiva de todas las sociedades del planeta, pero resulta peculiar el libro de Viola, aunque no realiza una periodización propiamente dicha si analiza las posturas que han abordado esta temática en su evolución histórica. Resultaría injusto no aclarar que estos estudios salen del análisis economicista o puramente histórico, es importante comprender el fenómeno en sus relaciones múltiples, por lo que resultan novedosos y para nada desacertados estos antecedentes para nuestra pesquisa, que tiene como objetivo una reflexión breve sobre el recorrido histórico y los principales elementos que han caracterizado esta construcción a lo largo de la historia.
Muy atinado con este análisis resulta la reflexión sobre las ideas o supuestos fundamentales en los que se sostuvo el desarrollo por lo menos en sus inicios:
a) El economicismo
b) Eurocentrismo
Recorrido histórico por las concepciones de desarrollo: Visiones economicistas
El desarrollo se puede considerar desde el siglo XIX como principio organizador de la vida social. Por lo que sus raíces las podemos encontrar desde mucho antes, en los anales de la historia.
Son los economistas políticos los que primero abrazan las concepciones de desarrollo, entre los pioneros están Adam Smith y David Ricardo, el primero se conoce como el economista del desarrollo, (que en 1776 escribe el Primer tratado de desarrollo económico La Riqueza de las Naciones (3), donde se encuentra un interés de sistematizar este tipo de estudio).
Para él la concepción de desarrollo intervienen otros factores más allá de la acumulación de capital como son entre otros el crecimiento de la población, la expansión territorial, (hoy la expansión es un elemento que ha dejado de ser decisivo, los grandes latifundios que en su momento jugaron un papel determinante, hoy es solo historia lo importante es tener los medios de producción y saber aprovecharlos, la economía norteamericana está sustentada por las grandes compañías y trasnacionales donde su sostén no son las grandes extensiones de tierra), el aumento de la producción, la división del trabajo y la especialización entre otros.
Hoy se puede cuestionar a qué concepción de desarrollo se refiere, qué sentido le impregna, a qué intereses responde, pero sin lugar a dudas muchos de estos argumentos suscitaron las ideas de sociólogos clásicos como Comte, Durkheim, que consideraban elementos claves a la especialización, la división social del trabajo, entre otros que están en correspondencia con la teoría de los más grandes clásicos, ahora, de la economía política.
Además es importante destacar que la sociología británica en la primera década de 1800 se basaba en algunos postulados de Smith (4) (analizados más adelante en este trabajo). Ambos (Smith y Ricardo) concibieron al capitalismo como el sistema de desarrollo que enterraría al decadente orden anterior y se afianzaría, como el único sistema potente, duradero, firme e inmutable, hoy resulta muy cuestionables estos supuestos, ante una crisis sistémica.
Thomas Malthus, es otro autor destacado y no mencionarlo sería una deuda con la historia, aunque sus axiomas giraban alrededor de dos variables fundamentales y no del desarrollo propiamente dicho, solo al lograr converger este binomio se llegaría al objetivo último: una sociedad en progreso, con desarrollo. Para él el crecimiento de la población y producción de alimentos coexistían como dicotomía. El crecimiento de la población resultaría un obstáculo para el crecimiento, obviando por tanto el papel de la tecnología. Tanto le preocupaba este par categorial que en su obra se encontraba la solución más desacertada y temible.
En la obra de Marx se encuentra una crítica a las ideas de los anteriores autores citados, predijo períodos de crisis de sobreproducción y sobreacumulación, dándonos luces acerca de ese “eterno sistema” que parecía el capitalismo, según Smith y Ricardo. Marx situaba como única salida que superaría este orden: a la lucha de clases, donde al proletariado le correspondía un rol protagónico. No están guardados en gavetas estos principios, el sistema no es eterno, hoy vive una dura crisis y muchos se apresuran a promulgar la decadencia del sistema.
Desde la concepción marxista se expresa que el desarrollo se representa en forma de espiral donde en momentos de crisis aparece un nuevo salto y supera el actual orden de cosas conllevando al crecimiento, desarrollo, superación.
Estas concepciones posteriores o anteriores a Marx (5) perciben al desarrollo desde una visión economicista, sustentando los intereses de la clase que los respalda. A la zaga encontramos otros autores que si un elemento caracterizaba su noción era el evolucionismo.
¿Desarrollo lineal o cíclico?, ¿evolución social o inversión económica?: la tradición sociológica “clásica”
Fue entre 1809 y 1859 que Darwin concibió la evolución de la concepción de desarrollo: como una transformación que se movía hacia la forma de ser apropiada, hasta otra de transformación en que el movimiento era hacia una forma cada vez más perfecta. Durante este período los científicos comenzaron a utilizar los términos evolución y desarrollo de manera intercambiable (6).
En estos años se produjo la transferencia de la metáfora biológica a la social, uno de los pioneros en asumirlo así fue Herbert Spencer (7). Negaba una evolución lineal del desarrollo, lo que puede resultar cuestionable por sus ideas de evolución de las sociedades militares a industriales (8). Sus teorías consideraban necesario que la vida social se desarrollara libre de todo control externo, dotando entonces a esas relaciones de cierto liberalismo y una concepción de la doctrina laissez-faire. Aquí el papel del Estado esta subsumido, esto tenía su explicación con los intereses que defendía, donde cada teoría tiene detrás un trasfondo ideológico que no está a la zaga.
Spencer compartía con Comte, una concepción evolucionista del desarrollo histórico a pesar de que Spencer criticaba la obra de Comte(la ley de los tres estadíos, pensaba que Comte se había conformado con analizar la evolución del reino de las ideas), Spencer por su parte desarrolló una teoría de la evolución del mundo real y material, a partir del desarrollo de la sociedad industrial, que requería de crear grandes agregados de personas que se basaba en el altruismo, la especialización, en el reconocimiento de los logros personales y en la cooperación voluntaria entre individuos altamente disciplinados. Esta sociedad se mantiene unida mediante una fuerte moral común (9). Aludía que las sociedades modernas industriales tienen menos propensión a la guerra que sus predecesores militares, ofreciendo su idea de evolución de la sociedad. Por una parte considera que la sociedad progresa hacia un estado moral-ideal o perfecto. Por otra considera que las sociedades más aptas sobrevivían mientras se dejará morir a las sociedades no aptas (10).
Desde el punto de vista de Spencer, la sociedad se dirigía gradualmente hacia un progreso cada vez mayor, teniendo como similitud la idea de corsi-ricorsi, donde una sociedad puede desarrollarse pero en determinados momentos o períodos volver hacia atrás, esta idea está basada en la concepción de Gaetano Mosca (11). Spencer no creía que la evolución social fuera inevitable y unilineal, es decir la evolución no tiene por qué ocurrir forzosamente y no siempre se mueve en una única dirección (12). En este sentido decía que todos los fenómenos inorgánicos, orgánicos o superorgánicos (o societales), experimentan evolución, involución o disolución. A pesar de su fe en la evolución, admitía que de un modo dialéctico y cíclico el proceso de disolución complementaba el proceso de evolución. Sobre esta cuestión Spencer afirmaba que: Las fases de composición y recomposición deben atravesarse sucesivamente. Ninguna tribu llega a ser una nación debido a un crecimiento simple, y ninguna gran sociedad llega a constituirse mediante la unión directa de las más pequeñas sociedades (13).
Decía Spencer más adelante:”Necesitamos tener en cuenta, no solamente la naturaleza primitiva de los individuos y de la naturaleza primitiva de la sociedad. Las unidades sufren incesantemente modificaciones que se superponen, y después de haberlas sufrido, siguen acumulando continuamente modificaciones de estructura social sobre modificaciones primitivas. Finalmente, esta cooperación del individuo y de la sociedad, se convierte en una causa poderosa de transformación para el uno y para la otra (14)”.
Según Franklin E. Giddings en Principios de Sociología (15), Spencer realizó grandes esfuerzos por demostrar que el progreso ético y el bienestar humano, están condicionados por esta organización funcional de la sociedad, preparando así el camino para una concepción de la sociedad como un medio de perfeccionar la personalidad humana (16).
Desde esta idea el desarrollo no se concibe de manera lineal, ni unidireccional, y mucho menos como un proceso simple; marcando un punto de partida y diferencia con otros clásicos de la sociología que no perciben este movimiento. Sin embargo la sociología respirada hasta entonces estaba orientada hacia el evolucionismo, donde la obra de Spencer es fundamental.
De manera intencional se hizo mención a otro de los grandes clásicos de la sociología Agusto Comte, conocido por muchos como el padre de la Sociología, hace un análisis evolutivo, donde, la ley de los tres estadíos es la mayor manifestación de su teoría. Comte centra su atención en el uso de un par categorial muy recurrente para la sociología: el término estática social, en un sentido retórico, lo utilizaba para demostrar el orden y la dinámica social, para señalar el progreso, el cambio y el avance. En este sentido concibe la idea de desarrollo, un poco estático y frívolo, ofreciendo una interpretación lineal del fenómeno.
Emile Durkheim no escapa de este análisis, su diferencia radicaba en que ubicaba el crecimiento de la población como catalizador del paso de las sociedades menos especializada, caracterizada por la solidaridad mecánica y la poca división del trabajo a la sociedad más especializada y complejizada, con elevada división social del trabajo y como rasgo fundamental estaba la solidaridad orgánica.
De manera general estos elementos marcan el paso de las sociedades tradicionales a las modernas. La solidaridad mecánica característica de las sociedades tradicionales y la solidaridad orgánica estaba manifiesta en las sociedades modernas.
Bajo esta misma concepción se sustentaba la idea de Ferdinand Tönnies, su idea fundamental consistía en contraponer los conceptos, nexos y relaciones comunales (gemeinschatfliche) por un lado y las sociales (gesellschaftliche) por otro.
Tönnies revelaba que las estructuras comunidad y sociedad se suceden en el tiempo en este orden y solo en éste, justificándolo como dos etapas de la realidad social. Con su modelo mecanicista concebía entonces que la comunidad debiera trasformarse en sociedad, la sociedad procede siempre de la comunidad, haciendo énfasis en que este proceso nunca deberá facilitarse de forma reversible.
Estas concepciones revelan que Tönnies, distingue el desarrollo de manera lineal, unidireccional, buscando una evolución de un tipo de sociedad a otra, considerada por él superior, y nunca se aprecian retrocesos, sino que este proceso es inquebrantable, su idea es compartida con otros sociólogos (Comte, Durkheim), pero evidentemente representa un paso hacia atrás en el pensamiento clásico.
La idea de ética protestante y el espíritu del capitalismo propuesta por Weber, no asumió una posición muy diferente, por lo menos en términos de desarrollo, aunque es válido reconocer que la postura evolucionista no reinaba en estos postulados, la idea de Weber estaba encaminada al hombre inversionista rasgo que prevalece en las ideas economicistas.
Weber exponía sus ideas sobre el hombre de esta nueva sociedad, donde la ganancia de dinero solo se lograba a partir de la inversión. Para él muchos estaban condenados a no tener nada por el simple hecho que gastaban lo que tenían, de esta manera no invertían, por lo que esta situación era irreversible para aquellos que malgastaban el dinero. Para él la inversión representaba la virtud del trabajo y ésta la virtud moral.
Sobre esta misma idea establece una clara identificación entre el espíritu y la ética en el sistema, donde se sepultaría la religión católica, fuertemente abrazada por el anterior orden social. Lo que nos revela la intencionalidad de buscar ganancias a partir de una nueva fe, caracterizada por el sentido egoísta y el hombre inversionista, “emprendedor”, el hombre capitalista, respaldado por una fe muy conveniente que no le importaba dejar a un lado a un segmento de la población.
Sobre la idea de que una sociedad más simple evolucione a otra más compleja estructuralmente están basadas las anteriores reflexiones, sin embargo dentro de ellas se encuentran diferencias visibles, por un lado una concepción de desarrollo lineal, simple, irreversible (Comte, Tönnies…), y por el otro una concepción que impone mayor complejidad, no es unidireccional, ni lineal donde los mayores representantes son Marx y Spencer. Este análisis en muchas ocasiones está marcado por concepciones metafísicas, positivistas donde no podían comprender a la categoría, la concepción en toda su dimensión y complejidad, marcando la primera limitación conceptual en todos estos primeros pensadores. De manera general estos autores no declaran una teoría en relación al desarrollo, sin embargo sus construcciones teóricas se encuentran premiadas de los términos: evolución, cambio, crecimiento que en buena mediad conllevan al desarrollo de las sociedades desde el análisis de ésta época.
Concepciones generales del siglo XIX y XX. Principales Postulados
En la década del 40 del pasado siglo, los países a nivel global vivieron profundas crisis, guerra dejando desvastada a grandes ciudades, poblaciones enteras, condenadas a vida infrahumana. Bajo este contexto nacen los llamado Estados de Bienestar, un modelo de sociedad que tiene sus antecedentes con la aplicación del Plan Marshall para los países europeos principalmente y la Alianza para el Progreso como maniobra de Estados Unidos para con los países latinoamericanos. La brecha que marcaba las diferencias y rasgos de desigualdad era cada vez amplia. En la literatura aparecen varias nomenclaturas para hacer visibles estas diferencias, que literalmente se convertían en otra burla a estas sociedades.
A partir de estos años aparecen varias teorías, unas coexisten con otras, y algunas nacen en respuesta de la decadencia y pérdida de credibilidad de las anteriores. Varios estudiosos la dividen en: Teoría del Crecimiento y la Modernización, Teorías Estructuralistas, Las Neo-marxistas del Subdesarrollo y la Dependencia, y las Teorías Alternativas (17).
Este trabajo no pretende hacer un análisis exhaustivo de estas teorías o más bien una reflexión de lo más significativo de ellas para nuestras sociedades.
La teoría de la Modernización tiene su máximo exponente en Walt Rostow, quien plantea que todas las sociedades del planeta estarían situadas o identificadas en uno de los 5 estadíos que propone, donde percibe una secuencia evolutiva: sociedad tradicional, precondiciones para el despegue, hacia un crecimiento autosostenido, el camino hacia la madurez y la etapa de alto consumo o sociedad post-industrial (18). Para él la idea general de desarrollo estaba muy vinculada con el aumento del ahorro, esto propicia a su vez un crecimiento de las inversiones. Otros autores coinciden en la recurrencia de la variable ahorro para el crecimiento económico, entre los que se encuentra: Lewis.
En estos modelos el proceso de modernización se basa en el supuesto de que éste constituye un proceso irreversible, ordenado y progresivo, además se constituye como un proceso con fuerte carácter etnocéntrico, pues las recetas son tomadas de los países europeos y norteamericanos (19).
Estos pensadores de la modernización pueden ser altamente criticados por su concepción de desarrollo económico, visto como un proceso de modernización de las economías tradicionales. Concibiendo casi irremediablemente al desarrollo como crecimiento económico dejando fuera de este análisis otros componentes que revelan la otra cara del proceso: la esfera social principalmente. La idea de Rostow, de ahorro, puede tener vínculos cercanos o estar sesgada en buena medida por la idea weberiana de inversión.
El sustrato ideológico de estas teorías se centraba en las relaciones económicas- sociales capitalistas, y en interés de estas naciones, plasmadas en la forma que las asumen en los países industrializados, con la visión de que la meta y el fin deseado es ese desarrollo deslumbrador de los países Europeos y especialmente el Norteamericano.
La modernización como teoría, como movimiento, ideología, corriente es la vía de desarrollo seguida por Occidente. Esta propuesta se convierte en el ideal que caracteriza a la sociedad como tendencia general del desarrollo del sistema capitalista. Como mecanismo se intenta imponer a los países subdesarrollados como única ruta o camino que los acerca a la universalización al desarrollo. La modernización se convierte entonces en el proceso de cambio social a través del cual las sociedades menos desarrolladas adquieren los rasgos propios de las sociedades más desarrolladas o las llamadas sociedades cosmopolitas.
Cuando hablamos de teorías de la modernización nos referimos a un pensamiento que engloba diversidad de posiciones e incluso contraposiciones, pero que tienen una matriz común: concebir el desarrollo de forma teleológica: un fin al que todas las naciones deben llegar y ese fin es la sociedad capitalista industrializada.
A partir de lo anterior y teniendo como base los postulados de los clásicos, se evidencia que las sociedades que no son modernas están en un estadío anterior de la modernidad y el problema es investigar o estudiar cómo estas sociedades pueden desarrollarse y convertirse en modernas, donde la modernidad viene a ser el paradigma, la moda que todos como fin quieren alcanzar, para lo cual se trazan y diseñan diferentes mecanismos y pautas que van a visualizar el camino para este objetivo o condición que necesitan obtener.
Una de las limitaciones, por decirlo de alguna manera, que esta teoría de la modernización, que como antecedente tiene que nace precisamente en América Latina, es que no tiene en cuenta las identidades nacionales de cada país y los posibles, por tanto, modelos de desarrollo propios de cada cultura, que pueden o no estar sustentado con ese ideal de desarrollo europeizado y norteamericano.
El paradigma de la modernización en términos económicos enfatiza el crecimiento económico como base de la industrialización, la formación de capital, el crecimiento del comercio internacional y la inversión extranjera como factores que caracterizan el proceso a seguir para obtener ese ideal de desarrollo que representa más los intereses de las burguesía nacional que las capas medias de cualquier sociedad, en otros términos está bien pensada para elites modernizante, con el sesgo del pensamiento capitalista, que ha sido copiado por América Latina en disímiles oportunidades y ahora deslumbrada con el desarrollo de Norteamérica, sin intentar buscar alternativas creativas innovadoras que pase más por lo Latinoamericano, por lo indio, por nuestra identidad que desde el propio proceso de la colonización marca pautas diferentes con el desarrollo Norteamericano.
Por otra parte Raúl Prebisch, Celso Furtado y Osvaldo Sunkel son economistas, inmerso en el marco de la CEPAL, donde la preocupación giraba entorno al binomio desarrollo-subdesarrollo, categorías que se contraponen pero además que tienen una base común definida como: desarrollo del capitalismo de manera desigual como parte inherente de este mismo proceso.
En general las propuestas de estos tres economistas lo que sugería en su esencia era reorganizar la industria local para ir eliminando la brecha que dejaba la dicotomía: desarrollo-subdesarrollo.
A pesar de estos esfuerzos, diversificar la industria y lograr una autonomía económica eran objetivos demasiados ambiciosos para una industria atrasada, agotada y una economía dependiente y poco diversificada. El desarrollo no escapa de la visión economicista otorgándolo prioridad a la industrialización y al crecimiento económico.
La década de los años sesenta resultó definitiva para muchos países del orbe, sin embargo siguió latente la preocupación del desarrollo, naciendo un intento de conceptualizar estas preocupaciones: los teóricos de la dependencia. Entre los más conocidos se encuentran: Fernando Enrique Cardoso, Theotonio Dos Santos, A. Gonder Frank, entre otros. De manera general la situación de los llamados países del “Tercer Mundo”, era calificada como dependencia estructural donde tenían la opción revolucionaria como alternativa posible. La condición, de países desarrollados-países subdesarrollados (20), es inherente al propio desarrollo del sistema capitalista que abre la brecha entre unos países y otros, por tanto hablar hoy de subdesarrollo y dependencia no es casual sino que tienen sus raíces en la misma historia de la humanidad.
A mediado de los años 70 se comienza a dar un proceso de pesimismo generalizado y de creciente desconfianza hacia la propia idea de desarrollo, más que la ruina de un determinado paradigma intelectual (implícito en la teoría de la modernización), lo que aquella situación estaba anunciando era una verdadera crisis del modelo occidental de civilización (21).
A partir de esta situación y de otros factores que hacían más deplorable la situación, comienzan a nacer intentos vinculados al medio ambiente, la cultura, el turismo, la calidad de vida que cobran vida en las nuevas teorizaciones del desarrollo. Dando un paso de avance en relación con las anteriores concepciones, aun vivas en las prácticas cotidianas, pero que a partir de este nueva concepción consideran al desarrollo no desde la visión economicista, de crecimiento económico, industrialización y diversificación solamente.
El concepto de desarrollo humano aparece reflejado en el Primer Informe sobre el Desarrollo Humano del PNUD, caracterizado por la apropiación de factores de tipo no económico en la explicación e implementación del desarrollo. Aquí aparecen dimensiones o indicadores más sensibles como bienestar, educación, salud, participación, libertad de expresión, equidad, reconocimiento de todos lo seres humanos por igual sin los prejuicios de raza, género, etnia, entre otros. En definitiva ya no se trataría de buscar un desarrollo alternativo sino de alternativas al desarrollo (22).
No buscar modelos a seguir, sino crear un paradigma identificado con nuestra cotidianidad, con nuestra realidad, con nuestros recursos económicos, financieros, políticos, demográficos y sociales, que busque soluciones, no reformador sino revolucionario, y concientizador, movilizativo, participativo, representa todo un reto donde nuestras ciencias deben de responsabilizarse e implicarse en función del bienestar social.
Pensamiento social sobre el desarrollo desde la perspectiva cubana actual:
En Cuba la concepción de desarrollo reviste una gran importancia, los mismos movimientos de liberación en que se ha envuelto nuestro pueblo no están al margen de las concepciones de desarrollo, sino que en su devenir histórico han trazado su estrategia de desarrollo, que defienden los intereses de los llamados criollos.
Mucho de nuestros grandes intelectuales, luchadores, aunque no hablan directamente del desarrollo, sí manifiestan sus ideas con relación al porvenir social, entre los que encontramos a Saco, con su obra: El juego y la vagancia en Cuba, estudio sobre la esclavitud (23) revela algunos de los males que a su consideración estaban afectando nuestra nación, decía:“la vagancia era para Cuba un difundido cáncer devorador (24)”…“si tuviéramos conciencia de este mal, entonces conoceríamos nuestra deplorable situación y cesaríamos de llamarnos opulentos y felices (25)”…Instrucción pública es la base firme sobre la que se descansa la felicidad de los pueblos …(26) Para él la única vía posible para salir de esta situación que conllevaría al deterioro gradual de la vida pública y del progreso social sería a partir de la educación, solo alcanzaríamos la felicidad social con el destierro de los vicios y la instrucción pública se convierte en un vía acertada porque ningún grupos sociales estaba al margen de esta realidad. A partir de estos elementos encontramos en el pensamiento de Saco una idea clara que sería insignia para muchos: la educación como potenciadora del desarrollo de cualquier pueblo.
Martí continúa incesantemente explicando la importancia y la connotación que tenía la educación para el desarrollo de cualquier país o nación. Él consideraba importante una educación deliberada, ordenada, conciente y sistemática, la encargada de potenciar y desarrollar los pueblos (27). Además decía: el crecimiento verdadero de un pueblo, depende de que todos los sistemas de enseñanza, inclusive la elemental sea científica (28).
La concepción de desarrollo de Martí parte de la importancia que le concede a la enseñanza e instrucción de los pueblos de Nuestra América, aunque no deja a un lado los beneficios que puede traer los avances científicos técnicos y a esto aludía: Los avances científico-técnicos están dirigidos al desarrollo socioeconómico de los pueblos (29).
Cuando Martí plantea ser cultos es el único modo de ser libres, estaba entre otras cosas, asumiendo la cultura como un derecho del ser humano, como lo principal que nos diferencia del resto de los animales, como expresión de la razón humana y por tanto como camino de la libertad plena. La dialéctica entre cultura, desarrollo y libertad, están en el mismo esfuerzo por crear las bases primarias de la emancipación que permite desde una voluntad política, masiva y popular, desarrollar una cultura integral hasta alcanzar una sociedad culta, formada por un pueblo de hombres y mujeres cultos (30).
Como vemos Martí tiene una concepción de desarrollo muy amplia, no solo parte de los avances que en el campo de la ciencia y la tecnología se producen y que esto trae un impacto para la economía, sino que también deja bien sentada la idea de la defensa cultural y la educación para todo el pueblo, esto sí conllevaría al desarrollo verdadero y coincidiendo con Saco, José de Luz y Caballero, Félix Varela, entre otros.
A partir de los años 1950 y con la lucha revolucionaria iniciada con el Asalto al Cuartel Moncada queda plasmado en la Historia me Absolverá los grandes objetivos económicos y sociales a cuya solución la Revolución dedicaría sus esfuerzos desde el 1ro de enero de 1959, la solución al problema de la tierra, la industrialización, la educación, vivienda, salud y la eliminación del desempleo. Esto llevaba implícita la superación de dos obstáculos fundamentales para el desarrollo económico del país: su estructura económica deformada y las relaciones de dependencia con relación a Estados Unidos.
Desde esta nueva etapa de lucha quedan definidos los principales problemas y cuál debería ser la nueva estrategia, pero esta propuesta tenía que estar sustentada por un paradigma productivo y en Cuba el modelo de desarrollo estaba sustentado desde el exterior, donde la eficiencia, la iniciativa, la innovación no era necesaria y no tenían cabida, manteníamos fuertes lazos dependientes, sin autonomía propia.
Aparecen los primeros estudios iniciados con Felipe Pasos, Frank País, porque si bien la concepción de desarrollo giraba en relación con factores mucho más amplios que los económicos, sí había que tener en cuenta el soporte que sustentaría las políticas sociales que posteriormente se implementarían.
El proceso de eliminación del subdesarrollo implica la solución simultánea de problemas económicos y sociales que forman una unidad indisoluble. El desarrollo debe conceptuarse como un proceso dinámico de crecimiento autosostenido de la economía, que asegure las transformaciones de la estructura económica y social, capaces de garantizar la satisfacción creciente y estable de las necesidades materiales y espirituales de la colectividad humana en cuestión. El desarrollo implica, por tanto, como condición necesaria, el crecimiento económico, pero no todo crecimiento económico conduce al desarrollo. Para que esto suceda el crecimiento deberá darse en aquellas ramas o sectores dinámicos claves, capaces de asegurar niveles de actividad económica autosostenida a largo plazo.
El desarrollo debe expresarse no solo en el marco del crecimiento cuantitativo de los niveles de actividad económica, sino que debe reflejarse también en la forma de distribución de lo producido y en la forma de superación de las desigualdades económicas y sociales que la pobreza supone.(31)
A partir del triunfo de la revolución la problemática y el contexto fueron cambiando y hoy el objetivo fundamental del desarrollo económico y social del país es culminar la construcción de la base técnica-material del socialismo mediante la industrialización socialista y la creación de un modelo de desarrollo propio y un paradigma productivo socialista para la satisfacción de las necesidades materiales del pueblo y la formación integral del hombre.
Con el triunfo de la Revolución se ha forjado una concepción del desarrollo integral, en la que se ha mantenido desde el inicio la unidad e integración entre los aspectos económicos y sociales.
En el contexto académico el concepto de desarrollo se ha convertido en el centro de debates y objetivo principal de las investigaciones especialmente de las Ciencias Sociales. El Centro de Estudios Comunitario de la Universidad Central “Martha Abreu” de las Villas es un fiel exponente de esta afirmación, donde defienden la concepción de autodesarrollo comunitario, partiendo del principio reflejado en nuestro proyecto social cubano: desarrollo autóctono.
Haciendo un poquito de historia, esta concepción de autodesarrollo tiene sus bases en lo que fue para muchos el fundador de la historia social, el conservador, Justos Moser, que utilizaba la palabra Entwicklung, para aludir al proceso gradual de cambio social, esta palabra se comenzó a utilizar en la literatura de la época (1800) como verbo reflexivo, muchos autores plantean que se puso de moda el autodesarrollo. Dios comenzó a desaparecer de la concepción popular del universo y unas pocas épocas más tarde se abrieron todas las posibilidades para el ser humano, autor de su propio desarrollo y emancipado de cualquier designio divino.(32)
A pesar de los años esta concepción no puede desvincularse de la palabra con que se formó, que trae consigo: crecimiento humano, cambio social, el sujeto conciente y participa en su propia transformación, emancipación humana; aunque en los diferentes momentos históricos ha estado en manos de los intereses y respaldando posturas ideológicas disímiles.
Desarrollo comunitario es entendido más que como un instrumento profesional, como un modo de vida (33), donde se privilegia la conciencia crítica de nuestra realidad y se logra una disposición asertiva para la transformación y el cambio a través del consenso, la participación y la cooperación de los actores comunitarios presentes en la comunidad. Se considera importante hacer referencia al libro El autodesarrollo comunitario. Críticas a las mediaciones sociales recurrentes para la emancipación humana (34), donde toma vida por un grupo de investigadores esta concepción, considerando a lo comunitario como cualidad del desarrollo.
Más adelante desde esta misma perspectiva se considera a la comunidad (35) como protagonista de su propio desarrollo, entendiéndola como una entidad mediadora de procesos sociales e individuales, que se constituye en espacio socializador de la personalidad inscripto en una formación económico social concreta. En sus procesos se observa una acción que descansa fundamentalmente, en la traslación específica de las relaciones típicas, generales, de la sociedad al conjunto de hombres concretos que la constituyen (36), donde la cooperación y la participación constituyen ejes centrales para lograr este fin. Más adelante señalan: comunidad es un grupo social donde transcurren procesos de cooperación y participación en torno a un proyecto colectivo (37).
Consideraciones finales:
A partir de esta perspectiva se asume el autodesarrollo comunitario como una forma de vida, partiendo de estimular sistemáticamente el desarrollo de la conciencia crítica de los sujetos individuales y colectivos en las comunidades entorno a las contradicciones y malestares ahí presentes, de manera que se potencien las capacidades para la identificación de éstas, así como sus adecuados estilos de afrontamiento, a partir de sus propios proyectos teniendo en cuenta sus potencialidades y carencias, sirviéndose de las primeras para lograr la transformación.
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2. Espina Prieto, Mayra Paula: Humanismo, totalidad y complejidad. El giro epistemológico en el pensamiento social y la conceptualización del desarrollo. (Soporte digital) Pp32-35
3. Muñoz González, Roberto; Kabaghe, Lusubilo: Desarrollo humano y sostenible como sistema: Principales Variables, Contradicciones y Perspectivas. Facultad de Ciencias Empresariales. Santa Clara, junio de 2007.
4. Sociología británica en la primera década de 1800 basada en la idea de Adam Smith que existía “una mano invisible que moldeaba el mercado de trabajo y bienes”. El mercado era considerado como una realidad independiente que se situaba por encima de los individuos y controlaba su conducta. Guiados por los postulados de los economistas políticos aunque a diferencia de Marx, pensaban que el mercado era una fuerza positiva, una fuente de orden, armonía e integración para la sociedad. Se centraron en los individuos y no se cuestionó el sistema como un todo, empíricos vieron limitadas sus investigaciones sin poder explicar problemas como la pobreza por lo limitada que resultaba su teorización. Su meta consistía en proporcionar al gobierno (trabajaban muy unido a los políticos como para determinar que el conjunto del sistema económico y político era el problema) los hechos que necesitaban para comprender como operaba el sistema y dirigir su funcionamiento sabiamente. Estas ideas sobre el mercado y como la concepción Adam Smith se manifestaba en la sociología británica se pueden encontrar en: Ritzer, George: Teoría Sociológica Clásica. 3ra edición. Mc.Graw. Madrid, España, 2001. pp. 37-38
5. La obra de Marx constituye un hito en las concepciones de desarrollo hasta hace ese momento y que hoy cobran vigencia.
6. Viola, A: Antropología del desarrollo. Teorías y estudios etnográficos en América latina. Ediciones Pidós, Barcelona, 2000. p71
7. El naturalista inglés Charles Darwin, se basa en la obra de Spencer para sistematizar su idea de la evolución de las especies. Darwin no sustentaba la idea de un especie superior a la otra, sino de su capacidad de adaptabilidad, lo que diferencia su obra de Spencer es que éste hace un análisis más clasificatorio, donde la sociedad industrial se alzaba evolutivamente y con mayor complejidad estructural y funcional a la militar.
8. Ritzer, George: Teoría Sociológica Clásica. 3ra Edición. Mc. Graw. Madrid, España, 2001. pp. 155
9. Esto de manera general se percibe como concepciones de competencia entre los individuos otorgada por la insignia del capitalismo, propio como diría Weber de la ética protestante y del espíritus del capitalismo.
10.Ritzer, George: Teoría Sociológica Clásica. 3ra Edición. Mc. Graw. Madrid, España, 2001. pp. 40-41
11.Este autor italiano se proclama él mismo como sociólogo de orientación positivista, que ha trabajado el método histórico-comparativo, sus trabajos más reconocidos están orientados al estudio de la clase política.
12.Idem. p.138
13.Idem. p141
14.Hernández Morales, Aymara: Historia y Crítica de las Teorías Sociológicas. Selección de Lecturas. Primera Parte. Editorial Félix Varela, la habana, 2003. p 100
15.Giddings, Franklin: Principios la Sociología, La España Moderna, Madrid.
16.Ídem. Pp.138-139
17.Galia Figueroa: Cultura y Desarrollo, 2005 (Soporte Digital)
18.Viola, Andreu: Antropología del Desarrollo. Teoría y estudios etnográficos en América Latina. Ediciones Pidós, Barcelona, 2000. p15
19.Figueroa Galia: Cultura y Desarrollo, 2005 (formato digital)
20.No es más que un calificativo que muchas veces se hace para clasificar, marginar a un determinado sector, grupo o persona, criterio asumido y sesgado por la cultura occidental, que ha condenado y se encuentra a la zaga de los países latinoamericanos como parte del desarrollo del capitalismo.
21.Viola, Andreu: Antropología del desarrollo. Teoría y estudios etnográficos en América Latina. Ediciones Pidós, Barcelona. 2000. p18
22.Viola, Andreu: Antropología del desarrollo. Teoría y estudios etnográficos en América Latina. Ediciones Pidós, Barcelona. 2000. p18
23.Saco, José Antonio: el juego y la vagancia en Cuba, estudio sobre la esclavitud. Volumen I. Editorial Lex, La Haban, 1960.
24.Ídem. p13
25.Ídem.p59
26.Ídem.p73
27.Martí, José: Obras Completas, tomo 6. pp334-335.
28.Ídem.p344
29.Martí, José: Obras Completas, tomo 11, p292
30.Martínez, Osvaldo: Neoliberalismo en crisis. Editorial Ciencias Sociales, La Habana, 1999. pp.207-208
31.Rodríguez, José Luis; Carriazo Moreno, George: Erradicación de la pobreza en Cuba. Editorial Ciencias Sociales, la haban, 1987. p43
32.Viola, Andreu: Antropología del desarrollo. Teoría y estudios etnográficos en América Latina. Ediciones Pidós, Barcelona. 2000. p73.
33.Riera, Celia M: Notas de clases de la Maestría Desarrollo Comunitario, en la asignatura de Prevención, Centro de Estudios Comunitarios, curso 2007-2008.
34.J. Alonso; A. Pérez Yera; R. Rivero Pino; E. Romero; C. Riera Vázquez: El autodesarrollo comunitario. Críticas a las mediaciones sociales recurrentes para la emancipación humana. Editorial Feijóo, Santa Clara, 2004.p.12
35.Desde esta concepción la comunidad es entendida como un grupo social que comparte espacio donde la participación y cooperación de sus miembros posibilitan la elección consciente de proyectos de transformación dirigidos a la solución gradual y progresiva de las contradicciones potenciadoras de su autodesarrollo.
36.Ídem. p.11
37.Alonso, Freyre: La comunidad y lo comunitario en su devenir histórico. Centro de Estudios Comunitarios Universidad Central “Marta Abreu” de las Villas, 2008, p. 5